Decir que la tecnología ha cambiado nuestras vidas resulta una obviedad a estas alturas de siglo. De hecho, la innovación aplicada a la creación de herramientas que hagan nuestra vida más fácil siempre ha sido uno de los rasgos distintivos del ser humano. Desde la prehistoria hasta nuestros días.
También ha sido característico del ser humano obtener lo mejor y lo peor de cada tecnología. De hacer el bien y también el mal. Por eso, cuando hablamos de acceso a internet y a las nuevas tecnologías debemos equilibrar el balance entre lo positivo y lo negativo en relación a la vida de los niños y niñas.
La publicación insignia de UNICEF, Estado Mundial de la Infancia, examina anualmente los factores que afectan a los niños y niñas alrededor del mundo, incluyendo estadísticas e información. El EMI de este año, titulado “Niños y niñas en un mundo digital”, reconoce abiertamente que internet y el acceso a las nuevas tecnologías es beneficioso para la educación, desarrollo y progreso de la infancia en todo el mundo y que no podríamos entender nuestro presente y nuestro futuro sin ello. El acceso a material educativo es más rápido y flexible, el monitoreo de la salud de un niño o niña resulta más eficaz y seguro y, entre otras cosas, ofrece un futuro mejor a todos aquellos que puedan formarse e introducirse en la llamada economía digital.
Pero, evidentemente una mayor exposición hace que los niños y niñas se enfrenten a peligros mayores: suplantación de identidad, cyberbullying, abusos sexuales, extorsión, chantaje…y principalmente, el peligro a quedarse atrás, el riesgo de caer en mitad de la llamada “brecha digital” que hace que, por ejemplo, un 60% de los niños, niñas o adolescentes africanos aun permanezca ajeno al mundo online, frente a un 4% de sus equivalentes europeos.
Internet es una herramienta creada por adultos y que mayoritariamente utilizan los menores de edad (71%, niños, niñas y adolescentes; frente a un 48% de los adultos). Hagamos entre todos un mundo más seguro para ellos, empezando por la red de redes. Desde las empresas tecnológicas y sus mecanismos de seguridad, hasta los padres y madres y su necesidad para educar a sus hijos e hijas en un uso responsable de las tecnologías.
Nuestro trabajo es el de mitigar los perjuicios y aprovechar sus tremendas ventajas.