Fotografía Olga Ruiz
Desde la Asociación Askabide se mantienen desde hace años diversas líneas de trabajo para responder a las demandas y las necesidades de mujeres que presentan diversas dificultades.
Por una parte, se trabaja para ofrecer formación a las mujeres con el objetivo de que adquieran conocimientos y capacidades que les permitan entrar en el mercado laboral y llevar una vida más autónoma. En este sentido, en el año 2017 se puso en marcha, gracias al Programa Lan Berri del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia, un curso formativo de corte y confección.
Después de finalizar las dos primeras promociones, en el año 2019 iniciamos la andadura con el tercer grupo compuesto por 15 mujeres que se encuentran en la actualidad cursando la formación.
Por otra parte, en las líneas estratégicas de la entidad siempre ha estado presente una vía de trabajo orientada a la inserción sociolaboral, poniendo en marcha diversos proyectos a lo largo de toda su trayectoria.
Mari Makeda es un espacio de venta y exposición de ropa hecha a mano con telas de Senegal, diseñada por diseñadoras/es locales y realizada por mujeres de la entidad.
Se presenta como un nuevo proyecto apoyado por la Diputación Foral de Bizkaia y Viviendas Municipales, orientado a ofrecer un empleo de calidad y una toma de contacto con el mundo laboral para las mujeres de la entidad.
En el año 2018 pudimos contratar a dos mujeres que previamente habían recibido la formación en corte y confección para que se encargaran de toda la producción de la ropa, así como de la atención al público en la tienda.
Con este proyecto Askabide ofrece nuevas oportunidades a las mujeres, además de acercar la cultura y la estética africana a la comunidad. Así mismo, tenemos como uno de nuestros objetivos principales la ruptura con estereotipos relacionados con las mujeres en situación de exclusión a través de la relación y la colaboración con agentes de ámbitos diversos y plurales.
Fotografía Olga Ruiz
Una de las experiencias que responden a este último objetivo es la que hemos vivido en el mes de Marzo con la grabación del corto documental “Cosiendo Futuros”, producido por Ainhoa Urgoitia.
Durante tres días el equipo de grabación estuvo en el espacio de Mari Makeda y del taller formativo, conviviendo con las mujeres que forman parte de ambos proyectos. A través de este documental se da voz a mujeres que hacen frente a las dificultades que encuentran en su día a día y enseña todo el trabajo y la implicación que hay detrás de Mari Makeda y de la Asociación Askabide.
Además, muestra el proceso de empoderamiento de estas mujeres y la ruptura con diversos estereotipos relacionados con la inmigración africana.
Asociación Askabide
Fotografía Olga Ruiz
El corto documental Cosiendo Futuros aborda por un lado la formación en costura ofrecida por Askabide que reciben un grupo de mujeres africanas en situación de exclusión. De esa formación algunas de esas mujeres son elegidas para formar parte de un proyecto de inserción socio laboral a través de la marca de ropa Mari Makeda.
A través del documental queremos poner énfasis en varios puntos: por un lado el empoderamiento de estas mujeres africanas que pertenecen a un colectivo desfavorecido, por ser mujeres, inmigrantes, sin recursos económicos ni familiares, por otro lado como están abanderando en ese proceso de empoderamiento el acercamiento del barrio y de la sociedad en su conjunto a la cultura africana , que muchas veces rechazamos sin más, parece que existe un recelo ante lo africano, de hecho seguimos considerando a África como un solo país, y por último mostrar como en un proceso de migración el enriquecimiento es bidireccional, algo de lo que no nos damos cuenta y perdemos esa diversidad tan rica y generadora de tanto.
Yo considero que el cine es imagen y la imagen visibiliza por ello utilizamos este medio vehicular tan idóneo para dar a conocer esta realidad. Pese a que pueda existir la percepción popular de que los migrantes africanos tratan de huir desesperadamente hacia el primer mundo, los datos disponibles revelan una realidad mucho más diversa y compleja.
Fotografía Olga Ruiz
¿Quién migra en África, por qué y adónde? En la decisión de migrar influyen múltiples factores, lo cual añade una extraordinaria complejidad al fenómeno migratorio africano. Entre ellos, indudablemente, figuran los económicos y políticos —búsqueda de empleo y de mejores oportunidades, calidad de la gobernanza, inseguridad, discriminación, desafección política, conflictos…—, pero también aspectos socioculturales, como los sistemas educativos, la etnicidad, el idioma o las redes y contactos en el exterior, aparte de las características personales y familiares del migrante. A ello hay que sumar los condicionantes medioambientales y climáticos, los demográficos —como la densidad y distribución de la población— y factores como el marco legal, el entorno político regional, las normas culturales, la acogida en el país de destino, el coste y la dificultad del viaje, la lejanía del destino o la disponibilidad de nuevas tecnologías.
El sentimiento de amenaza ante la inmigración indica desintegración social. Las sociedades democráticas deben abordar los flujos migratorios como fenómenos sociales complejos, con visión global, políticas integrales, de forma coherente y responsable. Deben asumir, además, que esto va de Derechos Humanos, no de mano de obra en función de las necesidades coyunturales. Y por si alguien –generalmente haciendo gala del mayor de los cinismos–, nos acusa de “buenismo”, podemos tirar de datos oficiales como los que se están publicando estos días en medios para e recordar que la inmigración está jugando ya un papel crucial en nuestros desequilibrios demográficos, además de ser fuente de innovación y diversidad. De esta forma, conseguiremos ver la inmigración como lo que es, una oportunidad, y nos desharemos de esa idea de la inmigración como problema, que en el fondo, no es sino un síntoma de nuestra debilidad e incapacidad para gestionarla.
Ainhoa Urgoitia
Las imágenes son de Olga Ruiz
