Hola a todas y todos.
Me he despertado pensando en el Día contra la Violencia hacia las Mujeres que se celebra el 25 de Noviembre y me ha dado por echar la vista atrás e imaginar cómo empezó todo esto.
Hubo un tiempo en el que hombres y mujeres nos relacionábamos de forma gestual única y exclusivamente. Pero llegó el lenguaje, un avance importantísimo para la humanidad pero que dejó fuera a una parte de quienes lo utilizaban: las mujeres.
¿Cómo se siente alguien cuando se le invisibiliza?, cuando es ninguneado porque se usa el famoso genérico, el neutro, etc, etc, habiendo palabras masculinas y femeninas para cada término?. Se habla de “el hombre” cuando queremos hablar del género humano, se dice “los ciudadanos” cuando queremos englobar a los hombres y las mujeres que componen la ciudadanía, nombramos a “los afectados” cuando citamos a quienes han sufrido un mal, sean ellos o ellas, y ya que estamos en este blog en el que cuento mi aventura con la ELA, decimos “los pacientes” cuando deberíamos decir las personas afectadas por esta enfermedad para englobar a todos y todas. Podríamos seguir dando ejemplos del uso sexista del lenguaje y se alargaría mucho el post. Son solo unas muestras que cada día dejan claro que ellas no cuentan para muchas de las personas que hablan. Y eso, convertirles en invisibles, es una forma de violencia hacia las mujeres.
Me comprometo hoy a no utilizar lenguaje sexista en mis post. Al menos voy a intentarlo y os pido que vosotros y vosotras hagáis lo mismo. Porque no solo los golpes son violencia; lo son las palabras, los gestos , las actitudes…
Pensadlo un poco. Desde hoy podemos dar un paso más para erradicar esta lacra.
Hasta pronto.