EL CHICO DE LA CALLE. Capítulo IV: Sevilla

No recuerdo como llegue la primera vez a SEVILLA. Sería sobre 1990 y me acuerdo de que fue el hermano de mi madre, Antonio. Yo lo llamoToño. Me recogieron en la estación de trenes del centro, para trabajar en su bar judío. Toño es gay y está casado en Holanda con Gerad. Su compañero es Holandés, años más tarde han  adoptado a un niño. Me llevaron a las afueras de SEVILLA a Santa Genoveva, una urbanización dé chalets donde me dejaron una habitación. Tenían 2 perros y piscina.

A la mañana me despertaron, sobré las 7 de la mañana. Para ir a Sevilla. El bar se llama igual que una ciudad importante de ISRAEL, TEL AVIV creo. Fuimos en su furgoneta vieja pero andaba bien, llegamos en una hora, en barrio de los remedios, tenía decorado judío con candelabro de 7 velas, típico judío, y la estrella de David. Me metieron en la cocina, a pelar y cortar patatas toda la mañana, después a poner las mesas, en la barra no me dejaban de momento. Yo aprovechaba a beber chupitos, sin que mi tío se diera cuenta. Acababa colocado, pero trabajaba como un vasco, sin descansar, y después a limpiar la cocina y el bar entero, barrer y fregar los vasos y platos, y acabábamos a las 4 de la madrugada. A casa cansado medio borracho, jajajajaaja mi tío no se daba cuenta.

Mi tío y su compañero me respetaban, ellos iban a lo suyo, sé fumaban sus porros y a mí no me daban, yo lo cogía un poco para mi, y fumaba a escondidas de ellos. Los perros que tenían no me gustaban, eran de una raza tipo peligrosos, qué se encargaban de vigilar la casa cuando no estábamos. Pero ellos bebían mucho y tenían broncas que a mí no me gustaban, yo en cambio les respetaba, me mantenía al margen y punto. En cosas de matrimonios no me meto

SI, YO, POR TI HE CREADO UN MUNDO

PARA TI, CRISTO TÚ

TENIAS SEGURO VENIR A MI

SEGURO, PORQUE MI

MUNDO TODO ERA

DESESPERANZA.

 

YO HE ACUMULADO DESESPERANZA

EN LENGUA, EN NOMBRE,

HABLADO, EN NOMBRE ESCRITO

ACUMULANDO RABIA, DOLOR Y

LAGRIMAS POR MIS AMIGOS MUERTOS

 

Así todos los días, a mi me daban libre los lunes, él peor día. Iba en autobús. Me daban 20 euros nada mas, yo le cogía algo de porros para ese día, y paseaba por SEVILLA en la cartuja, me imagine que era por la expo 92 eso era. Había obras, por todos lados, vi la torre del oro, preciosa pero eso acabó pronto. A los 2 meses mi tío no me quiso pagar ni un euro, ósea que fui su esclavo, me cabree y le lance mis zapatillas y le dije que hablaría con su hermana, mi madre, y él se reía, le mande al infierno, me quedé en la calle, un calor inaguantable.

Un Bilbaíno en el infierno. Empecé a pedir dinero por el centro de Sevilla y me daban, pero no sabía dónde comprar, fui a buscar a Marta, mi amiga punky y estaba en casa, me llevó al polígono Norte, pillar porros, dé momento. Después pillamos coca para ella, así sabia a quien comprar, estaba tranquilo conocí a Felipe González, ex presidente español, en el bar, también a su traficante. Entraba en la cocina y despachaba el chasis me decía que no dijera que era vasco, que va mis raíces no lo oculto a nadie, dije soy vasco, de Bilbao, y me dio la mano. Con Marta, me dejaba estar en su casa, sólo los sábados vivía con su madre, y no quería molestar, ellos tenían sus problemas, y no quería estorbar.

 

El tiempo no lo borra

Todo siempre queda

Los recuerdos y mi testimonio

Puede hacer el bien,

¡¡ADELANTE¡¡

 

Por mi vida y por mi único

Hijo ELIM vida nueva dejad,

Que mi corazón este en paz,

Con la sociedad y con DIOS.

 

Andaba descalzo, sin calzado, con el calor, no sentía dolor, la rabia acumulada y drogado y bebido. la gente se me quedaba mirando. La mochila siempre conmigo no me fiaba de nadie, ni tan siquiera de mi propia sombra, pensarían que estaba loco o algo parecido, me da igual lo que piensen la gente, vi como cambiaban SEVILLA por la expo, es preciosa. Me la recorrí entera, allí en el parque del parlamento andaluz, conocí a Josefa, mi novia. Otra tenía 2 novias, una era punk y la otra pija, Josefa. Solo quería follar, follábamos durante horas, una vivía en barrio obrero, la otra en el polígono norte, me cambiaba de personalidad, cuando estaba con una y con otra.

Okupaba viviendas vacías, o las que podía abrir con una patada, por la noche con cuidado que los vecinos no se enteraran. Sin hacer ruido. Durante el día miraba esas casas, y si las veía vacías las apuntaba, para abrirlas, que calor Dios, nunca en mi vida, he aguantado 45 grados, los aguante bien. Había fuentes para refrescarse, menos mal, había ahorrado para el viaje para volver a BILBAO y hablar con mi madre.

LEOELIM

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