Los niños y niñas en un mundo digital

Decir que la tecnología ha cambiado nuestras vidas resulta una obviedad a estas alturas de siglo. De hecho, la innovación aplicada a la creación de herramientas que hagan nuestra vida más fácil siempre ha sido uno de los rasgos distintivos del ser humano. Desde la prehistoria hasta nuestros días.

También ha sido característico del ser humano obtener lo mejor y lo peor de cada tecnología. De hacer el bien y también el mal. Por eso, cuando hablamos de acceso a internet y a las nuevas tecnologías debemos equilibrar el balance entre lo positivo y lo negativo en relación a la vida de los niños y niñas.

On 10 August, William Bol Bol Nygundeng holds up his mobile phone, which shows his photograph, as tweeted by UNICEF South Sudan the previous day. He is a displaced person currently living in the Tomping Protection of Civilians site, on the base of the United Nations peacekeeping mission in South Sudan (UNMISS) in Juba, the capital. “I was excited to see my photograph on Twitter,” he said. “I didn’t know it was going to be there. Most evenings, I read my Twitter feed and keep up-to-date with various organizations and the news they post. I keep my cell phone screen dimmed so that it doesn’t take too much of the battery as it costs money here to charge a phone.” Speaking about how he came to live in the camp, he explained: “I had finished my last year of school in Uganda and had returned home for two weeks when the fighting broke out in Juba, and we got caught up in the war.” He sneaked out to see Tomping, where he heard many people were fleeing. He then returned home and fled, on foot, along with approximately 20 members of his extended family, back to the camp. “I fled with only the clothes I was wearing,” he said. “But it’s okay when you don’t have a lot of clothes in the camp; you just wash your shirt and put it back on again.” In February, he was able to return to his family’s home in Juba and found that it had been looted; nothing of value remained. William has been able to buy two more shirts recently with money he saved while working with an NGO in the camp. He is the sole breadwinner for many children in his extended family, as well as for his uncle and brother. He also supports his brother’s wife and child, who are of a different ethnicity and live outside Juba. In early August 2014 in South Sudan, 1.1 million people have been displaced since resurgent conflict erupted in mid-December 2013. An estimated 588,222 of the displaced are children. Some 434,000 people have also sought refuge in neighbouring countries. UNICEF has ap

La publicación insignia de UNICEF, Estado Mundial de la Infancia, examina anualmente los factores que afectan a los niños y niñas alrededor del mundo, incluyendo estadísticas e información. El EMI de este año, titulado “Niños y niñas en un mundo digital”, reconoce abiertamente que internet y el acceso a las nuevas tecnologías es beneficioso para la educación, desarrollo y progreso de la infancia en todo el mundo y que no podríamos entender nuestro presente y nuestro futuro sin ello. El acceso a material educativo es más rápido y flexible, el monitoreo de la salud de un niño o niña resulta más eficaz y seguro y, entre otras cosas, ofrece un futuro mejor a todos aquellos que puedan formarse e introducirse en la llamada economía digital.

Pero, evidentemente una mayor exposición hace que los niños y niñas se enfrenten a peligros mayores: suplantación de identidad, cyberbullying, abusos sexuales, extorsión, chantaje…y principalmente, el peligro a quedarse atrás, el riesgo de caer en mitad de la llamada “brecha digital” que hace que, por ejemplo, un 60% de los niños, niñas o adolescentes africanos aun permanezca ajeno al mundo online, frente a un 4% de sus equivalentes europeos.

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Internet es una herramienta creada por adultos y que mayoritariamente utilizan los menores de edad (71%, niños, niñas y adolescentes; frente a un 48% de los adultos). Hagamos entre todos un mundo más seguro para ellos, empezando por la red de redes. Desde las empresas tecnológicas y sus mecanismos de seguridad, hasta los padres y madres y su necesidad para educar a sus hijos e hijas en un uso responsable de las tecnologías.

Nuestro trabajo es el de mitigar los perjuicios y aprovechar sus tremendas ventajas.

Los dos “récords” de los rohingyas

La opinión pública ha asistido en el último mes al “descubrimiento” de un “nuevo” conflicto. Sirvan todas las comillas del mundo para las palabras arriba mencionadas. Los rohingya son, según la ONU, un pueblo sin estado y “virtualmente sin amigos”. Con una población de 1.000.000 de personas y una historia que se remonta al siglo VIII. Sin embargo, no tener estado no significa no tener hogar: su lugar de origen es el norte del estado de Rakáin en la Birmania occidental. Hoy, en 2017, huyen de Myanmar por razones de vida o muerte. El gobierno birmano ha tomado la parte por el todo y en respuesta a los ataques perpetrados por un grupo rebelde de origen rohingya, ha comenzado a arrinconar, a cercar y directamente a liquidar a miles de personas. La crisis ha adoptado el calificativo de “limpieza étnica” según las palabras del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.

El trayecto que los rohingya siguen hasta convertirse en refugiados es el que separa Birmania de Bangladesh: el río Naf. A partir de ahí, si llegan con vida, viven confinados principalmente en la región de Cox´s Bazar, junto al resto de las 500.000 personas que han huido de la violencia birmana. Habrá notado el lector que en ningún momento se utiliza la palabra “ciudadano”. No es casualidad. Los rohingyas no tienen ninguna consideración a efectos civiles ni políticos. El estado de Myanmar no los reconoce como grupo étnico y tampoco tienen libertad de movimiento. De hecho, lo que dice Birmania es que en realidad son inmigrantes musulmanes de Bangladesh, que cruzaron la frontera durante la ocupación británica.

No volvamos al siglo pasado. En octubre de 2017, casi dos meses después de que comenzara la huida, y más de 70 años después de que los rohingyas empezaran a ser perseguidos históricamente, las necesidades son de extrema gravedad. Así lo ha podido constatar el Director Ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, durante su reciente visita a los refugiados, donde no ha dejado de ver llegar personas “hambrientas, exhaustas y temerosas”.

El máximo representante de UNICEF relataba las condiciones de vida de los refugiados y aludía al extremo riesgo de un brote de cólera. De hecho, en la última semana se han tratado casi 10.300 casos de una enfermedad que resulta especialmente peligrosa para niños y niñas. Por ello, UNICEF ha organizado una campaña de vacunación oral masiva, gracias a la movilización de 200 unidades móviles que van a distribuir 900.000 dosis de vacuna: la segunda mayor campaña de vacunación oral de la historia.

Pero la crisis de los rohingyas ha batido otro desgraciado record: se considera la emergencia de refugiados que más rápidamente se ha desarrollado en la historia, con más de medio millón de personas huidas en poco más de un mes y medio.

UNICEF, como hace 70 años, sigue estando del lado de aquellos niños y niñas que ven vulnerados sus derechos. Las situaciones excepcionales necesitan soluciones no menos excepcionales.

 

¿Crees que soy una amenaza?

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Nunca ha habido tantos niños y niñas en tránsito, buscando un futuro para si mismos o para sus familias. Nunca tantos niños y niñas han dejado de ser niños y niñas y han alcanzado, de golpe, la edad adulta. Llena de peligros, responsabilidades, frustraciones y sufrimiento. En muchos casos, sin alcanzar los 14 años.

Las rutas que utilizan el Mediterráneo como eje, bien la oriental como la central, se han convertido en el último año en una terrible travesía en la que van quedado atrás los recuerdos y el cálido hogar de una familia. Desde el pasado 1 de enero, 128.669 refugiados y migrantes han llegado a Europa por mar, principalmente a Italia, Grecia, España y Chipre. De ellos, hay 12.656 niños y niñas que viajan solos. Son quienes reciben los golpes de la realidad y de la tremenda injusticia que les ha tocado vivir.

UNICEF y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alertan en un preocupante informe que 3 de cada 4 niños y niñas que viajan por estas rutas, han sufrido abusos contra sus derechos humanos. Especialmente quienes viajan por la ruta Central del Mediterráneo: un 77% de los menores no acompañados han vivido episodios de explotación, abuso o han sido objeto de prácticas relacionadas con el tráfico de seres humanos.

Incluso, en el propio infierno pueden encontrarse rasgos de inhumanidad y racismo: los migrantes que proceden del África sub-sahariana sufren los abusos en una mayor proporción que el resto (65% frente a un 15% en la ruta oriental).

 

UNICEF sigue reclamando a las partes implicadas una mayor amplitud de miras. El problema no quedará resuelto endureciendo las políticas migratorias de los estados sino afrontando el problema en su magnitud y reconociendo que si se tapa un agujero, se abrirá otro. Los flujos migratorios van a encontrar su camino para huir del horror, y lo harán por vías ilegales e inseguras si no les queda otra opción. UNICEF sigue reclamando vías seguras y protegidas en especial para los menores no acompañados.

 

Lactancia Materna: salud y responsabilidad

La ecuación es sencilla: por 4 euros que los estados invirtieran por persona, la vida de 525.000 niños y niñas en todo el mundo sería distinta: crecerían más sanos y podrían afrontar cualquier pequeño contratiempo infantil (diarreas, catarros, infecciones…). De paso, se reduciría la mortalidad de las madres y como consecuencia del menor gasto médico y el aumento de la productividad en el trabajo, se calculan beneficios de 300.000 millones de dólares en ganancias económicas en 10 años. Pero, ¿de qué estamos hablando?, ¿se trata de la última herramienta de innovación científica aplicada a la salud?, ¿un nuevo robot? ¿o acaso estamos asistiendo a las nuevas recetas económicas del Fondo Monetario Internacional para catapultar al mundo hacia un crecimiento supersónico? Nada de eso. Algo tan simple como la lactancia materna.

Esta es la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Una ocasión irrepetible para recordar los múltiples beneficios que esta práctica reporta…y también para llamar la atención de quien no hace lo suficiente por promoverla. En general, la Lactancia Materna sufre déficit de inversión y de promoción: los países de ingresos medios y bajos invierten alrededor de 250 millones de dólares en programas para facilitarla, y los donantes aportan solo 85 millones adicionales.

UNICEF promueve el uso de la lactancia materna como la primera vacuna para la infancia, el mejor antídoto para asegurar su salud y una manera de prevenir cánceres de mama y ovarios en las madres, los principales que sufren las mujeres. Para ello UNICEF evalúa sistemáticamente las prácticas de lactancia materna en 194 naciones y las plasma en la Tarjeta de Puntuación Mundial para la Lactancia Materna que ha dejado patente que solo un 40% de los niños menores de 6 meses reciben lactancia materna exclusiva (únicamente leche materna) y solo 23 países registran índices exclusivos de lactancia por encima del 60%, entre ellos destacan Bolivia, Burundi, Perú, Rwanda, Vanuatu o Sri Lanka.

Por si la supervivencia y la protección de la infancia no fuera suficiente estímulo, el estudio Alimentar la salud y la riqueza de los países: las razones en favor de invertir en la lactancia materna advierte de unas pérdidas económicas de más de 100 millones de euros solo en las 5 economías emergentes más grandes del mundo: China, India, Indonesia, México y Nigeria. La trágica contraparte son los 236.000 niños y niñas que mueren año por no estar bien alimentados.

¿Qué hacer? Promover la lactancia materna también es avanzar hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto: mejora la nutrición (ODS2), previene la mortalidad infantil y disminuye el riesgo de enfermedades no transmisibles (ODS3) y apoya el desarrollo cognitivo y la educación (ODS4).

Cabe concluir que la mejor inversión que un gobierno puede hacer pasa por promover la lactancia materna como una práctica saludable y sostenible, aumentando su difusión y su promoción; mejorando el acceso a la información; promulgando políticas de permiso familiar remunerado y de lactancia materna en el trabajo, sobre la base de las directrices de la Organización Internacional del Trabajo y poniendo en práctica los Diez Pasos para el Éxito de la Lactancia Materna en los centros de maternidad.

¿Qué sucede con los sucedáneos de leche materna? UNICEF y la Organización Mundial de la Salud abogan por un estricto cumplimiento del Código Internacional de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna, que, entre otras cosas, pide un marketing ético de las compañías alimentarias en la distribución y la comercialización, haciendo valer en todo momento los beneficios de una lactancia materna exclusiva.

Lejos de grandes metas y ambiciones, la lactancia materna, también, empieza por uno y una misma. Promoverla es salud. Practicarla, una responsabilidad.

Educación Primero

Resulta cuanto menos curioso que en los tiempos que corren, absolutamente digitales y donde las fronteras se han difuminado a golpe de “tweet”; sea la radio, medio de comunicación “offline”, auténtica rareza para aquellos jóvenes que nacieron con el nuevo milenio,  la que se haya convertido en “trending topic” en la cuenca del Lago Chad, para 1,3 millones de niños y niñas.

No es porque lo hayan escogido. Desgraciadamente esta región africana, que abarca 4 países (Camerún, Chad, Níger y Nigeria), se ha convertido en un auténtico infierno donde Boko Haram está sembrando el terror. Los desplazamientos a los que se ven obligadas millones de familias que quieren huir del conflicto, están generando graves desafíos humanitarios en la región.

La falta de agua, se había convertido en la prioridad de los programas de ayuda oficial. Especialmente porque millones de niños y niñas estaban expuestos a enfermedades como el cólera o la diarrea. Pero en casos de crisis humanitaria, la gran damnificada es la educación.


Por eso se hace necesario buscar soluciones innovadoras para grandes males. Allí donde no es posible instalar una escuela, ni siquiera una de campaña, se ha de hacer lo posible para que los niños y niñas no se desconecten de su educación. Fundamental para su desarrollo y el desarrollo de su comunidad.

Si los niños y niñas no pueden acudir a la escuela, la escuela viajará hasta sus casas a través de la radio. La oficina regional de UNICEF en África Occidental y Central y la Unión Europea han puesto en marcha un programa educativo a través de este medio. “Se trata de un prototipo regional de radio educativa que mantendrá a los niños en una rutina formativa muy positiva” destaca Marie-Pierre Poirier, directora de la oficina regional de UNICEF.

Se trata de 144 episodios en los que se abordarán temas como la lectura, escritura, aritmética o mensajes de supervivencia y protección infantil. Se emitirán tanto en francés como en las lenguas locales, para que resulte accesible a todos los niños y niñas y consigan mantener su ritmo educativo.

 

UNICEF considera que recibir una educación de calidad y gratuita es derecho de todos los niños y niñas del mundo, independientemente de su raza, su religión o su estatus socioeconómico. Sin embargo, la realidad nos dice que los conflictos, desastres naturales y situaciones de desventaja, hacen que la educación quede relegada a un segundo plano.

Esto mismo lo ha podido constatar Malala Yousafzai, activista por la educación que tristemente se hizo célebre por haber sido atacada cuando tan solo pretendía seguir estudiando. Malala ha visitado recientemente Nigeria, un país que tiene absolutamente lastrado su futuro: es el país del mundo donde más niños y niñas no asisten a clases. De hecho, de todos los niños y niñas que no acuden a la escuela en África occidental, el 46% son nigerianos.

Una situación aún más dramática para las niñas, para las que Malala pidió prioridad absoluta “los estudios son claros”, admitió, “educar a las niñas favorece la economía, la reducción de conflictos y mejora la salud pública”.


UNICEF colabora en todo el mundo para paliar esta situación, colabora con gobiernos como los de Camerún, Níger o Nigeria y promueve la creación de espacios para el aprendizaje y la distribución de material educativo. Y sin embargo, la respuesta sigue estando infrafinanciada.

De hecho, sobre la crisis del Lago Chad se habló por primera vez en la Conferencia Humanitaria de Oslo celebrada el pasado mes de febrero. Allí se constató que la respuesta internacional no estaba siendo la adecuada, que no había sido un asunto prioritario en las agendas públicas. Al final de la cita 14 países decidieron apoyar la solución con casi 650 millones de euros en programas.

La educación sigue siendo el pilar fundamental en el desarrollo de la infancia y la mejor inversión que el planeta puede hacer. Hay 57 millones de niños y niñas en todo el mundo sin escolarizar. Hay que seguir trabajando hasta que el contador llegue a cero con la persuasión y las evidencias; la ley y los derechos; un lápiz y un cuaderno.

#RompeElMuro

Son muchos los sentimientos que un niño o niña migrante vive en el transcurso de su viaje. Se inicia en el mismo momento en el que se constata la necesidad de huir de su país de origen, ya que nadie deja su hogar y nexo más cercano con el mundo por gusto. Una vez en tránsito, la seguridad se convierte en el principal temor. Solventado eso parecería que todo ha terminado. Pero una vez llegan a Europa, el lugar donde supuestamente una red de protección le va a brindar amparo legal y social, se encuentra con múltiples barreras: la incomprensión, la discriminación, la xenofobia en todos los estratos de la sociedad, el miedo al diferente, prejuicios que lo hacen invisible o directamente repudiado…

UNICEF ha lanzado la campaña #RompeElMuro para instar a la ciudadanía a superar esas barreras mentales y comprender las razones por las que huyen quienes huyen. “He venido a España a trabajar y estudiar” dicen algunos de los protagonistas de las historias que han inspirado a UNICEF a la hora de realizar un experimento social. Lo puedes ver a continuación.

 

 

Se recogen las reacciones absolutamente espontáneas de personas que paseaban por allí en aquel momento (CaixaForum, Madrid)  y que se interesaron por el muro que había instalado UNICEF. Afortunadamente, la humanidad y empatía de las personas sigue sorprendiendo.

Las razones de peso

UNICEF pide mirar alrededor y tomar conciencia de lo que ha vivido un niño o niña migrante y refugiado. Ni siquiera es fácil que llegue vivo a las costas europeas: en 2016, 700 niños y niñas murieron en aguas del Mediterráneo y más de 21.000 se encuentran bloqueados en Grecia. Además se enfrentan a detenciones ilegales basándose solo en su estatus migratorio o a devoluciones automáticas en frontera. Todo ello no solo atenta contra los derechos humanos de las personas sino que además, específicamente, va contra lo recogido en la Convención sobre los Derechos de los Niños, que pide protección y cuidado para asegurar el bienestar infantil sea cual sea su raza, religión, etnia o sexo.

 

“Ser musulmana no significa ser terrorista”

Son las palabras de Nora, de 18 años. Una de esas historias de vida que inspiran el trabajo de UNICEF en el día a día.

 

“Siempre he tenido que ser como un adulto”

De Guinea Conakri a España. El camino de Malick incluyó varios países, desiertos y la peligrosidad de una travesía en patera. La consecuencia es que tuvo que acortar su infancia. Tuvo que ser adulto antes de tiempo.

El trabajo de UNICEF

En UNICEF trabajamos para mejorar las vidas de los niños refugiados y migrantes en sus países de origen. Además, estamos presentes durante el viaje para garantizar su salud y protección. Una vez en Europa, movilizamos a los gobiernos para introducir cambios en las leyes y garantizar su bienestar.

Rompe el Muro y ayúdanos a hacerlo posible https://www.unicef.es/rompe-el-muro

 

 

 

 

Becas ONU: un tren que hay que coger

Es muy atrevido meterse en la piel de una persona cooperante voluntaria e imaginar sus sentimientos al embarcarse en una aventura de tal calibre. Directamente, hemos optado por preguntar a una de ellas: “Yo pagaría por hacer esto” nos dice Araia Tamayo, una vizcaína de 32 años, beneficiaria de una de las becas que la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo ofrece con el objetivo de realizar un proyecto en uno de los organismos internacionales del sistema de Naciones Unidas. Araia está en Mauritania. Se presentó a UNICEF, Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, porque “los niños son la población más vulnerable y para mí es el mayor honor poder servirles”.

Las becas se convocan anualmente y tienen una duración de 12 meses (prorrogable a dos años). Un periodo que la persona cooperante aprovecha para absorber y degustar cada minuto, como si de un preciado tesoro se tratara, a pesar de que al principio surjan pequeñas dudas, “me daba pena separarme de mi familia, de mi gente y dejar mi trabajo” dice Araia. Un pequeño tributo que hay que pagar en aras de un objetivo mayor.

 

“Con mis imágenes intento contar historias, y mostrar las luces y las sombras que percibo en la realidad. Por ejemplo, aquí en Mauritania, hay mucha miseria, pero también mucha nobleza y mucha riqueza cultural. Para mí es importante hablar de las dos cosas”. Araia ha puesto al servicio de quien más lo necesita, toda su experiencia “como profesional del audiovisual siempre he ofrecido esta herramienta a la cooperación, sobre todo a favor de la interculturalidad e intercambio”.

Todos tenemos algo que ofrecer, pero los perfiles más demandados requieren de habilidades en comunicación, planificación, monitoreo, capacidad de análisis y trabajo en equipo. Araia pertenece a uno de los grupos transversales en las oficinas locales, el de los profesionales de la comunicación. Pero también, profesionales sanitarios, licenciados en derecho, profesionales relacionados con las ciencias sociales, la educación y agua-saneamiento-higiene.

Araia sigue desempeñando su labor en Mauritania y, con los datos en la mano, es probable que pueda hacerlo en el futuro: desde que el Programa de Becas ONU-Gobierno Vasco se puso en marcha en 1997, de todos los participantes con UNICEF, más de 240, un 30% de los becarios fue contratado por alguna Agencia del sistema de Naciones Unidas y un 40% de ellos, está vinculado profesionalmente al ámbito de la Cooperación.

Historias de éxito tras las que se esconde una profunda vocación de ayuda y servicio a los demás. “Si no me daban la oportunidad, lo llevaría siempre en la cabeza”. Araia cogió su maleta y su pasión e hizo caso a una amiga que le dijo: “Ni te lo pienses. Trenes así solo pasan una vez en la vida”.

Consulta aquí las bases para optar a la beca.

Yo también opino: Bilbao y las personas jóvenes

Cuando a un niño, niña o adolescente se le pregunta por cómo imaginan su ciudad ideal, podemos preparar nuestro lápiz y papel para apuntar una larga lista. “…los parques con columpios, las canchas de baloncesto, los parques donde haya verde, ah, y queremos otro Artxanda!” Los niños y niñas que han participado en los talleres recientemente organizados por el Ayuntamiento de Bilbao han dejado bien claro que si les preguntan, opinan. Pero lejos de caer en el tópico de que tan solo quieren jugar y viven con grandes dosis de idealismo, en ocasiones, dejan ver una realidad cada vez más presente en la agenda de los gestores públicos: “¿y si queremos más bibliotecas o más teatros, más cultura?” o “Nos dicen que solo jugamos con el móvil, pero mis amigas y yo, cuando salimos, no podemos hacer nada, porque no nos ofrecen nada. ¿Nos sentamos en un banco a hablar?”

Existe un mito, una leyenda urbana, que dice que las personas jóvenes no se involucran con su entorno, que no les gusta participar en eso que se conoce como debate público. “Los jóvenes siempre dicen: ¡qué rollo!” es una de las frases más manidas y que menos fielmente reflejan la realidad. ¿Hemos probado a preguntarles?

El Ayuntamiento de Bilbao lo ha hecho. Lo está haciendo porque ambiciona ser Ciudad Amiga de la Infancia (CAI), el sello que UNICEF otorga a las ciudades y municipios que, entre otras cosas, incorporan la voz de los niños y niñas en la toma de decisiones de sus políticas. Por eso, hasta el 31 de mayo el consistorio quiere recabar el mayor número de opiniones posibles y hace un llamamiento a los niños, niñas y adolescentes que tengan entre 8 y 17 años y que vivan en Bilbao, para rellenar una encuesta on-line, sencilla y anónima (a la que se accede pinchando aquí)


CIUDAD AMIGA DE LA INFANCIA

Quienes obtienen el reconocimiento CAI se comprometen a hacer cumplir los 54 artículos recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño. Es precisamente en este tratado internacional donde encontramos, de forma explícita, la obligación de los Estados a garantizar que los niños y niñas tengan derecho a expresar su opinión y a que ésta se tenga en cuenta en todos los asuntos que les afectan.

El sello CAI premia a los ayuntamientos más involucrados con los derechos de la infancia, sin olvidar que éstas son las instituciones más cercanas a los niños y niñas. En sus barrios, pueblos, villas, municipios o ciudades los niños y niñas aprenden a jugar y a relacionarse, de ahí la importancia de contar con acceso a servicios de calidad en educación y en salud. Los consistorios son quienes primero deben garantizar el bienestar de la infancia, en colaboración con instancias superiores como diputaciones y gobiernos.

Bilbao está haciendo una apuesta valiosa y valiente. No se trata de plantar 4 árboles más en Santutxu o Zorroza, sino de sembrar un frondoso bosque que realmente altere el ecosistema. Los niños, niñas y adolescentes quieren ayudarnos a tener una ciudad mejor. ¿Les escuchamos?

 


#CierraUNICEF: por un mundo donde no sea necesario

Tras setenta años de trabajo, UNICEF ha mejorado la situación de millones de niños y niñas en el mundo gracias a vacunas, alimento, escuelas y protección en países de todo el mundo. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para que se haga realidad su sueño más deseado: cerrar UNICEF.

Y es que cerrar significaría que los derechos de todos los niños y niñas de cualquier lugar del mundo estén cubiertos, que todos pudiesen vivir en lugares fuera de conflicto y que tuvieran sus necesidades primarias completamente satisfechas.

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Todavía en 2017 cincuenta millones de niños y niñas sufren desnutrición aguda, 61 millones no van a la escuela y el trabajo infantil y el matrimonio infantil son una triste realidad a la que muchos se tienen que enfrentar diariamente sin recursos para poder evitarlo.

En los últimos 17 años se ha salvado la vida de 48 millones de niños y niñas menores de cinco años, entre 1990 y 2015 se ha proporcionado acceso a agua potable a 250 millones de personas; y cada año entre dos y tres millones de niños consiguen salvar su vida gracias a una vacuna.

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Pero, a pesar de estas cifras positivas, las hay también muy alarmantes: 16.000 niños y niñas están muriendo cada día por causas evitables como la diarrea, 50 millones padecen desnutrición aguda. A pesar de nuestro esfuerzo, el número de menores que se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias asciende a 168 millones.

Las situaciones extremas a las que se enfrentan en sus países de origen ponen en peligro cada segundo de sus vidas: 535 millones de niños y niñas viven en lugares afectados por conflictos o desastres naturales. La guerra en Siria y la crisis de los refugiados, la hambruna en Sudán del Sur, el conflicto en Yemen o la violencia en Nigeria son solo algunas de las emergencias que hacen que UNICEF siga siendo necesario.

 

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No podemos dar la espalda a estos niños y niñas indefensos. En sus más de setenta años de vida UNICEF ha demostrado gracias al apoyo de todos que un mundo mejor para la infancia es posible. Pero todavía queda mucho trabajo por delante. Alcanzar el cierre de nuestra organización es una utopía que puede hacerse realidad con nuestro esfuerzo y tu ayuda. Colabora con nosotros y #CierraUnicef.

 

 

La hambruna en Sudán del Sur amenaza la vida de 1,1 millones de niños y niñas

Nyakena se despertó una noche en medio de un fuego cruzado que amenazaba con matarla a ella, a su marido y a los dos mellizos que ambos esperaban. No tuvo más remedio que huir sin mirar atrás, perdiendo la pista de su marido y quedándose sola, embarazada, sin ningún lugar a donde ir y sin nada que comer.

Este es solo un ejemplo de las historias que se escuchan a diario en la clínica del Centro de Protección de Civiles de Juba, Sudán del Sur. La temporada seca, los conflictos armados y la altísima inflación del país han traído consigo una hambruna que está poniendo en peligro a cerca de cinco millones de personas en todo el país, más del 40% de la población.

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La declaración del estado de hambruna implica que la falta de alimentos es tan grave que la gente se está muriendo, literalmente, de hambre. En Sudán del Sur 1,1 millones de niños y niñas sufren desnutrición aguda, y 4,9 millones de personas más sufren una inseguridad alimentaria que puede dejarles sin comida en muy poco tiempo.

Dos de los hijos de Athill, de ocho meses, tienen el mismo peso que un recién nacido sano, cuatro kilos, y el resto de sus hijos tienen que caminar ocho kilómetros para poder acceder a los alimentos terapéuticos que necesitan para no caer en la desnutrición.

“La mayoría de las veces nos tenemos que aguantar el hambre, o comer unas pocas de estas semillas una vez al día porque no podemos comprar nada para alimentarnos. Vivo con miedo de que si no llueve pronto se acaben las semillas y no tengamos ni siquiera eso para calmar el hambre”, nos cuenta.

Además, el difícil acceso a los alimentos en Sudán del Sur aumenta las probabilidades de infectarse de otras enfermedades graves como el cólera, el sarampión y la malaria, la que sigue siendo la principal causa de morbilidad entre los niños y niñas menores de 5 años.

hambruna_en_Sudan_del_Sur_amenaza_la_vida_de_1,1_millones_de_ninosDesde UNICEF trabajamos en Sudán del Sur para que estas cifras tan alarmantes se reduzcan lo más rápido posible y salvar la vida de los millones de niños y niñas bajo la amenaza de la desnutrición aguda grave. Pero todavía tenemos mucho trabajo por delante, y solo podemos conseguirlo con tu ayuda.

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