El modelo Housing First surgió en Estados Unidos y fue desarrollado por el Psicólogo Sam Tsembréis de la ONG Neoyorkina Pathways to Housing. Desde sus inicios en 1992 está recibiendo mucha atención entre los técnicos de Servicios Sociales de atención primaria, profesionales del tercer sector ode servicios especializados e investigadores/as, así como mandos políticos de otros lugares del mundo, incluida Europa, y dentro de ella también España (Raisfundacion.org, 2016).
La organización estadounidense PathwaystoHousing estudió la posibilidad de que las personas que vivían en la calle podían mejorar su calidad de vida (mayor integración en la comunidad, comienzo de recorridos sociales, mayor empoderamiento, mayor adhesión al tratamiento psiquiátrico, auto aplicación de medidas de reducción de daños, mejora en las actividades de la vida diaria como higiene…) si accedieran inmediatamente a una vivienda en lugar de vivenciar una inestabilidad de alojamiento condicionada a un sistema meritorio, de lo que nació Housing First, para dar solución a todas estas personas que no encontraban respuesta a sus necesidades en ningún recurso residencial existente, y que preferían, por lo tanto, vivir en la calle.
Teniendo en cuenta los diferentes documentos que desarrollaban las características del Modelo Housing First, se puede dilucidar que entre los fundamentos y valores de dicha perspectiva de atención se encuentra la concepción de la vivienda (individual e independiente) como Derecho humano y constitucional, respeto por todas las personas sin condiciones de exclusión, compromiso de acompañar y trabajar con y para la persona hasta que lo requiera, fomento de la autodeterminación, separación de la vivienda y el tratamiento (en el sentido de que lo terapéutico no condicione la acogida), orientación y trabajo por la recuperación del usuario/a y la reducción de daños del consumo y del Sinhogarismo de largo recorrido (Becker, 2012; Bush 2012; Sánchez 2015).
Housing First implica una vivienda inmediatamente disponible, individual y permanente, digna y adecuada a la necesidades de la persona, además de apoyo sanitario y social (mediada por la autodeterminación de la persona) y está dirigido a toda persona que viva en la calle, sobre todo a las que presentan un largo recorrido en situación de sin hogar, enfermedad mental y problemáticas de consumo de sustancias. A la persona se le informa de tres simples pautas que debe cumplir: abonar 30% de sus ingresos para el pago del alquiler (si los hubiera), buenas relaciones en la comunidad (sobre todo la de vecinos) y aceptar una visita semanal de un profesional (Becker, 2012; Bush 2012; Sánchez 2015).
Así, Housing First no sería solo una vivienda sino una intervención integral, no consistiría en pisos compartidos a no ser que la persona así lo decidiera, así como no implicaría un cese impuesto del consumo de sustancias. Housing First presenta diferentes niveles y servicios atendiendo a las diferentes necesidades, ajustando cada hogar, su hogar, sin obligar a las personas a mudarse y sufrir el Síndrome de la puerta giratoria y la Institucionalización[1] .En muchas ocasiones el actual sistema en escalera resulta inflexible y despersonalizado, impidiendo ofrecer una atención individualizada.
Al hablar de Housing First no nos referimos a un simple programa, sino de una nueva mirada al Sinhogarismo, un nuevo modelo. Así no sería una opción entre otras, sino que debemos valorar todo el registro de posibilidades para las personas que, por diferentes motivos, se encuentran en exclusión residencial, pues cada recurso tiene unos factores de éxito diferentes, y todos deben complementarse en la lucha contra el Sinhogarismo, si bien eliminando actuaciones arcaicas y dinámicas de poder.
Para algunos autores Housing First es un sistema completo de reorientación, un cambio de ADN de cómo una comunidad responde al sin hogarismo, que permitiría a la comunidad, como un todo, dar soluciones breves y directas, ayudar a las personas sin hogar a conseguir un hogar permanente con rapidez, y que cuenten con el cuidado y el apoyo necesario para alcanzar una mejor calidad de vida(Housing First is not aprogram, it is a whole system orientation response (n.d.).
Housing First no está enfocado como recurso terapéutico, aunque si pretende avances en este sentido, pues su centro de atención se encuentra en asegurar una estabilidad de hogar como plataforma para conectar con las personas y así conseguir otros fines, que podían ser ciertamente el tratamiento del consumo de sustancias o la mejora de su situación mental, o simplemente objetivos enfocados en la dignificación de la experiencia vital como por ejemplo la Reducción de Riesgos y Daños[2] del consumo y del Sinhogarismo de largo recorrido.
Esta nueva forma de mirar la realidad de nuestro entorno puede suponer cambiar la corriente dominante y aparece como reacción al modelo tradicional de tratamiento de las drogodependencias y de alojamiento, en el cual las personas deben ir avanzado por una ardua escalera que no se adapta a todos los momentos y realidades que conforman la realidad multicausal del Sinhogarismo. Este acompañamiento y apoyo puede moverse en un gradiente de baja, media y alta intensidad de apoyo psicológico, social o sanitario y de baja alta y media exigencia en relación con los consumos, horarios, etc.
Se pretende fomentar la normalización y huir del estigma, ya que Housing First no sigue la idea de alojamientos que congregan personas en situación de exclusión social, sino lo que se pretenden es la inclusión de estas viviendas en la comunidad que se ve como un espacio de oportunidades para recuperar la relación con el entorno y construir una red social de apoyo(Raisfundacion.org, 2016).
La vivienda, vista como un hogar independiente y permanente, fomenta el derecho a la intimidad y a la seguridad, ya que no se encuentra necesariamente relacionada con lo terapéutico ni sometido a él, por lo que el apoyo es concebido como permanente y continuo en el tiempo y la intensidad mediada por la autodeterminación de la persona. Según el planteamiento del modelo Housing First, la vivienda es valorada como un principio indispensable para comenzar diferentes procesos y la estabilidad de hogar no se encuentra condicionada la adherencia a un tratamiento (CRICH, n,d ).
Housing First ofrecería a la persona un paquete de recursos organizado en relación con las necesidades individuales, habilidades, bienestar social y de salud de las personas sin hogar que van a disfrutar de estos servicios. Este apoyo es ofrecido por una trabajo colaborativo y en red entre el equipo interdisciplinar del recurso de alojamiento con servicios sociales y sanitarios (Tainio and Fredriksson, n.d.) con el principal objetivo de paliar los problemas derivados de la imposibilidad de obtener una residencia estable.
Cada persona tendría al menos un profesional de referencia que se encargaría de detectar las necesidades, y abordarlas llevando a cabo acciones apropiadas en un plan de atención individual, siempre con el claro objetivo de dignificar la vida de estas personas, usando los servicios sociales existentes como herramientas para conectar a la persona con la red, con la cartera de servicios que ofrece la comunidad.
Estos/as profesionales deben estar formados/as en el papel de entrenadores/as vitales, deben fomentar la participación activa en el mando de su propia vida y su integración, además de no presentar un modelo de pensamiento bajo los fundamentos del sistema meritorio, sino haber internalizado los valores del modelo Housing First. También es importante el apoyo de la comunidad, una sociedad que entienda los conceptos del modelo y los apoye (Tainio and Fredriksson, n.d.).
[2]Concepto que incluye a todas aquellas intervenciones y estrategias, en los ámbitos de tratamiento, prevención e inserción social, cuya finalidad es disminuir los efectos negativos del consumo de sustancias, por ejemplo a través de utensilios y formas de consumo más higiénicos o seguros.