La poca ambición y los exiguos resultados de la cumbre de Durban significan el aumento de la vulnerabilidad de los países pobres al cambio climático y la persistencia de la vida amenazada para millones de personas.
Demorar la acción colectiva y el compromiso global de todos los países para frenar las emisiones y adaptarse a los cambios, es una grave irresponsabilidad política, una falta ética y de solidaridad con los más pobres del planeta y con las generaciones futuras.
Manos Unidas, que ha estado presente en Durban durante el proceso de negociación sobre cambio climático y, reconoce el esfuerzo constructivo y reiterado de algunos países y lamenta que la oposición de los grandes contaminantes para llegar cuanto antes a un acuerdo jurídicamente vinculante y justo para todos, suponga un nuevo fracaso de la comunidad internacional y un aumento de las amenazas del cambio climático para los países más vulnerables.
El nuevo compromiso de algunos países industrializados para renovar el Protocolo de Kioto, con lo que seguirán disminuyendo sus emisiones y manteniendo vivo el único instrumento legalmente vinculante en la lucha contra el cambio climático) es, para Manos Unidas, un acuerdo débil y claramente insuficiente, que no cuenta con los principales emisores mundiales (China, Estados Unidos e India) y que no será secundado por otros países emisores muy relevantes como Canadá, Japón y Rusia.
Si además añadimos que en Durban se llegó al compromiso de no poner en marcha ningún acuerdo global antes del año 2020, que además los acuerdos tienen un carácter jurídico vinculante vago y ambiguo, podremos concluir que tras la COP17 seguimos muy lejos de llegar a un acuerdo responsable, creíble y solidario, capaz de responder a la urgencia que demanda la ciencia.
Por otro lado, y a pesar de los avances acordados en las negociaciones sobre el Fondo Verde Climático, sobre todo en relación a su puesta en marcha para el próximo año, este acuerdo no cubre satisfactoriamente la urgencia de las demandas expresadas con anterioridad por Manos Unidas: ni garantiza los recursos previstos en el acuerdo de Cancún, ni prevé cómo cubrir, entre los años 2013 y 2020, los fondos necesarios para los países pobres, ni clarifica las fuentes de financiación, ni el papel de los recursos públicos, ni los compromisos concretos de cada país industrializado para la financiación del fondo.
Para Manos Unidas Durban es una nueva oportunidad perdida por la comunidad internacional, y sus acuerdos pobres y raquíticos no se corresponden con la urgencia de los impactos que el cambio climático ya está generando en el planeta. Más de 350 mil personas mueren anualmente por causas relacionadas por el cambio climático. Demorar la acción colectiva y el compromiso global de todos los países para frenar las emisiones y adaptarse a los cambios, es una grave irresponsabilidad política, una falta ética y de solidaridad con los más pobres del planeta y como con las generaciones futuras.
Manos Unidas es la Asociación de la Iglesia de España para la ayuda, promoción y desarrollo en los países más desfavorecidos. Es a su vez una Organización no Gubernamental para el Desarrollo (ONGD), de voluntarios, católica, seglar, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico que, desde 1960, lucha contra el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y las causas que lo producen.