Y diréis, ¿que tiene que ver un video sobre el concepto de educación y el modelo educativo de nuestras sociedades con el mundo de la prisión, los procesos de incorporación social y el tercer sector?
Pues el otro día cuando me lo envío un amigo empecé a pensar como nos ha afectado a todos el modo de entender, la educación y el propio sistema educativo, se ha entendido de un modo tan perverso, donde al final la persona parece que tiene que salir uniformada, estandarizada, todos tenemos que aprender las mismas cosas, parece que solo hay una respuesta correcta, (¿pensamiento único?)Y al final, el sistema parece más empeñado en conseguir personas bien adaptadas, políticamente correctas, y no tanto en poner la fuerza, los recursos, los profesionales al servicio de las capacidades individuales, al servicio de esa milésima diferencial que hace de cada ser humano un ser único, irrepetible.
Educar no debería ser sinónimo de una simple transmisión de conocimientos normalmente teóricos sino que educar debería de ser el buscar y potenciar lo más valioso, único, genuino de cada persona. Logrando de este modo personas quizás menos adaptadas aunque infinitamente más felices y probablemente más responsables, libres, conscientes, intuitivas, criticas y empáticas con sus semejantes.
Y enlazo esta reflexión con lo nuestro, a muchas de las personas presas con las que trabajamos en Bidesari cuando eran niños, les echaban de clase sistemáticamente, o directamente no iban, se les tachaba de problemáticos, no se supo ni mirar lo que ocurría en su entorno (familiar y social) ni mucho menos buscar un enganche positivo desde el que motivar, hacer crecer, acompañar, crear un horizonte de esperanza…todo lo necesario para que una persona a pesar de todo contase con un asidero desde el que crecer, madurar, vivir, superarse, sentirse valioso, elemento s todos estos necesarios para tener un buen manejo de las relaciones sociales y de la propia libertad.
Años más tarde en la prisión se encuentran con algo muy similar, no son nadie, son un numero entre otros muchos,( baste revisar al ratio de educadores, trabajadores sociales y psicólogos en los centros penitenciarios) solamente se les exige que cumplan con unas normas (régimen), que se adapten de nuevo a un micro sistema y no se ponen los medios suficientes y necesarios para ofrecer una respuesta educativa y terapéutica individualizada que les permita emprender un proceso de cambio personal, que les permita rescatar aquello de bueno, genuino, valioso, potencial que llevan todavía dentro. Será difícil alcanzar mayores cuotas de inserción social exitosa mientras nuestra sociedad y el sistema penitenciario no marquen un rumbo distinto, mientras no se pongan medios distintos más orientados a la búsqueda de una maduración y cambio personal.
Los que trabajamos en organizaciones sociales con personas presas o con otras personas que se encuentran en distintas situaciones de vulnerabilidad social sabemos de la importancia de lo relacional, del acompañamiento personal, del dar tiempo, de la cercanía, del motivar, del ayudar en procesos de toma de decisión, del escuchar, del abrazar y exigir con firmeza cuando es necesario. Sabemos que todo esto es una labor artesanal, que requiere de muchos recursos materiales, económicos y humanos (y por favor no me digan que no hay dinero, no es creíble a tenor de los datos que tenemos todos los días en los medios de comunicación de las inmorales cifras con las que algunos directivos de bancos pretender retirarse después del estropicio que han organizado) y sobre todo sabemos que solo haciéndolo de este modo podremos rescatar lo mejor de cada persona para que mejore tanto su vida como la calidad humana de nuestra sociedad.
http://www.ararteko.net/RecursosWeb/DOCUMENTOS/1/3_1672_3.pdf
Si habéis llegado hasta aquí ahora solo os queda disfrutar del video: http://www.youtube.com/watch?v=AZ3JmuaUrxs
Roberto Vidal Failde. Educador Social del piso de inserción de la Asociación Bidesari de Pastoral Penitenciaria.