Es verano en el infierno

Desde el 18 de junio esto es insoportable, y día a día va a peor. No se puede vivir así. Todos los días llegamos casi a los 50º C. Desde las 14:00h hasta las 20:00h no se puede hacer nada. Permanezco encerrado en la habitación, como un animal enjaulado. Alguna tarde he estado a punto de enloquecer de calor. No puedo estar quieto, no puedo moverme. Me siento, me levanto, camino, me siento. A veces pierdo el conocimiento y me despierto dos horas más tarde empapado en sudor, desorientado, con la boca pastosa. No quiero estar aquí dentro, pero no tengo a dónde ir. No se puede salir fuera. Fuera está el infierno, el fuego, el sol.

A partir de las 20:00h la fuerza de ese fuego empieza a remitir, y a las 22:00h la temperatura “baja” hasta los 40º C. Evidentemente no se puede dormir. La cama es un charco de sudor. Desde hace varias noches duermo (a ratos) en el patio de protocolo, acojonado por los escorpiones. Han salido ejércitos de ellos con el calor. Estando tumbado, cada vez que una cucaracha se me sube a la espalda doy un brinco y me pongo de pie. De noche no se puede estar dentro de la habitación, todo está a más de 40º C (la cama, las paredes, el suelo), y tengo un dolor de cabeza constante desde hace 3 semanas. El agua del lavabo sale hirviendo (por la ducha ya no sale), por lo que no me puedo refrescar. Guardo agua en botellas a temperatura ambiente (a más de 40º C) y me la echo por encima de vez en cuando. El agua que bebo está a la misma temperatura. No hay forma de escapar del calor. Ya casi ni como. Las lentejas calientes me dan asco. He encontrado larvas de mosca en ellas. No recuerdo cómo es la sensación de tocar o beber algo frío. Un par de noches he soñado que estaba en Donosti, en la playa: sé que es un mecanismo del cerebro para sobrevivir. He conseguido un ventilador que me echa chorros de aire caliente, como un secador de pelo, pero es mejor que nada.

Hoy el cielo está rojizo, del color de la arena, parece como si estuviese hirviendo, a punto de explotar. El aire es tan caliente que se puede tocar. Si se levanta el siroco no sé qué haré, porque a la noche no podré salir fuera. Cuento las horas que me restan para salir de aquí. Esto es durillo, de verdad. Alguna de estas tardes en las que casi he perdido la razón me he preguntado durante horas qué hago aquí, o cuánto tiempo más voy a estar. En esta situación la respuesta es demasiado obvia.

Pero lo que no puedo imaginarme ni remotamente es lo que pueden sentir los saharauis, sin perspectivas de salir de aquí, en esta puta mierda de sitio durante años y años…

Facebook Twitter Stumbleupon Delicious More More More
elcorreo.com

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.