Viene de lejos,
tu regreso, sin que regreses a mis brazos frágiles.
Dejaron de desistir besos en mis tormentosos labios,
en mis labios de tormenta
barajados por la noche.
Es así la noche,
me siento incómodo,
tengo miedo a sus garras
mientras espero el sueño sentado en una silla invisible y somnolienta.
Viene de lejos
y tu cuerpo regresa a mi cuerpo
perdido.
El pensador
Abril 2016, Bilbao