Llevar el mensaje

Quiero agradecer a los compañeros y compañeras de este grupo que me hayan invitado a compartir sobre “llevar el mensaje”, lo que no sé aún es cómo he aceptado, yo estoy segura de que fue mi PS el que dijo por mí que sí, porque yo lo que quería era decir que no. Pero ésto es lo que hay y estoy agradecida. 

Mi nombre es Isabel y soy adicta y estoy feliz y agradecida de estar voluntariamente aquí. Cuando estaba en activo me resultaba facilísimo esto de hablar en público pero hoy que, gracias a mi PS y a NA, estoy limpia, pues no tengo ni idea de cómo va a salir, igual me atasco y ni “patrás ni palante”.

Bueno, el objetivo primordial del programa de NA y por tanto el mío propio es el de llevar el mensaje a los adictos que aún sufren dentro y fuera de nuestra comunidad sin hacer hincapié en ninguna droga en especial sino en la enfermedad de la adicción. Llevar el mensaje a través de compartir mi experiencia, mi fortaleza y esperanza en que es posible parar de consumir y mantenerme limpia para así poder ayudar a otros a hacer lo mismo y todo esto a través de los principios espirituales que aprendo a través de los 12 Pasos y a través de una abstinencia absoluta de todo tipo de drogas, incluido el alcohol.
Yo creo firmemente en que somos lo que damos y damos lo que recibimos y yo he recibido, recibo y si sigo este camino, seguiré recibiendo los principios para aprender una nueva forma de vivir a la manera de NA y del resto de los programas de 12 Pasos en los que trabajo.

Llevar el mensaje - Revista de Narcóticos Anónimos

Llevar el mensaje - Revista de Narcóticos Anónimos

Mi historia es una historia común, común porque es una historia de dolor, y muy particular porque es la mía, la que a mí me llevó a buscar la autodestrucción a través del consumo. Yo era de pequeña una chica gorda y fea con una ausencia total de autoestima que venía dada en gran parte por mi hermana mayor: ella era tan guapa, tan inteligente tan estupenda, que yo nunca iba a llegar a ser como ella, así que nunca lo intenté, pero lo suplí con ser una magnífica estudiante. Mi adolescencia y juventud se desarrollaron alrededor de círculos y retiros espirituales. Con 16 años pedí a la Virgen que me concediera un novio y a los 10 días se me declaró un chico, y claro… ¡Cómo iba a decirle que no si aquél era el novio que me mandaba la Virgen! Y con él que era un chico de la Adoración Nocturna me quedé 10 años. Y entonces conocí a un hombre 23 años mayor que yo que después sería mi marido y quién me abrió las puertas de un mundo desconocido para mí y con ellas abrió también las puertas de mi infierno personal. Para poder sobrevivir a la forma de vida que con él llevaba yo necesitaba consumir, y llegó un momento en que todo se volvió tan sórdido que para mí era más fácil consumir que vivir.
En medio de la locura de mi propio consumo viví la muerte de mis hermanos, él en un accidente de moto y mi hermana alcohólica de un cáncer. Y fue precisamente al ingresarla a ella en La Garriga para su desintoxicación cuando conocí por primera vez los programas de 12 Pasos a través de AA.

Años después “me retiran”, yo creo sinceramente que para no molestar más en Sevilla y me traen a Marbella donde mi deterioro ya es inviable y un día decido pedir ayuda a mi psicóloga quien me deriva a AA que es donde comienza mi recuperación y después voluntariamente me incorporo a NA porque el concepto de limpieza total de drogas (y hay muchos tipos de drogas) es con el que yo me identifico.

Si siempre se dice que el consumo de drogas tiene como posible final cárceles, hospitales o la muerte, en mi caso la degradación mental y moral a la que había llegado era de tal calibre que estoy segura de que hubiera terminado mis días en un psiquiátrico o en un manicomio.
Descubrir que era posible dejar de consumir, que el demonio dejaba de darme patadas en el trasero para irme a la calle a buscar, que yo no era una viciosa sino una enferma y que podía llegar a creer que algo superior a mí misma podría (en mi caso) darme algún sano juicio fue algo mágico que cambió definitivamente mi vida, mi paso por excelencia, mi segundo paso.
Entrar en recuperación tuvo un coste altísimo, este camino del que decidí no moverme me costó mi matrimonio, parte de mis amigos y mi bienestar económico, y hoy puedo afirmar que valió la pena porque mi recuperación está por encima de todo y eso no se me puede olvidar, ni siquiera la muerte de mis padres me hizo pensar en el consumo.
¿Y por qué se produce en mí el milagro de poder dejar de consumir? Pues por dos razones: La primera porque desde el principio acepté que yo soy adicta desde la cabeza a los pies, no hay ni una sola parte de mí que no lo sea; la segunda porque aunque estaba destrozada física y mentalmente por el consumo y por el abuso que sufrí por parte de otros y de mí misma, una parte de mí estaba intacta: mi espíritu, y por ahí, por esa chispita sagrada es por donde mi PS pudo venir a tenderme la mano. Y esa chispita, la más importante es la que desde entonces alimento a través de los principios espirituales de este programa.
A medida que fui acumulando días limpia, empezaron a dar la cara otros antiguos patrones de conducta adictivos que yo pensaba que habían desaparecido al dejar de consumir y que, por supuesto, no eran compatibles con la recuperación. Uno de ellos especialmente me llevó de nuevo a tocar fondo y a un nuevo estado de ingobernabilidad por lo que me vi obligada a pedir ayuda también en otros programas de 12 Pasos.
La magia de la recuperación puede producirse, si yo estoy dispuesta como está escrito en el Paso 12 a practicar estos principios espirituales en todos mis asuntos.
Para mí hay tres mensajes que pasar continuamente, uno al adicto que aún sufre fuera de nuestra comunidad, otro dentro de la propia comunidad a mis compañeros con mi compartir, con mi implicación en el servicio, con el madrinazgo, y el otro hacia mi misma. Yo cada vez que entro en una reunión me considero una recién llegada y pienso que para poder pasar el mensaje primero debo vivir el mensaje en mí misma. Yo creo en NA y en los milagros que los 12 Pasos han hecho en mi vida.
Hoy soy una mujer con una vida digna, con unos principios morales, con una confianza plena en mi PS y con una fe inquebrantable en el mensaje de recuperación de NA.
Creo firmemente que la mano de mi PS me guía y que yo sola no puedo y por eso me recupero junto a vosotr@s.
Y digo lo mismo que dije al principio, somos lo que damos y damos lo que recibimos, por eso yo sigo aquí, porque esto mismo fue lo que recibí.
Entiendo que pasar el mensaje es la llave de mi salud espiritual, y también entiendo que en todo este proceso debo recordar que yo sólo soy un instrumento de mi PS y que debo dejar que se haga su voluntad y no la mía, y por eso, por hacer su voluntad es por lo que hoy he compartido.

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