Yo quiero poder acceder a cualquier establecimiento comercial, utilizar el transporte público o asistir a espectáculos como todo el mundo. He reclamado este derecho ante distintos estamentos por diferentes medios y no he obtenido más que buenas palabras pero pocas soluciones.
Estoy cansada de pedir que nos dejen atravesar con el coche las zonas peatonales para acercarnos a cada lugar al que no puedo llegar de otra manera pero no voy a dejar por eso la batalla.
Ahora me muevo con mi silla scouter “transformer”(se llama así porque se abre y pliega casi sola), me encuentro con otros problemas, como ya esperaba, y tengo de nuevo que reclamar.
Para empezar, la pretendida independencia no es posible porque el aparato no cabe en el ascensor de casa, tengo que plegarlo, pedir ayuda a los vecinos para meterlo en el ascensor y entrar en casa. Habrá que pedir a la Comunidad que se instale uno más amplio y funcional.
Cuando me desplazo por las calles de Bilbao he de ir con cien ojos y medir previsoramente la altura e inclinación del rebaje por donde cruzaré porque si no está suficientemente alisado me quedaré en medio del tráfico con el riesgo consiguiente. Y me pasa demasiadas veces.
He pensado que voy a salir a la caza del mal rebaje. Los rebajes suelen ponerse en los pasos de peatones pero, como digo, no todos son practicables, vamos, sólo algunos lo son.
Voy a ir apuntando y comenzaré a reivindicar:
Al cruzar por el paso de la calle Buenos Aires, para dirigirme a la calle Píncipe, me he quedado “atascada” un par de veces. Tengo que subir hasta la plaza Circular para cruzar por un rebaje bien hecho y bajar por la acera hasta Príncipe para llegar a Ripa.
Por favor, ¡ACCESIBILIDAD YA!
Marta Manzanares