Los seres vivos buscan la compañía de sus iguales y no sólo para reproducirse, sino para jugar, hacerse compañía, pelear, rascarse el lomo, dormitar juntos, y contarse cuitas.
Que alguien me vea y me distinga, que me mire con afecto e intención. Sentirme reconocida, diferenciada, elegida, me hace más persona, y me hace más importante.
Por eso buscamos el amor y el reconocimiento ajeno de manera permanente y en la multitud de relaciones que establecemos desde que somos, desde que somos concebidos por alguien. Que alguien me llame, me nombre, me reclame.
Hace poco hablamos de lo que no era amor, ¿recordáis? “los celos no son amor ”. Hoy, en el primer artículo del nuevo año, seguimos queriendo poner otro granito de arena para construir amor, y esta vez lo hacemos en claves asertivas.
Traemos aquí algunas claves positivas para un amor adulto a la vez que rico y que mantenga la ilusión, un amor que me potencie, que me ayude a ser más quien soy y quien quiero ser. Porque, como dice Pawese en su libro El Oficio de vivir, “solamente sabrás si eres amado si puedes mostrarte tal cual eres y no te hacen daño”, ni te recortan, ni te confunden con otra, añadiría yo. Solamente si cada vez es más recíproco es verdadero amor, sólo si cada vez es mejor respetado la entidad de cada quien es verdadero amor, sólo si entendemos la fidelidad cada vez más como un acto libre no sólo prometido, sólo si cada vez abarco mejor nuestra separatividad, y voy asimilando que tu pasado, presente y futuro son sólo tuyos y que me los dejas compartir; que tu gente es tu gente, no es la mía, que esos espacios en que tu eres con otros, no me excluyen, simplemente ahí no estoy, y si estoy es de invitada.
Solamente si aprendo a dejarte ir sin reproches porque sé que quieres volver conmigo, es amor del bueno, y si no quieres conmigo, dolerá bastante y aprenderé a tolerarlo. En la apuesta del amor siempre puede suceder el desamor, quien no esté preparado para afrontar ambos mejor que no juegue, que se proteja conformándose con menos hondura y compromiso, con afectos que también quieren pero arriesgan menos, digamos que son menos exigentes. Tenemos que conocer nuestra talla en esto del amor y buscarlo a la medida para no perdernos.
Un Amor al que merece la pena ofrecerle tiempo y espacio, un amor del que sentirme contenta, un amor para enriquecer mis múltiples relaciones. Un amor de calidad extra.
Itziar