No me ha resultado cómodo remover recuerdos de tantos años atrás, tantos como de veinticinco años atrás, sin la compañía o el apoyo de algunos seres queridos, con la ayuda de mamá naturaleza que nos da el equilibrio necesario para mantener eso que llamamos fortaleza o firmeza de carácter.
Una mañana, el interfono de casa suena insistentemente, con carácter urgente y mi esposa y yo nos levantamos de la cama, impelidos como un resorte, con la sensación de angustia que sufrimos todos los padres cuando los hijos despliegan las alas y salen de noche. Un amigo nos comunicaba que Tote, apodo bautizado por su hermana, había sufrido un terrible accidente y se encontraba hospitalizado en un Centro Hospitalario de la Comunidad Vasca.
Las vacaciones de Agosto la trasladamos a la UVI, meses en coma VIGIL despertar agresivo con jaculatorias incluidas, apetito insaciable y un largo etcétera de alegrías de rango mayor o menor, con salidas de fines de semana a…San Mamés para que supiéramos que no habíamos perdido la orientación…..deportiva. Aquel imprevisto de madrugada había trastocado las expectativas de Tote y las de su familia y con el agravante de la cronicidad del tema.
Buscas apoyo y lo encuentras en personas que tienen los mismos problemas, como es natural, lo encuentras en una Asociación que iniciaba su andadura sin medios y que paliaba, de cierta manera, las responsabilidades de la Administración. Conoces a nuevas personas, te sientes integrado en un Colectivo, el de DAÑO CEREBRAL ADQUIRIDO y cierto día, cuando vas recuperando tus aficiones por la opera y el cine, piensas que al cambiar el status natural, de que los hijos serán los cuidadores de sus mayores, de sus padres, repito, piensas cierto día que ya te has mirado tu propio ombligo demasiadas veces, de que puedes ayudar en nombre de tu hijo a ese Colectivo.
Te adentras en el mundo de las asociaciones, te adentras en el mundo de ATECE-BIZKAIA y te adentras en un mundo de preocupaciones individuales y globales, en un mundo de cronicidad, en la que la responsabilidad sustituye, en ocasiones, a la afectividad, de que quieres recuperar el pasado y chocas con la nueva realidad, realidad cambiante y frustrante.
Te conviertes en su cuidador principal, él te transforma en una persona mejor y su energía la trasladas a las personas, a esas personas que admiras y tienes afecto, te expresas en clave de ATECE-BIZKAIA, pero su mirada siempre en su corazón y con orgullo piensas que tienes el mejor de los hijos y en clave de humor piensas que él también tiene el mejor de los padres.
José María