Vuelta… a la normalidad: más mujeres víctimas de la violencia.

Aunque va en aumento la sensibilidad de la sociedad hacia el maltrato, la inversión de dinero público, la proliferación de manifestaciones en contra del maltrato machista, y en suma, el rechazo social hacia esta lacra, la realidad nos desborda hasta el punto de que cada nuevo asesinato machista, se convierte en una mera estadística.

El elevado número de mujeres asesinadas nos lleva a olvidar, mas allá de su círculo cercano, que cada una de esas mujeres tenía una vida repleta de sentimientos, ideas y las más de las veces, sufrimiento. Solo trasciende (porque es lo único que vende en prensa), su nombre y el hecho morboso que acabó con su vida, para acabar convirtiéndose en el número alcanzado en lo que va de año, y a lo sumo, se discute, si éste curso, superará el record de asesinatos machistas del año anterior. La marginación de la mujer, llega al extremo de invisibilizarla incluso en su turbulento asesinato.

La generalización de asesinatos machistas, hace que éstos dejen de ser noticia, porque son tantos, que ya no interesan a la prensa, ni a nuestros dirigentes. Y no deja de venirme a la cabeza el ingente despliegue de medios, compromisos y sensibilización de otros tipos de violencia. Debe ser que algunos tipos de violencia venden votos e interesan a los poderes públicos y otros no, pero en todo caso, nos demuestra, que la extinción de la violencia, incluída la machista, es cuestión de voluntad política.

Esperemos que el nuevo curso, en vez estadísticas de más mujeres asesinadas a manos de hombres, traiga voluntad política, ideas, medios y sobre todo, compromiso de nuestros dirigentes para que el maltrato pase de la categoría de estadística a la de historia pasada.

Rafa

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