Hoy la tristeza me inunda el corazón. Esta noche la luna llena gobierna el cielo pero en mi habitación, una nube gris es la que atrae a cada molécula de agua que recorre los canales de mi cuerpo.
Pienso si ya es sano escribir con esta pena; si lo mejor fuera meterme en la cama y no salir. Aquí, que no hay por donde escapar, donde lo físico encierra en tu celda y no tienes fuerzas para que vuele tu alma.
Tiene gracia, este juego macabro, esta puta broma ilusoria que llamamos vida. Ayer estuve hablando contigo hasta tarde y hoy no te siento, ni si quiera hay presentimiento.
¿Quién me robo el sentido de la vida? ¿Quién me engañó y cambio por preferentes la mitad de los años de mi vana existencia? Tiene gracia esta puta mezquindad, tan pronto me cuadro y corro por los tejados, como tan lejos ardo y vivo solo de recuerdos.
Ahora, que mi alma camina despierta es cuando me pierdo entre vapores, reflejos de espejos y descansillos de escaleras. Suena en el aire una melodía con tintes mozárabes que mueve como veleta una ventisca.
Tiene gracia, emana cierto encanto pero con risa ladeada, no quiero pensar el precio a pagar cuando traigan la factura. Cansancio y hastío emana cada poro, sudoraciones ácidas que se tornan amargas.
¿Dónde está la llave que abre la puerta? ¿Cómo hacerte entender que todo lo que busco se esconde entre tus piernas?. Quema esta pena y las fuerzas se merman. Me abrasa este llanto y ya es a diario. ¿Quién separó las aguas entre tú y yo?. ¿Quién me robó tus bragas en un parpadeo?.
Ahora que se acercan ecos de revolución, tendré que dejar de anhelar tus entrañas. Se fue la luz, perdí el candil, ya no te hago reír. “Lo siento, cariño, pero me tengo que ir...” dijo la puñetera cuando se corrió. Yo que presumía de aritmética y verborrea, me quedo descompasado y la mandíbula abierta.
¿Dónde está la flor?, marchita en tu felpudo. ¿Dónde se quedó el “Wellcome”?
Salió por la puerta de atrás, para no regresar. Cara de pasmo se me quedó. Crucificado en tablones de aire, no hay redención para los mártires.
Licenciado letrinas