Las lineas de la vida (17-06-2008)

Hola a todos de nuevo. Siento la tardanza, pero se me van acabando las ideas. Voy a empezar a pediros sugerencias y comentarios, para escribir sobre ello. El que tenga algo, ya sabe mikelpiolin@hotmail.com

En primer lugar, quiero acordarme de dos personas. Una es mi amiga de Sevilla, Anabel. Sé que son tiempos difíciles. En las cajas solo hay recuerdos. Busca en tu corazón un momento alegre que hayas vivido con él y ríe. La sonrisa es vida.

La otra persona es mi superamigo Iñaki. Le llamo así, porque acaba de terminar el triatlón Iroman de Lanzarote en la posición 97 de 1300. En serio, si fuero pequeño otra vez, de mayor quisiera ser como él. No he conocido a persona con más coraje que el. Ahora empieza una carrera más difícil con su pequeña, ANIMO!!!

Hoy voy a hablar precisamente de esto, de la gente con la que compartimos nuestra vida. Hablando y comentando con gente que esta relacionada con la enfermedad, he llegado a la conclusión de que la ELA nos cambia totalmente relación con la sociedad.

Yo siempre he pensado que nuestra vida es como una cuerda. Con el tiempo, se va haciendo más larga. Y con el tiempo, nuestra cuerda se cruza con otras en las que unas veces se forma un nudo. Otras veces, ese nudo u otro, se suelta. Unas cuerdas solo se rozan y con otras, ni se acerca. Creo que cuantos más nudos conservemos, más fuerte se hará nuestra cuerda.

En mi vida, he tenido de todo. Pero creo que siempre he tenido muchos nudos, y muchos de ellos muy fuertes. Nunca me ha costado hacer amigos y conocer gente. Creo que eso lo herede de mi padre. A él nunca le falto alguien a su lado.

Ahora que tengo tiempo, echo la vista atrás y me acuerdo de toda la gente con la que he tratado. Me acuerdo de incluso amigos que tenia de pequeño. Que buenos tiempos….. Los amigos del deporte, los amigos de los estudios, los amigos del curro (que grandes personas he encontrado allí), los amigos del moto club Kostanorte, y ahora más cerca, mis amigos del parque. Todos ellos, INCREIBLES.

Ahora, desde que me diagnosticaron la ELA, creo que ha cambiado todo. Tengo a gente, que se lo ha tomado con naturalidad dentro de lo que cabe. Siguen tratando conmigo con total sinceridad. Hablamos de lo que sea, ya sea bueno o malo. Tratamos de la ELA con total normalidad. Explico sus dudas y ellos escuchan mis penas. Pero también ha habido gente, que no ha podido aceptarlo. Y ves como se alejan sin poder evitarlo. Lo entiendo y no les juzgo. Si para mi es duro aceptarlo, supongo que para ellos, mas. Pero creo que es un erro, porque luego no quedara tiempo para remediarlo.

También, la enfermedad me ha dado algo bueno. He conocido atreves de ella, a gente estupenda. Gente que con un simple email o una simple charla por teléfono, parece como si la conocieras de toda la vida. He conocido a gente increíble, con unas ganas impresionantes, como Anabel y Jon; Nuria y Raúl; Fina (mi gran amiga del sople sople); Emilio y Javier de Valencia; y muchos más……. De todos ellos, me quedo con su afán de superación y las ganas de tirar de la piedra, a la cual nos han encadenado.

No sé, quería hablar sobre el tema de la amistad (el más difícil), pero creo que me he liado un poco o no he sabido expresarme. Espero que me hayáis entendido la mayoría y a todos, deciros, GRACIAS POR ESTAR AHÍ.

Espero leer vuestros comentarios……..



LA HERMANDAD DE LOS PERROS SIN DUEÑO (Doctor Deseo)

Aún no sé bien el por qué: todas las calles que pisé
se iban uniendo tras mis pasos
cuando la cama es el lugar del que no puedo escapar
y ahí fuera todos los demonios bailan.

Debajo del agua no sé respirar,
tan sólo hay cenizas en el corazón.
La rabia se clava en el pecho.
Y esta cuesta abajo que nunca se acaba
¡Qué puta es la noche, qué frío el silencio
que mata deseos, te roba las ganas,
ya no puedo más…!

¡Agarra fuerte mi mano
para poder salir de aquí!

Esta jodida enfermedad, dos malas rachas del azar
y otro poquito de mi parte.
Sin darme cuenta perdí el collar
y ahora estoy sin remisión
en la hermandad de los perros sin dueño.

Debajo del agua no sé respirar,
tan sólo hay cenizas en el corazón.
La rabia se clava en el pecho.
Y esta cuesta abajo que nunca se acaba.
¡Qué puta es la noche, qué frío el silencio
que mata deseos, me roba las ganas,
ya no puedo más…!

¡Agarra fuerte mi mano
para poder salir de aquí!

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