Llevo tiempo pensando en escribir…en poner algo que se quiera leer, que interese…y la verdad, cada vez que me planto ante el folio en blanco…me siento vacía. Es un sentimiento extraño, algo que mi cuerpo y mi mente no reconoce.
Soy trabajadora de la Sala de consumo Supervisado de Bailen, desde hace casi 5 años. En todo este tiempo he madurado como persona y como profesional. Cuando me plantee (hace algunos años) cuales eran mis inquietudes profesionales, a que me gustaría dedicarme…, no tarde mucho tiempo en saber que el mundo de las drogas me llamaba la atención.
- Barrio de San Francisco, Bilbao.
Empecé mis prácticas en un piso de apoyo a mujeres usuarias de droga en proceso de deshabituación. Tras este periodo de tiempo me di cuenta de que me faltaba entender, comprender, saber, cómo y por qué acaba uno dependiendo de una sustancia. Que vida llevan las personas que consumen droga habitualmente, ocasionalmente, esporádicamente… Me faltaba sumergirme en el mundo en el que se mueven las personas que usan o abusan de las drogas.
Con el tiempo tuve la oportunidad de trabajar en calle, intercambiando material de consumo a personas consumidoras en activo. Para mí, era un acercamiento a todas esas cuestiones que tenia por resolver. Pero me faltaba vivir esos momentos que la Sala de Consumo me a facilitado.
Hoy, después de mucho tiempo, tras atender sobredosis, reacciones adversas, momentos de tensión, conversaciones, intervenciones, discusiones, gritos, alegrías, tristezas, risas, llantos,… puedo decir que la experiencia ha sido INCREIBLE (que causa gran admiración o sorpresa), EXTRAORDINARIA (que es poco común, sale fuera del orden o regla general o sucede rara vez).
Las personas que han pasado por aquí, son tantas como las experiencias vividas. Quien ha pasado un tiempo en el “subsuelo” sabe que la figura del toxicómano es muy variada. Hay quien duerme en la calle y hay quien tiene casa en propiedad, hay quien se busca la vida y quien cobra, mas que cualquiera de los que leeremos esto, hay quien esconde su consumo y quien lo reconoce abiertamente, hay hombres y también mujeres, con años de consumo y días de experimento…el perfil de la persona que utiliza este servicio es tan variado como los colores.
Pero hay algo que todos y todas tenemos en común. Que somos PERSONAS. Personas con sus días buenos y sus días malos. Con sus vivencias y preocupaciones. Ahora entiendo y comprendo mucho mejor, cómo y por qué acaba uno dependiendo de una sustancia.
Este último año no ha sido fácil para ninguna de las personas que ocupamos este espacio. Para las que aquí nos desarrollamos profesionalmente, ha sido muy duro desde el 2 de octubre del 2013. Fecha en la que nos enteramos que Médicos del Mundo tenía intención de abandonar la gestión. Pero para las personas que lo usan tampoco ha sido mejor.
Durante muchos meses la incertidumbre se ha apoderado de todas nuestras acciones. Hasta la fecha, hemos notado la respuesta por parte de las personas usuarias. No les ha gustado que desde Abril se cerrara los fines de semana, pero menos, pensar que esto iba a terminar. Pensar en como, donde y con que material voy a consumir ahora. La frase que se ha oído durante meses ha sido “¿qué quieren…que esto vuelva a ser como en los años 80”?
A día de hoy sabemos que la Narcosala no se extingue. Noticia INMEJORABLE (que es muy difícil o imposible de mejorar por resultar muy bueno). Con esta noticia acaba una de las incertidumbres que nos acechaba desde hace tanto tiempo.
Lo que aun no sabemos es, que nos sucederá a las personas que tanto tiempo hemos trabajado y luchado por este colectivo.
En este punto me encuentro, otra vez como al principio, vacía y extraña. Han sido 5 largos años, conviviendo con todas las personas que nos han visitado. Me cuesta pensar que en menos de 15 días no me levantaré para venir aquí…a seguir compartiendo este espacio con muchas personas a las que llevo viendo 5 años todos o casi todos los días….personas con las que en los últimos años he estado más tiempo que con mi madre o mi sobrino… a las que he escuchado, acompañado, aconsejado, cuidado… personas a las que tal vez no vuelva a ver y de las que tal vez no quiera despedirme.
La verdad es que ¡NO es un trabajo fácil! las cosas que ves aquí dentro…son cosas que nadie quiere ver…pero tampoco oír. Es dura la situación de muchas de las personas que vemos y atendemos a diario. Es complicado intervenir en este espacio donde las personas vienen a hacerse daño…opción que elige cada uno y nosotras respetamos, pero aun así…sigue siendo difícil y duro…Difícil de acostumbrarte a ver esta situación a diario 8 horas…las drogas, el mono, la ansiedad, la plata, la jeringuilla…y duro darte cuenta de que esto forma parte de tu vida tanto como en la de ellos.
Quiero dar las GRACIAS a todas las personas, colectivos, asociaciones, ONGs… que nos han apoyado todo este tiempo. Pero sobre todo, quiero poner en valor a TODAS las personas que en algún momento han trabajado en la SALA DE CONSUMO SUPERVISADO de Bilbao, porque a diario nos vestimos con nuestra mejor sonrisa para venir a trabajar e intentamos hacerlo lo mejor que sabemos.
Mila esker.
“Lo que más nos aproxima a una persona es esa despedida, cuando acabamos separándonos, porque el sentimiento y el juicio no quieren ya marchar juntos; y aporreamos con violencia el muro que la naturaleza ha alzado entre ella y nosotros”.
Eider Arroyo
Trabajadora de la Sala de Consumo Supervisado