Es cierto que hace casi 30 años, surgió un potente movimiento asociativo. Hacía mucha falta, la gente se moría, no se tenía información y había que hacer frente a mucho dolor, incomprensión y soledad. Por eso surgimos las ONGs. Nuestro compromiso, implicación y profesionalidad han sido clave para contener la pandemia en nuestra comunidad. Hoy en día la situación ha cambiado mucho, y el VIH se ha convertido en una infección crónica para gran parte de las personas que viven con VIH.
A pesar de todos los avances científicos, el movimiento antisida vasco sigue siendo referencia en la prevención, asistencia y apoyo a los afectad@s vascos. Euskalsida es una plataforma que aglutina diferentes asociaciones de lucha contra el Sida que trabajamos en Euskadi. La primera asociación vasca aparece ya en el año 1985 y después de 26 años seguimos siendo un movimiento unido, fuerte, reivindicativo.
Desafortunadamente, las ONGs seguimos siendo necesarias. Y digo “desafortunadamente”, porque aquella función de informar, acompañar, apoyar y reivindicar en el proceso de vivir con VIH sigue siendo algo extremadamente demandado por la sociedad. Personas que se infectan, familiares, amigos, escuelas, necesitan averiguar cómo vivir con una infección crónica, pero con un añadido negativo. Porque crónico es también el miedo y la culpa que sigue rodeando la infección por VIH. Por desgracia, todavía tenemos que ver lo que nos ha contado Arrate, que confirma que todavía queda mucho para hablar de normalización del VIH, también en nuestro entorno más cercano.
Las instituciones también han tenido su amplio recorrido. Desde el inicio del VIH, las instituciones vascas comprendieron las drogodependencias como un fenómeno complejo que no había que subestimar simplificando las respuestas al ámbito legal, social o sanitario, sino que comprendieron que había que dar respuestas integrales, como integrales son las necesidades de las personas consumidoras de drogas.
Vemos como han cambiado las vías de transmisión, de las drogas de cuya mano aparece el VIH mayoritariamente en nuestro entorno, esto ya no es así. El sexo sin protección es quien ocupa el grueso de las infecciones nuevas. Hemos aprendido que la sexualidad no se puede entender sin hablar de sexo seguro.
La campaña de ONUSIDA, nos recuerda que 2 de cada 3 personas que viven con VIH en todo el mundo, no tienen acceso a la medicación. Y esto ocurre, porque no existen políticas que hagan frente a la pandemia con un posicionamiento claro y objetivo basado en la evidencia científica. Porque la industria farmacéutica no adecua los precios para los países empobrecidos. El resultado, sigue siendo devastador. En un mundo cada vez más global, más pequeño, debemos entender que estamos obligados a apoyar, en la medida de nuestras posibilidades la situación de países tan cercanos al nuestro, como por Ej., países de Europa del Este, donde están viviendo la expansión enorme del VIH entre sus jóvenes porque no hay políticas adecuadas en temas de drogas. América Latina, el Magreb, Àfrica. Si estas medidas no se producen seguiremos viendo seropositivos extranjeros que están obligados a salir de sus países por motivos de salud y que vienen a Europa para seguir viviendo.
“¿Y ahora, a quién se lo digo?” suele ser la primera frase que consiguen articular las personas que obtienen un resultado positivo en nuestras consultas donde realizamos los test de VIH. El estigma sigue estando presente, y por eso todas las personas de esta sociedad tenemos ALGO que cambiar. En las asociaciones antisida estamos cansados de decir a nuestra gente que mienta o que oculte su estado todavía en muchos ámbitos.
Instamos pues, a la sociedad en general, instituciones, administración pública, el sector privado y ciudadanía a que pensemos y actuemos ante el VIH con otra mirada, más igualitaria y normalizadora. Esto sólo depende de nosotros.
En cuanto a los Derechos Humanos, en Euskadi se ha avanzado mucho, pero desde aquí, pedimos que se eliminen todas las barreras administrativas que dificultan o impiden a las personas con VIH, acceder a servicios dirigidos a la población general: Residencias de la 3ª edad, acceso a oposiciones públicas, son ejemplos de desigualdades sociales sin sentido, viajar, adoptar, exclusiones de los seguros que provocan que no se les concedan hipotecas… “Sinsentidos” que afectan a nuestra calidad de vida. Como la exagerada y elevada tasa de desempleo entre las personas que viven con VIH o que en las cárceles vascas el número de portadores siga siendo tan alto. Desde hoy mismo las asociaciones antisida vascas, trabajando juntos a través de la federación EuskalSida volvemos a comprometernos con los afectad@s vascos en avanzar eliminando cualquier atisbo de rechazo, exclusión, o maltrato a cualquier persona portadora del VIH.
Esperamos contar con la colaboración de todas las administraciones vascas en este proceso, hasta la fecha hemos conseguido grandes avances discutiendo y acordando. Si hay una enfermedad que cabalga entre lo sanitario y lo social es el VIH/sida. Esperamos de este gobierno que ambas áreas, la sanitaria y la social colaboren en pos de seguir atendiendo a los afectad@s en las mejores condiciones.
Para acabar decir que tenemos mucho que celebrar y lo haremos especialmente el día 1 de diciembre, pero sin olvidar el camino recorrido y sin olvidarnos de los dos tercios de afectad@s en el mundo sin acceso a los tratamientos. Consejero, Universidad, periodistas, os seguimos necesitando. Muchas gracias.
EUSKALSIDA: Asociación T4; Comisión ciudadana antisida de vizcaya; Asociación antisida de Guipúzcoa; Itxarobide; Harribeltza; Comisión ciudadana antisida de álava