¿Qué hay detrás de la Reducción de Riesgos? Una pregunta sobre el deseo y la subjetividad en nuestra época.

Con ocasión de las jornadas sobre reducción de riesgos organizadas por la Asociación Ai Laket!! en Vitoria-Gasteiz, trataré de apuntar algunas cuestiones sobre lo que este Modelo puede aportar a la realidad contemporánea en el tratamiento cuidadoso de las problemáticas emergentes.

Lo que nos toca a nosotros es, pues, profundizar en el espíritu de este Modelo de atención, en su filosofía, en sus metodologías y en sus efectos: Abriendo la dimensión de una pregunta capaz de interrogar algo de la dimensión del deseo y la subjetividad en la escena contemporánea de nuestra época.

Una época difícil, sin duda. En la cual los individuos transitan con serias dificultades para regular sus relaciones con la pulsión y el deseo que los habita.

Una época marcada por el empuje feroz del consumo más voraz, que no encuentra abordajes satisfactorios en el tratamiento de los malestares contemporáneos, y que cuenta con el discurso sanitario, las leyes prohibicionistas y el control social como los tres pilares fundamentales en el tratamiento de los usos de drogas.

La RRDD deberá pues poder proponer otras alternativas… en caso contrario desaparecerá, o lo que es lo mismo, quedará engullida por el Discurso del Amo. ¿Puede la RRDD ir más allá de lo sanitario, agujerear la Ley que criminaliza al consumidor de drogas y finalmente, desmarcarse de aquellos que preconizan el control social?

Mi respuesta es sí, como trataré de demostrar, pero sólo con una condición: que sea capaz de atender a la subjetividad de nuestra época, a la particularidad de cada persona y en consecuencia, abrir la pregunta sobre el deseo y la satisfacción en la Sociedad contemporánea.

El Modelo de la Reducción de Riesgos, no debemos olvidarlo, nació aproximadamente en la década de los años 80 ante la imposibilidad de programar y domesticar el recorrido de la pulsión de goce de las personas. Es decir, tras la caída de los ideales reguladores de la Modernidad, el sujeto se encuentra abandonado al empuje de sus pulsiones más mortificantes y a las nuevas maneras de entender la relación con su cuerpo, su satisfacción y su deseo.

Nuestro Modelo, la Reducción del Daño, nace para plantear otra mirada sobre el fenómeno de las drogas. En oposición, o como alternativa, a la abstinencia, al control social y al prohibicionismo imperante de la época.

La RRDD nace para construir un tratamiento más cuidadoso y respetuoso con la persona consumidora de drogas, que requiere de un marco de construcción de ciudadanía que implica el respeto de los derechos de cada usuario de drogas y su dimensión como ciudadano y sujeto de derecho.

Las personas que simpatizamos con la filosofía de la RRDD debemos profundizar en sus contenidos y metodologías de cara a producir un discurso potente. Este es un buen momento para pararse a pensar si este Modelo tiene aun cosas que aportar en el marco de los nuevos modelos de asistencia, prevención y educación de la Nueva Gestión Pública.

Frente a las prácticas monitorizadas y burocráticas de otros modelos de atención social, tan extendidos en la actualidad, debemos desmarcarnos y producir un discurso que se apoye en la particularidad de cada caso, en la diferencia. Si no nos oponemos a estas prácticas deterministas y homogeneizantes, la filosofía que nació con el Modelo de Reducción del daño desaparecerá olvidada tras el desagüe de la hegemonía del Discurso Único y el borramiento de las subjetividades.

Corremos el riesgo de que el Discurso cientificista e higienista de nuestra época termine por fagocitar nuestro interés por acoger la singularidad radical que habita en cada uno de nosotros: la pregunta sobre el deseo y la subjetividad de nuestra época.

Cosme Sánchez Alber

 

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