RASD: 35 años de resistencia

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) fue proclamada el 27 de febrero de 1976, tras la retirada de España del territorio del Sáhara Occidental.

La RASD es miembro en la Unión Africana y le unen relaciones diplomáticas con 82 Estados. Posee Embajadas y Misiones Diplomáticas en los diferentes continentes y es parte signataria de numerosas convenciones y convenios bilaterales y multilaterales. El país es el único de lengua hispana en el norte de África.

Sin embargo, la proclamación de independencia no significó alcanzar la paz, puesto que Marruecos y Mauritania, dadas las altas riquezas del territorio (fosfato, hierro, uranio, agua, así como uno de los bancos pesqueros de los más ricos del mundo) lo ocuparon militarmente tras la salida de España, negando el derecho a la autodeterminación de este pueblo.

Mauritania se retiró del Sáhara Occidental en 1979, pero Marruecos mantiene la ocupación ilegal en dos terceras partes del territorio, aún cuando el Tribunal Internacional de Justicia negó en 1975 la existencia de cualquier vínculo o relaciones de soberanía entre el Reino de Marruecos y el territorio del Sáhara Occidental anteriores al colonialismo español.

En el año 1991, en el marco del Plan de Arreglo apoyado por la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, la RASD y Marruecos acordaron la realización de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, el cual hoy, tras más de veinte años, no ha podido implementarse debido a la obstrucción marroquí y a la incapacidad del Consejo de Seguridad y la MINURSO en imponer la aplicación de dicho acuerdo.

Todo esto sitúa hoy al pueblo saharaui como la última colonia en África, en proceso de lucha por su independencia y reconocimiento estatal, mientras que gran parte de su población se encuentra viviendo en campamentos de refugiados en el sur Argelia, cerca de la frontera con el Saáhara Occidental

El régimen marroquí viene ejerciendo en el Sáhara Occidental una sistemática política de segregación consistente en la eliminación física, tortura, represión, recorte de ingresos y exclusión. Sumado a esto, Marruecos levantó en 1981 en dicho territorio un muro de más de 2.800 km de largo, fortificado con sofisticado arsenal militar y con millones de minas anti personas, que divide el país, separa a familias y se cobra la vida de miles de inocentes.

Por todo lo cual, estos días se cumplen 35 años de resistencia.

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