Estamos indignadas, ser mujer nos cuesta dinero y mucho

Además de humillaciones, insultos, discriminación, marginación y un sinfín de sobrecargas y limitantes techos de cristal,  ser mujer nos cuesta dinero y mucho.

Que las mujeres por el mismo trabajo en la mayoría de los lugares de trabajo ganamos menos, es algo creo que sabido, y desgraciadamente normalizado y poco denunciado. Que esto merma nuestro patrimonio todavía no importa lo suficiente y se tolera en demasía. Pero si además nos enteramos de que por  productos idénticos a las mujeres nos cobran más que a los hombres, la indignación se vuelve dolorosamente infinita.  A la reivindicación, vieja pero aún no conquistada de “al mismo trabajo igual salario” tenemos que añadir una nueva, para evitar el saqueo de nuestros monederos rosas, “al mismo producto igual precio”, ahora toca desterrar las, denominadas tasas rosas que es la manera edulcorada que han encontrado de encubrir y disfrazar esta vieja pero recién descubierta discriminación.

 

Me estoy refiriendo a una nueva realidad discriminatoria que merma nuestro monedero cuando inocentemente vamos al supermercado, con una falsa sensación de seguridad, de precios oficiales y controlados. Pues bien, en el Correo Digital del 18 de noviembre aparece una artículo firmado por Itxaso Alvarez  titulado “el precio de ser mujer en la cesta de la compra”. En él nos ponen al tanto de que hay una serie de productos habituales que a las mujeres nos cobran más caros que a los hombres y aporta datos.

 

Informa la articulista de que  las mujeres estadounidenses pagan al año 1.300 dólares más que sus compatriotas varones por productos muy similares en la cesta de la compra. En Francia hay una plataforma Georgette Sand que se ha puesto a investigar y cotejar estos datos y han confirmado que sucede lo mismo, nos cuentan, por ejemplo, que la cadena de supermercados Monoprix, los triciclos para niñas cuestan cinco euros más que los de niños. Sucede lo mismo con las mochilas y en el ámbito de la higiene. Si un cepillo de dientes rosa cuesta 5,94 euros, el azul, se entiende que destinado al consumidor masculino, baja a 5,78. Cuchillas de afeitar, o para depilarse, siguen la misma línea……….. Todo producto que lleve una etiqueta que lo catalogue como ‘femenino’ es más caro. Y en Euskadi más de lo mismo, según vemos en los datos recogidos en el mismo artículo.

 

 

En vísperas del, 25 de noviembre, día internacional del maltrato sexista contra las mujeres, desde El Servicio de Mujer del Módulo, desvelamos y denunciamos otras formas de maltrato económico; queremos  acercaros estas realidades y estas reflexiones para que nuestras voces ese día vibren y se oigan con más claridad y contundencia. Nos toca seguir indignándonos y luchando para no ser discriminadas, ni timadas, ni robadas, otro año más.

 

Fdo. Itziar Cantera

Servicio de Mujer del Módulo de Deusto-San Ignacio

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