En nuestro mundo globalizado asistimos a la proliferación, la radicalización, la normalización y el avance de los procesos de segregación y exclusión social.
En un contexto político y social en el que la incertidumbre y la inseguridad se han democratizado, la falta de medios económicos y la fragmentación del tejido social derivan en que cada vez más personas vivamos situaciones de precariedad y abandono social. En este contexto, “vivir sin casa” es algo de lo que muchas personas pueden dar testimonio.
En este proyecto fotográfico nos planteamos reflexionar sobre la noción de “casa” y la pluralidad de formas, modos y metamorfosis que adquiere el lugar y el espacio que hace de suplencia a “la casa que no hay”. Lugares y espacios de diversa índole, cotidianos y de tránsito, que devienen “privados”.
Aparcamientos, garajes, aceras, iglesias, cajeros automáticos, soportales, contenedores, puentes, pórticos, plazas, centros comerciales, mercados, edificios en ruinas, parques y solares abandonados… ocupan, en diferentes coyunturas, el lugar de la casa.
Tener una casa, un lugar propio, un espacio donde depositar nuestros cuerpos es, en nuestros días, una problemática que nos afecta a todos. Toda nueva vida se ve confrontada, una y otra vez, a las dificultades y obstáculos que implican, para cada uno de nosotros, ocupar un lugar en el mundo.
Una elaboración y un trabajo que tienen su origen en nuestra preocupación sobre las condiciones de producción del sin hogarismo en una época marcada por la fragmentación del vínculo social y el declive de la solución democrática.
Idea original y fotografía: Vitor Guerra
Cosme Sánchez
Enero 2018