A mis padres, por José Manu

Elliott Erwitt

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Harto de lealtad en el misterio, basurero

la ciudad magnífica y saludable sin afectos

Ya llegó la situación de lo idóneo

como es posible que obedezcan tales órdenes.

Fanáticos del equívoco parar de cenar y pensar en cada sufrimiento

relacionado por una fuerza del contenido.

Bien, abuelo bien, cuando la abuela se quede dormida,

mi mama despertará a su madre y a la causa, el intento de proceder.

La cualidad que no adversa del futuro ideal, amor de madre, verdadero.

Hadme caso, me distingo impreciso de la idea conformismo.

Espero que no te olvides de que soy un hijo tuya

y así he de ser abuelo referencia de que existo.

No se debe admitir el atrevimiento que a ciertos personajes les hace felices.

No se dará más que disguste.

Ganas de ti, aplaudida para ser ostentado,

en el respeto de los mandatarios.

Ladera de pradera, iluminada e inolvidable.

Yo ya no lo reconozco y se acabó el viaje.

Fin de fines.

 

Parece que gustaba, parece que no hay dios,

y así termina todo conmigo alevines.

Si torturan, y un por qué, acribillo a balazos,

no es mentira es verdad,

lo será asi cada día aunque lo quiero olvidar.

José Manu, A su madre y padre

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