Brasil: Entrevista con el coordinador jurídico de TDH sobre justicia restaurativa.
“Justicia Restaurativa” es un término desconocido para la sociedad. Sus prácticas, alternativas, innovadoras, obtienen resultados positivos, principalmente cuando se ponen en marcha con niños/as y adolescentes. Renato Pedrosa, coordinador jurídico para Tierra de hombres, se ha ofrecido a informar del objetivo a ACM –Asociación de Magistrados de la región de Ceará-Brasil.
La justicia restaurativa es un sistema muy innovador y diferente de la justicia tradicional. ¿Cómo ha aparecido este concepto?
“La justicia restaurativa ha emergido en los años 70, cuando numerosas iniciativas buscaban alternativas a la manera de tratar las acciones conceptuadas como criminales. Primeramente esta justicia se aplicó en Canadá, Nueva Zelanda y Australia. La expansión del movimiento restaurativo ha llamado la atención de Naciones Unidas, donde el Consejo Económico ha redactado una declaración sobre los principios básicos de la Justicia Restaurativa. En Brasil los primeros proyectos se iniciaron en 2005 en las ciudades de Porto Alegre (RS), Sao Caetano do Sul (SP) y Brasilia (DF). Han sido financiados por la Secretaría de la Reforma de la Justicia y por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Después las prácticas restaurativas se han diseminado alrededor nuestro: en las comunidades, los sistemas de justicia, las familias, en casa de los niños/as y adolescentes, en las prisiones y unidades de internamiento, etc.”
¿En qué consiste la justicia restaurativa? ¿Cómo se aplica?
“En Brasil existen diversas modalidades de aplicación de la Justicia Juvenil Restaurativa. Por ejemplo, estamos trabajando con un proyecto piloto en la villa de Sao José de Ribamar (MA), junto con un hogar de acogida de adolescentes implicados en conflictos. Utilizamos, por ejemplo, los “círculos restaurativos” para la resolución de conflictos: se implica al autor del conflicto, a las víctimas directas e indirectas y a los miembros de la comunidad. Juntos, y considerándose iguales, reparan los daños, restauran la dignidad, la seguridad, la justicia y aseguran la reintegración familiar y comunitaria. Cuanto mayor es el grado de colaboración, de participación, de escucha, mejor es la restauración. Todo el proceso es dirigido por un mediador debidamente cualificado.
Igualmente, esta práctica se ha desarrollado a lo largo del proceso judicial y para prevenir y resolver los conflictos en las escuelas públicas y en las comunidades. Cada vez, lo importante es la voluntad y la participación de los adolescentes. Padres, profesores y otros miembros de la comunidad: de todos los que pueden contribuir a la resolución del conflicto.”
Hay una gran resistencia frente a esta práctica innovadora por parte de los magistrados, fiscales, abogados… ¿Cómo les sensibilizáis?
“La Justicia Juvenil Restaurativa, como la mitad de las alternativas de resolución pacífica de conflictos, no sustituye al sistema actual de justicia, pero puede funcionar con él, complementándolo. En todos estos proyectos sobre justicia juvenil, en Brasil y en otros países, Tierra de hombres trabaja en colaboración con magistrados, fiscales, defensores públicos y abogados. Actualmente, Tierra de hombres ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Justicia, a través de la Secretaría de la Reforma de la Justicia, para colaborar en los procesos de sensibilización de la Justicia Juvenil Restaurativa.”
Alternativas a la detención en Afganistán.
A fin de instituir una justicia juvenil restaurativa más que represiva en Afganistán, la puesta en práctica de alternativas a la detención constituye una etapa decisiva. Estas alternativas son un medio de reinsertar a los niños y niñas en conflicto con la ley más que castigándolos únicamente. El objetivo es desarrollar el sentido de la responsabilidad en casa de estos niños y niñas, ofreciéndoles la oportunidad de desarrollar su educación y de adquirir competencias mientras cumplen su condena.
La justicia juvenil afgana ha evolucionado considerablemente durante la última década. El marco jurídico se ha visto enriquecido con importantes normas internacionales, como el principio de la detención en última instancia (artículo de la Convención para la protección de los Derechos de la Infancia) y los principios que garantizan un proceso equitativo y el respeto de este derecho. En particular, la edad de responsabilidad penal ha sido elevada de 7 a 12 años en el Código de Menores elaborado en 2005; igualmente la nueva ley ha definido un conjunto de ocho penas alternativas a la detención, incluyendo, por ejemplo, los trabajos de interés público, la suspensión condicional de la pena o el arresto domiciliario.
Hasta ahora, estas alternativas eran raramente utilizadas por los jueces y los fiscales. La tendencia predominante, a día de hoy, consiste en enviar sistemáticamente a los niños y niñas a prisiones para menores, independientemente de la gravedad de la infracción cometida. Por ejemplo, un niño/a de 14 años que roba comida puede estar detenido con un asesino de 17 años. Esta confrontación frente al sistema judicial y a la prisión puede tener un impacto peligroso en los jóvenes.
El Consorcio para los Derechos de la Infancia (CRC), dirigido y coordinado por Tierra de hombres, está activo en las cuestiones de justicia juvenil desde 2009. A fin de ayudar a mejorar la situación actual y de animar a la aplicación de penas de sustitución, se ha organizado un taller titulado “Taller sobre la puesta en marcha de una justicia restaurativa para los menores en Afganistán”. El objetivo de este taller era reunir a los actores clave del sector: jueces, fiscales, abogados, directores de prisiones para jóvenes, trabajadores sociales y representantes del Ministerio de Trabajo, de Asuntos Sociales, Mártires y Minusválidos. Las diferentes sesiones han permitido discutir las cuestiones actuales en materia de justicia juvenil; han contribuido sobretodo a mejorar la comunicación entre las partes implicadas. Por otro lado, los talleres han representado una excelente ocasión para los miembros del CRC para comprender mejor cómo los profesionales imaginan el futuro del sistema judicial de menores.
El CRC ha llevado esta serie de talleres desde octubre de 2010 hasta febrero de 2011 en Jalalabad, Herat, Mazar y Kabul. Cada sesión ha reunido a alrededor de 40 profesionales de la justicia de menores. Se ha dejado sentir ya su impacto positivo. En febrero de 2011 los jueces de menores que han asistido a esta formación en el distrito de Herat han decidido aplicar soluciones alternativas a la detención a 12 niños/as condenados (11 muchachos y una chica) que han cometido delitos menores. En lugar de prisión cerrada, estos niños/as podrán cumplir su condena en un centro de rehabilitación abierto donde participan en actividades educativas y profesionales durante la jornada. Por la noche están autorizados a volver con sus familias. Estos progresos remarcables siguen exactamente la línea fomentada por el CRC. El siguiente objetivo es construir un nuevo centro de rehabilitación abierto en Herat, a fin de facilitar la puesta en marcha de soluciones alternativas a la detención.
Mauritania: Promoción de la justicia para menores.
Los beneficiarios/as directos son 2.000 menores (95% niños y 5% niñas) entre 8 y 18 años en conflicto con la ley, acusados y/o encarcelados. Tras su salida de prisión se benefician de una reinserción social, familiar y profesional y son apoyados a través de actividades generadoras de ingresos.
El objetivo básico del proyecto consiste en reforzar las competencias y estructuras del Ministerio de Justicia de Mauritania implicadas en la justicia de menores y apoyar y organizar una red de recursos y asociaciones locales que pueden gestionar la atención de los menores en conflicto con la ley.
En Mauritania, hasta 1998, los menores en conflicto con la ley no podían todavía contar con una protección suficiente que les garantizara sus derechos antes y durante el período de detención o el juicio.
Tierra de hombres Mauritania puso en marcha diferentes dispositivos que permitieron a los menores, por un lado, beneficiarse de una asistencia legal y social desde su detención en las comisarías de Nouakchott y Nouadhibou, a través de un sistema de conciliación con el objetivo de limitar los procesos judiciales. Y por otro lado, los diferentes profesionales de la Justicia de menores recibieron una formación y una sensibilización durante los seminarios interdisciplinares.
A finales de 2005 la adopción del código de protección penal del menor que representa la armonización de la legislación nacional con la Convención de los Derechos del Niño, ha cambiado el contexto de la Justicia del menor mauritano.
La estrategia del proyecto ha sido modificada en consecuencia. Si la acción de Tierra de hombres se fundaba antes en un modelo de sustitución de la acción del Estado en cuanto a la asistencia legal y social a los menores, en adelante ésta se basará en el apoyo al Ministerio de Justicia y a los actores implicados en la reforma de la Justicia Juvenil.
A partir de finales de 2007 el proyecto se consagra a prestar un apoyo institucional al Ministerio de Justicia para hacer avanzar la legislación sobre menores y la formación especializada, además de contribuir a la consolidación de las estructuras creadas por la reforma: la Dirección de la Protección Judicial del Menor (DPJE) en el seno del Ministerio de Justicia y la Brigada Especial Responsable de Menores (BSCM) en el seno de la Dirección General de la Seguridad del Estado.
A través de este proceso el proyecto se dirige a la transferencia al Estado de competencias en materia de seguimiento social y jurídico de los menores en conflicto con la ley.