Romance DE LUGARES Y CASAS. Ibai Otxoa

Fotografía de Vitor Guerra para el proyecto CASAS

Fotografía de Vitor Guerra para el proyecto CASAS

En la capital vizcaína

hay mucha gente sin casa,

testimonios que recuerdan

que la vida sale cara:

pernoctando en un cajero

cubiertos por una manta,

o en palacios de cartón

casi cada noche pasan.

 

Tienen hondas cicatrices

grabadas profundo en su alma,

a menudo, almas curtidas

a las que ya poco daña.

 

En rincones de la calle,

bajo el puente o en la plaza,

si tienen suerte en albergues,

o en lonjas abandonadas.

 

Los lugares van cambiando

conforme los años pasan:

el Convento de la Merced

o la estación de La Naja

dieron paso a otros lugares

de los que hacer una casa.

 

Cansados por dormir mal,

la tristeza en su mirada,

cada uno con una historia

esperando a ser contada.

 

Uno ya nació en pobreza,

en una pensión barata,

con cualquier oportunidad

injustamente negada.

 

Otro era de clase media,

una familia honrada,

que trabajaban muy duro,

curraban a pico y pala.

 

Decidió que no estaría

sufriendo cada mañana,

que para él no era una vida

que mucho le compensara.

 

Los trapicheos de droga

se volvieron su jornada,

y si no le iba muy bien,

pues tiraba de navaja.

 

Un día moviendo jaco

un buen botín esperaba;

cuatrocientos de heroína

escondidos en las llantas,

pero alguien les traicionó

y tiraron de la manta.

 

Acabaron en el mako,

en donde el potro abundaba,

con un simple boli BIC

y una aguja se chutaban.

 

Siendo seropositivo

salió una fría mañana,

ahora estaba sin recursos,

su vida acabó estancada;

cada noche bajo un puente

unas horas dormitaba.

 

Otra mujer sin un techo

entre cartones descansa,

pasando allí cada noche,

pues por gente de clase alta,

la gente de buen vivir,

triplemente rechazada:

por consumir heroína,

por mujer y por gitana.

Del albergue la expulsaron

por armar una jarana,

consecuencia muy lógica

de presión acumulada:

por eso ahora por la noche

no tiene una simple cama.

 

Muchas historias como éstas

un Bilbao distinto trazan,

que está muy escondido

de casi toda mirada,

desde Deusto al Casco Viejo

y de Sarriko a Otxarkoaga,

desde Uribarri a Rekalde

y en San Francisco y Zabala.

 

Esta exposición recoge

unas simples pinceladas;

si en unas pocas personas

la empatía despertara,

su misión habrá cumplido

y entonces habrá esperanza.

Ibai Otxoa

Proyecto CASAS: Una reflexión sobre la vida en la calle

Fotografía: Vitor Guerra

 

 

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