CIENCIA SOCIAL EN LA MEDICINA. Por Lierni Irizar

Robert Frank

Robert Frank

 

Se puede afirmar que desde la Antigüedad clásica hasta los primeros siglos de la Modernidad, la tradición de estudiar las enfermedades en relación con el ambiente, tuvo una gran importancia. Lo que se estudia en dicha época es ante todo, el ambiente físico.

En los siglos XVII y XVIII, el mercantilismo influyó de forma decisiva en el surgimiento de la salud pública y la medicina social. El mercantilismo plantea “la necesidad de una población en constante crecimiento que había que mantener materialmente para que el mayor número posible de personas estuviera en condiciones de producir y, bajo el control del Estado, ser utilizada en la forma que lo requiera la política estatal” (J. M. López Piñeiro, 1990, p. 80).

Se considera que el alemán Johann Peter Frank (1745-1821) fue la gran figura inicial de la nueva higiene pública. G. Rosen (1985) ha llamado al sistema que Frank desarrolló “código sanitario para déspotas ilustrados” ya que no estaba destinado ni a los médicos ni a la educación popular sino a los soberanos de mentalidad reformista y se basaba en la vigilancia y control (policía médica) por parte del Estado, del bienestar de sus súbditos.

Tanto esta propuesta como diferentes contribuciones británicas del XVIII, fueron asumidas por los revolucionarios franceses que crearon un modelo centralizado de organización sanitaria que sería el elegido en el siglo XIX en casi toda Europa y que continúa siendo el núcleo actual de diversas organizaciones sanitarias. La excepción fue Gran Bretaña que desarrolló un modelo descentralizado.

Es importante señalar que, con antecedentes previos, el desarrollo de la higiene pública supuso también la institucionalización de la estadística sanitaria. Entre los siglos XVII al XIX, la higiene pública fue adquiriendo los hábitos modernos de someter a medida y cuantificación, buscando relaciones matemáticas, tanto a los fenómenos sanitarios, como a la salud y la enfermedad.

Los aspectos que habitualmente recoge la información sanitaria se suelen referir a: tasas de mortalidad, natalidad, nupcialidad y estado de la población, número, incidencia y frecuencia de enfermedades, es decir, tasas de morbilidad, factores que influyen en el estado sanitario de la sociedad, como saneamiento y nutrición, y por último, datos sobre establecimientos sanitarios como hospitales, recursos, medidas sanitarias, etc.

A partir de los años centrales del siglo XIX, la Higiene pública se convirtió en una disciplina experimental, basada en los métodos estadísticos y en el desarrollo de la Bacteriología.

Con el desarrollo de la microbiología a partir del XIX,  la higiene pública toma como fundamento la teoría microbiana de la infección. El conocimiento de los gérmenes causantes de las enfermedades y la aclaración de sus mecanismos de transmisión permitieron organizar sobre bases científicas una serie de medidas preventivas que se habían realizado con anterioridad de forma empírica: control del agua, desinfección, lucha contra vectores animales, etc. Esto supuso que la fundamentación de la higiene pública en las ciencias sociales quedara relegada.

A principios del siglo XX, Alfred Grotjahn trata de corregir este sesgo en la fundamentación de la higiene pública, al insistir en la necesidad de recurrir a las ciencias sociales para “estudiar también detenidamente las repercusiones de las condiciones económicas y culturales y del ambiente social en el que los hombres nacen, viven, trabajan y disfrutan, se reproducen y mueren” (J. M. López Piñeiro, 1990, p. 169). La higiene social debe ser un complemento necesario a la higiene físico- biológica. Se constituirá así la medicina social, que con antecedentes que toman en consideración los aspectos sociales para resolver problemas higiénico-sanitarios (siglos XVI al XVIII), se desarrollará sobre todo en los siglos XIX y XX.

La industrialización y los problemas sociales que provocó, llevaron a  buscar en factores tales como la situación económica o las condiciones laborales de los trabajadores la causa de las enfermedades de la población. Aparece así una propuesta progresista llamada “La Reforma Médica” que en 1848 reunía en Europa a médicos como Virchow, Neumann y Lenbuscher y que puso de manifiesto la interdependencia existente entre los problemas sociales y los médicos. Se basaba en tres principios. El primero se centra en la salud humana como un asunto de interés social. La salud pública es una obligación de la sociedad y el Estado debe proteger y velar por la salud y la vida de los ciudadanos. El segundo considera a la medicina como una ciencia social. Las causas de las enfermedades no son sólo naturales sino también sociales y deben ser estudiadas científicamente. El tercero defiende que la medicina requiere medidas sociales. Las medidas para promover la salud y luchar contra las enfermedades no deben ser sólo médicas sino también sociales.

Esta forma de pensar se fue afianzando en diferentes médicos a lo largo del XIX hasta llegar a la ya mencionada propuesta de A. Grotjahn y aportaciones posteriores en diferentes países.

La medicina social actualmente se asienta en dos pilares, la Medicina y las Ciencias sociales y su objetivo es todo lo relacionado con la salud humana al considerar al ser humano como parte de una comunidad. Tiene una doble tarea: por un lado, como ciencia descriptiva investiga las circunstancias sociales y médicas de determinados grupos, estableciendo relaciones causales. Por otro, como ciencia normativa dicta reglas para los grupos de población que estudia, introduciendo medidas que puedan aliviar las circunstancias y llevar a cabo las normas propuestas.

La Medicina social centra su trabajo en la relación de la colectividad con respecto a su salud. No se ocupa del individuo aislado sino del individuo como miembro del grupo, de un determinado grupo económico o social. Su tarea es la de adoptar medidas de carácter médico-sanitario o social necesarias a fin de mejorar la salud y hacer avanzar a la sociedad en la prevención y tratamiento de las enfermedades.

Lierni Irizar

LA CUESTIÓN DE LA SUBJETIVIDAD Y LA ENFERMEDAD. UN EJEMPLO: EL VIH/SIDA. Departamento de Filosofía Facultad de Ciencias de la Educación Universidad del País Vasco (UPV / EHU), 2008. LIERNI IRIZAR LAZPIUR

Facebook Twitter Stumbleupon Delicious More More More
elcorreo.com

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.