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Caballos al galope tiran del carro,
la Cibeles cargada de matarratas
para pirotecnia del terrorista.
Jinetes uniformados,
Santo y Seña de botica,
¡Son unos hachas!
repartiendo pociones y concesiones.
El perro bien domado
No morderá la mano
Del que lo trata de tonto.
Para colmo, defenderá con honor
El castillo del Prior del pueblo hambriento.
Campanadas y funerales
Alimentan sus estómagos
Con votos pagados con subsidios
De partido de rama Jesuita.
Cala igual que un tricornio, una txapela
Si la lluvia cae de canto.
Justicieros del rebaño
Son los Pastores de borregos.
Para protegerlos del lobo
conduciéndolo a la boca.
La mosca ronda la oreja
Y encima huele a mierda;
Mirando bajo la alfombra
por si a caso…
De rojo caudal son los caños
Que bajan por la Laguna del olvido.
Sombras a escasez de fósforo,
Pescado azul para alumbrar
Los recodos de los faroleros.
¡Dame un respiro!, dijo Prometeo
Antes de abrir la ventana
Por la que se tiró
Para escapar de las llamas.
Es sabido por todos
Que dios peca de bromista;
Haciendo aguadillas en barricas de tinto
Y estrangulando al gallo
Que se atreva a cantar.
No creo en dios, y menos,
Si es igual de relamido
Que de sanguinario.
La Santa Familia de los Loyola
Eran marineros muy Golfos
Con patente de Corso.
Son los Piratas del Corte Inglés.
Licencia Letrinas
24 de Diciembre 2015