Siguiendo con la tendencia prohibicionista de la mal llamada “lucha contra las drogas”, que aspira a disminuir el consumo de drogas en la población, se han imprimido en los paquetes de cigarrillos diferentes fotos señalando los peligros y riesgos que tiene el fumar.
Entre estas fotos me llama la atención una jeringuilla con un cigarrillo dentro, que pretende mostrar la gran dependencia que produce la nicotina, al compararla con la heroína intravenosa.
¿Qué pretensiones albergan este tipo de campañas llamadas “preventivas”?
Hay muchas maneras de enfocar este tipo de campañas, podemos pensarlas desde distintos puntos de vista y hacer diferentes lecturas de ellas, entre otras cosas, de la asociación ilícita y perniciosa que se autoriza a hacer esta campaña entre dos sustancias totalmente diferentes, el tabaco y la heroína.
Por una parte hay que decir que para un adicto, el hecho de ver una insulina puede disparar el deseo de consumir provocando una recaída. En consecuencia este tipo de imágenes puede influir negativamente a la hora de mantener la abstinencia en el tiempo. Imagínate que yo soy adicto a la heroína y estoy en un proceso de deshabituación, tratando de llevarlo lo mejor posible, levantándome cada mañana y luchando para no consumir, mi cuerpo necesita esta sustancia, de ahí viene el síndrome de abstinencia. Trato de mantenerme alejado de cualquier acontecimiento que me pueda incitar a consumir, compro un paquete de cigarrillos y me encuentro con esta imagen.
Sacar una jeringuilla en la foto de los paquetes de tabaco es como poner una botella de alcohol o cualquier otra clase de droga, en definitiva, es confundir a la población. Si hablamos de tabaco hablamos de nicotina, y si hablamos de heroína hablamos de un opiáceo. Necesitamos información objetiva sobre drogas y no campañas que nos confundan y confundan a la juventud.
Otra manera de verlo es pensar en las sustancias que el Estado considera legales e ilegales. En este punto podríamos reflexionar sobre nuevos modelos de regulación de las drogas, menos prohibicionistas que el actual. Cada país tiene sus drogas legales, en España tenemos el alcohol y el tabaco, ambas forman parte de nuestra tradición y cultura. Pero hay muchos intereses en juego. Por una parte, el Estado hace dinero con el tabaco, y al mismo tiempo condena su consumo gastándose grandes sumas de dinero en campañas preventivas absurdas.
Recordemos la historia reciente de los Estados Unidos durante la ley seca (1920-1933), la prohibición del alcohol y la persecución de los consumidores puede llegar a producir más estragos que la droga por sí misma. Un buen ejemplo de esto fueron Al Capone y otros jefes de la Mafia. Esto debería advertirnos que la prohibición oculta unos intereses muy oscuros y que, en muchos casos, agrava el problema de las drogas produciendo delincuencia, cárcel, mafias, baja calidad de las drogas ilegales, sobredosis, marginación y exclusión social, entre otros…
Además, que no se nos olvide, las personas tenemos ciertas posibilidades de convivir con las drogas, haciendo un uso “bien llevado” que te permita continuar con tu vida social y tu trabajo. A lo largo de la historia han existido muchas personalidades del mundo de la cultura, las artes, la medicina, la psiquiatría o la farmacología que han hecho uso de la heroína, y que incluso han producido obras artísticas bajo su influencia. Camarón fusionó el jazz con el flamenco y Freud experimentó en sus estudios con la cocaína. En ocasiones las drogas pueden permitirte ver las cosas de manera distinta, romper barreras y poder hacer cosas que nadie había pensado antes. Las drogas tienen efectos dañinos pero también producen otros efectos, placenteros y deseables.
Concluyendo:
- Debemos criticar duramente este tipo de campañas “preventivas” ya que van en perjuicio tanto de aquellas personas que tratamos de deshabituarnos del consumo de drogas, como de la población general y la juventud, a los que desinforma y confunde. Necesitamos una información objetiva y clara sobre las drogas. Una información más honesta, que no trate de engañar a la población.
- En este sentido debemos retomar la reflexión sobre la regulación actual de las drogas, excesivamente prohibicionista, y sobre la posibilidad de iniciar y retomar los estudios, como el de Granada, sobre tratamientos con heroína.
Felix