Posmachismo cómplice. Un artículo de Miguel Lorente

El objetivo del posmachismo es generar confusión sobre las consecuencias de la desigualdad y negar su relación con la construcción cultural histórica

¿Qué clase de seguridad y confianza en la mentalidad reinante debe tener una defensa en un juicio por violación para presentar como prueba situaciones relacionadas con la conducta de la víctima ocurridas después de los hechos? ¿Qué clase de sociedad tenemos para que cada año surjan 60 hombres que asesinen a sus parejas o exparejas, y lo hagan desde la “normalidad”? Ninguno de ellos formaba parte de redes criminales o se dedicaba a actividades delictivas, eran hombres “normales”. ¿Y qué clase de referencias usamos al interpretar toda esa realidad objetiva para que sólo un 1% considere que toda esta violencia es un problema grave (CIS, septiembre 2017)?

Eso es el machismo, porque el machismo es cultura, no conducta. El machismo no comienza cuando el comportamiento supera un determinado umbral, el machismo es la construcción social que toma las referencias masculinas como universales, y permite determinar la realidad y darle significado sobre sus elementos. Por eso existe la violencia de género, y por ello no existe una reacción social crítica frente a ella, del mismo modo que hay discriminación, acoso, abuso… contra las mujeres con la complicidad y el silencio como elementos necesarios para su continuidad.

Y en todo este entramado, donde coincide un avance hacia la Igualdad con un machismo dispuesto a todo, surge el posmachismo como una nueva estrategia de quienes perciben que ya no pueden defender sus ideas y valores machistas con la imposición, la amenaza y la violencia. El objetivo del posmachismo es generar confusión sobre las consecuencias de la desigualdad, y negar su relación con la construcción cultural histórica para situar los problemas en circunstancias particulares alejadas de lo común. De ese modo la violencia de género es un problema debido a hombres alcohólicos, drogadictos o con trastornos mentales, la violencia sexual es una provocación de las mujeres, y la discriminación en el trabajo, la brecha salarial, la precariedad laboral… se debe a que las mujeres son “más débiles y menos fuertes”, como afirmó el europarlamentario polaco, Janusz Korwin-Mikke.

La confusión que introduce el posmachismo genera dudas, las dudas distancia al problema en cuestión, esa distancia lleva a la pasividad, y la pasividad hace que todo siga igual. Por eso ante la violencia de género hablan de denuncias falsas y en las agresiones sexuales cuestionan la conducta de las mujeres, porque son argumentos basados en los mitos que la cultura ha situado históricamente como forma de resolver sus contradicciones. Mitos como la perversidad de las mujeres, que hace que se acepte con facilidad que las mujeres denuncian la violencia de género para quedarse con la casa, con los niños y con la paga, o que son ellas las responsables de las violaciones por flirtear (33% lo piensa), por vestir ropa sexy (26%), o por consumir bebidas alcohólicas (30%), tal y como recoge el estudio de Amnistía Internacional (2005).

El problema no es que la gente piense de ese modo, sino que ese marco de significado es el mismo que influye en quienes tienen que responder ante la violencia de género, impregnando su respuesta profesional con el mismo significado que existe en la sociedad. De hecho, en 2016, el porcentaje de mujeres asesinadas que había denunciado con anterioridad fue del 36%, el más alto de todo los años de seguimiento estadístico, y en un momento en el que la violencia está aumentando, los partes de lesiones emitidos desde la atención médica representaron un 10’5%, lo cual supone casi un 1% menos que el año anterior (CGPJ).

Las expresiones machistas ya son fácilmente rechazadas, pero no podrían contar con el espacio que aún tienen si el posmachismo no generara esa confusión en la conciencia y distorsión en la mirada

El machismo hoy no podría subsistir sin la estrategia del posmachismo. Las expresiones machistas tradicionales ya son fácilmente identificadas y rechazadas, es cierto que todavía existen, pero no podrían contar con el espacio que aún tienen si el posmachismo no generara esa confusión en la conciencia y distorsión en la mirada, para conseguir de manera simultánea que no se vean necesarias las medidas a favor de la Igualdad, y que quienes generan la violencia sean presentados como víctimas.

En ninguna otra violencia se permitiría incitar al odio y manipular tanto una realidad caracterizada por 60 homicidios cada año, más de 600.000 mujeres maltratadas y más de 1000 que sufren violencia sexual. Sin embargo, las redes sociales y algunos medios están llenos de este tipo de mensajes que culpabilizan a las mujeres y victimizan a los hombres.

En esta era de posverdad el posmachismo se quiere hacer el dueño y señor de la realidad. No debemos permitirlo, la paz, la convivencia y la propia democracia están en juego, tal y como lleva siglos diciendo el feminismo.

Miguel Lorente fue delegado del Gobierno para la violencia de género y es autor de Mi marido me pega lo normal (Crítica).

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/11/22/opinion/1511366105_861002.html

La desesperación del hombre patriarcal

La desesperación del hombre patriarcal:

Madrid 3 de febrero, Súria 7 de febrero de 2017
María-Milagros Rivera Garretas

El 3 de febrero de 2017, en el Hospital La Paz de Madrid, un hombre de 27 años le dijo a su mujer “Te voy a dar donde más te duele”, cogió a la hija, una niña de 1 año, y se tiró con ella por la ventana. La niña y el asesino se estamparon contra el suelo. El 7 de febrero, en Súria (Barcelona), un hombre de 82 años asesinó con un cuchillo a su mujer, de 79, mientras ella dormía, e intentó suicidarse. El primero debería de haberse suicidado solo, el segundo, antes de asesinar.

Esto último, los medios de comunicación no lo dicen. Los locutores enmudecen como hombres y dan la noticia con el mismo tono con el que transmiten la previsión del tiempo: cifra de víctimas en lo que llevamos de año (siempre mal contadas porque muchas no entran en el cálculo legal) y teléfono de contacto “gratuito y que no deja rastro en la factura”. Saben que, muerta, no puedes llamar, y saben que todas las vivas estamos en riesgo. Pero se paran ahí, estereotipados como estatuas de sal. Estaría bien que se mojaran un poco.

Estaría bien que, con el número de teléfono, advirtieran también de que todos los asesinos son hombres, recalcándolo una y otra vez. Y que añadieran que el primer riesgo de muerte violenta es, para una mujer de Occidente, su asesinato a manos de su marido o compañero, presente o pasado.

Estaría bien que se preguntaran por los motivos que les llevan a agredir, a matar, a suicidarse, a intentarlo, a aparentarlo. A mí me gustaría saber más de cómo llevan los hombres de hoy el final del patriarcado. Porque los modos de la violencia masculina contra las mujeres están en la historia: son distintos los actuales de los de veinte años atrás.

Es nueva la cualidad de la desesperación de los que matan. No sé si de los que agreden, porque casi nadie da cuenta de lo que hacen en casa. El volverse contra sí mismos después del asesinato es un signo del final del patriarcado. Se ha reducido la arrogancia del patriarca y, ahora, algunos o muchos no pueden con lo que han hecho. Saben que son culpables y se castigan. Su conciencia ha cambiado, y el final del patriarcado es una cuestión de conciencia, de toma de conciencia, no de leyes. Si los hombres hablaran en conciencia como hombres, sería seguramente posible que aprendieran a darse cuenta de lo que hacen antes de cometer el delito.

Porque la desesperación, como expresión que es de un sufrimiento intensísimo que se está volviendo insoportable, es una puerta estrecha en el camino de perfección de la vida del espíritu, de la conciencia íntima de quién soy. Por eso, se puede aprovechar para conocer y amar las propias tripas, su grandeza y su bajeza, lo que María Zambrano llamó en sus libros, llevándolas a la historia de la filosofía, las entrañas. Todos los hombres deberían leerla y meditarla porque las entrañas masculinas están (presuntamente, como les gusta decir) muy degradadas.

Emily Dickinson, a la que no sé si María leyó, fue maestra de la vida de las entrañas. De la desesperación como uno de los oscurísimos contrastes-guía del amor escribió esto, en los últimos versos del poema 706:

Tú ahí – Yo – aquí –
Con apenas la Puerta entreabierta
Que Océanos son – y Oración –
Y ese Blanco Sustento –
Desesperación –

Permisos de paternidad

Los permisos de paternidad son instrumentos no suficientemente conocidos ni valorados para la construcción de una igualdad real entre hombres y mujeres en el marco laboral y familiar. Por ello queremos dar a conocer este artículo de Jose Ignacio Torreblanca publicado el sábado día 9 de Abril en El País

“Permisos de paternidad intransferibles. Casi nadie habla de ello, pero supondría una revolución en las relaciones laborales y, también, entre géneros. Harían más por romper las barreras salariales y de promoción que encuentran las mujeres en el mercado laboral que cualquier otra medida. De forma casi imperceptible transformarían las relaciones familiares en nuestro país. Y harían más por acabar con el machismo que cientos de campañas de concienciación. Es la última modernización que le falta a nuestro país.

Su lógica es muy sencilla. A pesar de la igualdad formal, la maternidad sigue lastrando la carrera laboral de las mujeres. Aunque bienintencionados, los permisos de maternidad, las bajas por cuidado de los hijos o las reducciones de jornada no han hecho sino profundizar la brecha entre las carreras laborales de hombres y mujeres. Porque cuanto más fácil es para las mujeres ocuparse de la maternidad, más fácil es para los hombres zafarse de sus costes.

Los permisos de paternidad obligatorios e intransferibles rompen con esa lógica. En el trabajo, empresarios y varones se ven obligados a aceptar que en algún momento también interrumpirán su vida laboral, lo que invalida la discriminación encubierta contra las mujeres en la contratación y promoción por temor al embarazo. Pero el efecto doméstico es aún más importante: un padre que se quede ocho semanas a solas con un bebé de pocos meses aprenderá a hacer todas esas tareas para las que la publicidad educa a las niñas y en las que las madres se especializan durante las bajas maternales y que luego siguen realizando de por vida. En las ocho semanas de permiso paterno obligatorio que prevé, por ejemplo, el acuerdo PSOE-Ciudadanos, el varón cambiará pañales, comprará la ropa de sus hijos, irá al mercado, hará purés de verduras, paseará el carrito y bajará al arenero del parque. Y además tendrá que negociar con su pareja cómo repartirse las otras diez semanas adicionales de permiso a disposición de los dos. “¿Por qué tengo que coger yo las diez” —dirá ella— “si tú también lo sabes hacer?”. Sí. Los permisos de paternidad ponen a los varones a jugar a las muñecas. Esa es la magnitud del cambio. @jitorreblanca

http://elpais.com/elpais/2016/04/08/opinion/1460127870_782338.html

¿Cuidan los hombres de sus mayores? Un escrito de José Ángel Lozoya Gómez

 

Todas las personas queremos llegar a viejas sin envejecer, aunque con los años suelen llegar los primeros achaques, y antes o después la necesidad de ayuda para un número creciente de actividades. Todas podemos acabar necesitando ayuda hasta para lavarnos, controlar las necesidades o utilizar el servicio. En estos casos suele ser la familia la que se encarga del cuidado y casi siempre lo asume una mujer sin que medie ningún acuerdo explícito previo, por lo que los cuidados siguen estando en manos de la comunidad y no del sistema formal de salud.

El impacto sobre la salud de las personas cuidadoras es muy grande. Su vida puede llegar a girar en torno a un ser querido cada vez más dependiente, se sienten atrapadas y con sentimiento de culpa, van perdiendo las amistades, apenas salen con sus parejas y necesitan descansar. Los recursos económicos son clave para satisfacer muchas de las necesidades de las personas dependientes y de sus cuidadoras; permiten contratar ayuda, conciliar los cuidados con la vida laboral y social, reducir la conflictividad familiar y atenuar la desigualdad entre hombres y mujeres. Pero la mayoría de las personas que precisan cuidados no aportan ayuda económica, y si la prestan no suele cubrir lo que se gasta en sus cuidados. Para colmo, los recortes de ayuda a la dependencia de los últimos años han sobrecargado a las familias en general y a las mujeres en particular. Dada la influencia del género en la distribución de las actividades públicas y privadas, productivas y reproductivas, el hombre sigue muy vinculado al ámbito productivo y sigue muy extendida la idea de que las mujeres son las proveedoras naturales del cuidado. La idea misma de la discapacidad está condicionada por el género.

Vemos a muchos hombres mayores que enviudan y son incapaces de hacer las tareas domésticas que hacían sus esposas; aunque no tienen ninguna discapacidad física es evidente que tienen una discapacidad de origen social que se puede atender con cursos de formación para que aprendan a cuidar o cuidarse. La mayoría de los varones están acostumbrados a que primero los cuidara su madre y más tarde su pareja, dedicándoles tiempo, cariño, respeto y apoyo. No necesitaron aprender a cuidarse ni a cuidar de otras personas, lo que ayuda a explicar que solo un 15% de quienes consideramos responsables del cuidado de una persona mayor dependiente sean hombres.

Los hombres se ven menos presionados que las mujeres para asumir esta responsabilidad, sobre todo menos que las hijas solteras y las viudas, que son las quienes más sufren el mandato del “deber de…”. De hecho, aunque la mayoría de las y los cuidadores de mayores creen que hombres y mujeres pueden cuidar por igual, si les preguntamos quién prefieren que les cuide en su vejez son cinco veces más quienes prefieren que lo haga una hija a que sea un hijo. La evolución que hemos vivido en los modelos de familia y en el rol social de las mujeres no se ha visto correspondida con un incremento equivalente de la implicación de los hombres en lo doméstico, agudizando la crisis del sistema informal de cuidados y las desigualdades entre los sexos. Aun así el número de cuidadores aumenta lentamente, sobre todo entre quienes tienen una red familiar reducida, los casados, los parados, los pensionistas y los jubilados. Aunque sigue habiendo diferencias, hay cosas que ellos no saben hacer y acostumbran a recibir más apoyo de otras mujeres de la familia; también suelen delegar, más que ellas, algunos cuidados personales como el lavado o el cambiado de pañal.

Lo principal es la experiencia personal de cuidar y ser cuidado, pero esta actividad humana, tan importante, puede ser tan satisfactoria como dura. El cuidado de los mayores puede ocupar muchos años, las grandes dependencias suponen una dedicación de unas once horas diarias, y es preciso corregir los desequilibrios entre hombres y mujeres. La experiencia del cuidado tiene un gran potencial transformador que posibilita una redefinición de roles de género. Quienes se implican en la crianza y en lo doméstico aprenden a cuidar, a cuidarse y a ponerse en el lugar del otro para satisfacer sus necesidades, lo que propicia que tengan mejor disposición a cuidar de sus mayores.

El cuidado a los mayores es un reflejo de las prioridades de una sociedad y de sus desigualdades y necesitamos revalorizar el derecho a cuidar a los seres queridos anteponiendo las necesidades humanas a las del mercado, un cambio con profundas implicaciones éticas que requiere igualar las oportunidades en el mercado de trabajo que penalizan a las mujeres, políticas públicas adecuadas y medidas educativas y de sensibilización social. Aunque la cobertura pública del cuidado fuera universal, la familia seguiría siendo la principal cuidadora, pero hemos de lograr que cuidar y dejarse cuidar sea una decisión libre en un reparto equitativo. Hacen falta políticas públicas a medio y largo plazo; también más recursos y mejor coordinados, que promuevan la independencia de las personas dependientes y alivien la carga de quienes las cuidan. No obstante, la participación creciente de los varones en el cuidado cuestiona las atribuciones de género; invierten en él cantidades similares de tiempo y muestran que las diferencias en cuanto al tipo de tareas de cuidado o de responsabilidad sobre la persona atendida son menores de las que cabría suponer. Es decir, que cuidan o pueden cuidar cuando han de hacerlo. La población va a seguir envejeciendo, y para incrementar la implicación de los varones hemos de combatir las expectativas no escritas sobre quién debe cuidar, admitiendo que los hombres aprendemos a hacer todo lo que nos interesa.

 

Sevilla, marzo 2016 

José Ángel Lozoya Gómez

Miembro del Foro y de la Red de hombres por la igualdad

Relatos de nuevos hombres, vídeo

Os damos a conocer el último proyecto de nuestra asociación, con el que pretendemos sensibilizar acerca de la violencia sexista, el machismo y la dominación masculina. Es un trabajo audiovisual compuesto por cuatro cortometrajes (cuatro en euskera y otros cuatro en castellano) que en total suman 7 minutos. Pueden verse de manera separada, o en conjunto en un solo vídeo.

Hemos reunido a 70 hombres de distinta edad, etnia, cultura, origen, oficio, lengua…todos residentes en el País Vasco, y una buena parte de ellos conocidos por destacar en el ámbito de la cultura, la música, el cine o el deporte. Entre otros, los actores Asier Hormaza y Diego Pérez, el pelotari Mikel Goñi, el entrenador de fútbol José Luis Mendilibar, el surfista Axi Muniain, el futbolista Gaizka Toquero, el músico Kepa Junquera o el periodista Andoni Aizpuru. Cada uno de ellos expresa su compromiso de respetar los derechos de las mujeres, actuar contra las injusticias sexistas o asumir las responsabilidades domésticas y relativas a la paternidad, entre otras cuestiones.

Este es un nuevo proyecto financiado por Emakunde y Diputación de Bizkaia, y promovido por el Módulo de Asistencia Psico-social de Deusto-San Ignacio, con un equipo técnico bajo la dirección de Iratxe Mediavilla.

Nuestro interés es que tenga la máxima difusión. Es por ello que lo ofrecemos gratuitamente desde el día 9 de Marzo. Se ha elegido esta fecha para respetar el protagonismo que corresponde a las mujeres el 8 de marzo.

http://modulodeustosanignacio.org/relatos-de-nuevos-hombres-las-palabras-de-los-hombres-nuevos-contra-el-machismo/

A propósito del programa de Salvados “El machismo mata”

Os compartimos este artículo de @Barbijaputa

Este domingo se emitió el Salvados que muchas esperábamos con impaciencia. No era para menos, que un programa como el de Jordi Évole se llamara Machismo mata prometía mucho. Quizás algunas (yo la primera) pusimos demasiadas expectativas en él, sobre todo porque otros Salvados han logrado concienciar a la sociedad de una forma brutal, como el dedicado al accidente de metro de Valencia. La repercusión que tiene siempre este espacio unida a la promoción de Évole, en la que aventuraba que muchos se iban a sentir incómodos viendo el programa, me hizo creer que quizá conseguirían volver a hacer saltar algún resorte a nivel social.

(…)

El programa se llamaba Machismo mata, pero no explicaron cómo mata el machismo, explicaron cómo matan los golpes. Pero es que el cómo matan los golpes lo sabemos ya todas. Se centró el foco del machismo en la violencia de género y no en toda, solo en la física y psicológica…

Seguir leyendo en: http://www.eldiario.es/zonacritica/barbijaputa-salvados-machismo_6_482311789.html

Este 25N estamos de luto

25N A25

Toda relación conlleva trabajo y no admite el dos por uno

En cualquier relación, la búsqueda de un equilibrio deseable para las dos partes, supone un ajuste continuo, a través de un diálogo abierto y frecuente, tan sincero como libre, en la medida que podamos.

Un equilibrio que busca satisfacer a dos, compensar a dos, ilusionar a dos, y que implica alcanzar acuerdos, negociar, ceder en ese vaivén de hoy tú, mañana yo.

Que todas las relaciones conllevan trabajo, que no se hacen solas, es una máxima universal aplicable a todos los ámbitos,  familiar, laboral, social y afectivo. Pero hay otra máxima aceptada socialmente que dice que las relaciones afectivas en el ámbito familiar y de pareja es cosa  de mujeres y en ésta quiero centrarme. Si nos fijamos bien, enseguida vemos que la relación entre las mujeres y los hombres  conlleva un trabajo desigual  para ellos y para ellas. Y esto porque, según el género, diferente nos han criado, educado y preparado para afrontarlas.

A ellos les dijeron, y así lo creyeron, que, estas relaciones y su cuidado, eran cosa de ellas. Y a nosotras nos enseñaron que las relaciones y la responsabilidad de su marcha, así como el nivel de contento del otro es campo exclusivamente nuestro. Conforme a este plan, a las mujeres nos toca trabajarlas, vigilarlas y hacerles el mantenimiento mientras que ellos se dedican a otras cosas y se benefician todas las ganancias de la relación.

Por ello, porque resulta injusto y desproporcionado ese “tu te encargas que yo me beneficio” “tú cultivas que yo recojo”, porque se echa a faltar la reciprocidad y con ella la mesura y el equilibrio es que creo conveniente, al menos y de manera más urgente, para las mujeres, revisar el trabajo de más y la recolección de menos con la que trajinamos en el mundo de la relación.

¿Trato o truco?

La desigualdad, desequilibra, una parte se hace rica mientras la otra se empobrece  

El que una de las partes no ponga y si se lleve,

es apropiación indebida, y

desabastece, poco a poco, la relación,

la erosiona y empobrece su suelo y, con ello, su crecimiento y su futuro.

Podemos decir, que una de las cosas que más nos cuesta ver a las mujeres es que la relación no sólo es trabajo por cuenta ajena, es algo también por cuenta propia. Que la relación es una inversión que debe hacer crecer mi particular saldo no sólo el saco de los gananciales. Dicho de otra manera, en la relación además de  poner, a las mujeres nos interesa aprender a recibir, además de  cansarnos nos conviene aprender que la relación puede ser un lugar donde descansar,  recibir apoyo, hidratarse y nutrirse.

Definitivamente, a las mujeres nos conviene empezar a dejar de “pasar el botijo al todo el mundo” para poder concentrarnos en nuestras cosas. Mientras voy de uno a otro calmando su sed, desatiendo mis tareas y devociones y al hacerlo impido mi desarrollo, no pego el estirón y me quedo acortada y con sensación de pequeña, a la vez que  mi autoestima también queda encogida. Si al menos pudiera decidirlo Yo, lo de pasar el botijo, digo, y si además de elegirlo, le diera, al menos, la importancia que tiene, no me iría tan de vacío, y me sentiría mejor, primero  por valorarla yo misma, y seguido porque para el prójimo también sería una aportación reconocible y digna de agradecimiento.

Así mismo es justo reconocer que además de pasar el botijo, mis capacidades dan para más, y desarrollarlas, es cosa mía, es cuestión de que de importancia a mi desarrollo personal, que le eche ganas, y después sólo nos faltará aplicarles la vieja fórmula de espacio + tiempo, sin dividirlo, ni por dos ni por tres.  Y..¡ voilá!  mi saldo crecerá justamente

La no reciprocidad acaba cabreando.

El que una de las partes no ponga y si se lleve,

deja a la otra cabreada,

aunque no lo sepa, o lo niegue,

se queda con resquemor, triste y mal dispuesta.

Pero a las mujeres enfadarnos con  nuestros seres queridos, se nos pone en un pico y solemos evitarlo a toda costa.

Aunque el evitarlo nos empadrona en el malestar, en la mirada triste y un tanto derrotada.

Por no discutir estamos dispuestas a mucho tragar pero esto trae un mal digerir, y acabamos con gases reprimidos y dolores por ahí, por la entraña. Es más fácil que busquemos la comprensión y el tienes razón en otra mujeres o en profesionales de la psicología, que autorizarnos para quedarnos a solas y preguntarnos con ganas ¿qué te pasa? ¿qué te está sobrando o faltando en esta relación con él? ¿Por qué no te das permiso para decírselo, para plantearle que no te salen las cuentas y que sabes algunas de las cosas que haría falta cambiar?

  • A las mujeres este ejercicio nos resulta dificilísimo precisamente por lo que nos enseñaron sobre cómo relacionarnos. Como nos dijeron que éramos las responsables de las relaciones y de su buena marcha, si reconozco que no van tan bien lo primero que recojo es mi propio fracaso. Y eso no gusta. Y no sólo no gusta sino que nos hace sentir culpables no es que la relación va mal es que algo estamos haciendo nosotras mal.
  • Como nos dijeron que el combustible de la satisfacción ilusionante,  era un suministro solo nuestro del que contamos con reservas inagotables, cómo atreverte a pensar que las reservas se van acabando, cómo decirle al otro que aporte básicos como presencia, interés, ganas y tarea. ¿Cómo aceptar que solas no podemos todo, en una relación, que tan sólo somos el 50% de ésta?
  • Nos  creímos que nosotras podíamos poner lo que no pone el otro, y así creímos y creemos también que hemos elegido libremente dedicarnos full time a la relación, y nos convencidas de que trabajamos por cuenta propia, porque cuidar las relaciones es lo nuestro, pero en realidad lo hacemos para otra cuenta ajena. Y lo del otro, si no lo pone éste, queda sin poner, y si eso pasa, aunque nosotras no queramos tenemos un conflicto servido
  • Las mujeres, cuando la pareja nos tiene descontentas, cuando no disgustadas y cargadas de desamor, antes que entrar en el conflicto y en su abordaje directo, nos resulta más fácil hacer cualquier otra cosa y  dar amplios y variados rodeos. Por ejemplo y, en primer lugar, solemos cuestionar nuestra percepción ¿estaré equivocada? ¿me estaré pasando? Seguro que exagero. El segundo movimiento, si el malestar persiste y las dudas también, es la de  pedir consejo, opinión y parecer al prójimo, si con ello no obtenemos respuestas adecuadas o respuestas que podamos asumir, si no vemos nuestras quejas legitimadas, acudimos al o a la profesional de la psicología. De la consulta a profesionales se espera sentirse comprendidas y respaldadas, es decir de alguna manera, legitimadas en las quejas y disconformidades, con la pareja en el caso que nos ocupa,  que  están en la base de nuestro malestar y/o resentimiento con ella. Incluso estaríamos bien dispuestas a tomar una medicación que aplaque y aquiete estos sentimientos y que de manera rápida nos quitara el malestar. Este es un circuito bastante habitual en el afrontamiento de nuestro malestar en las relaciones.
  • Pero hay otro más recomendable que arranca con la autoescucha, el hacernos caso, y dar importancia a lo que sentimos y a lo que el análisis de situación nos está diciendo. Es más recomendable darse permiso y juntar el valor suficiente para gestionarlo. Frente al malestar silencioso, ignorante y hasta rencoroso, nos conviene plantear unas cuantas conversaciones tensas y discutidoras con nuestra pareja.  Discusiones a partir de las cuales, poder diseñar y cocinar juntos,  un menú rico y variado, una relación de nutrientes para ambos.
  • Otro punto que conviene clarificar, porque su confusión nos deja mal posicionadas, es que también participamos de la falsa creencia  de que  los hombres no necesitan las relaciones tanto como nosotras, que no necesitan tanta compañía, afecto, apoyo, interés, erotismo, complicidad, ternura y que por ello las mujeres tenemos que currárnoslas más. Lo cual es falso, o tan sólo una creencia, la realidad nos muestra  que hay muchas más mujeres viviendo sin pareja que hombres. Simplemente a  ellos les han dicho que lo nieguen, que lo disimulen, incluso que se mientan, que ellos no lloran, que ellos no añoran, que ellos con trabajar tienen bastante; mentiras compartidas que nos colocan en escenarios falsos y desequilibrantes a ellos y a nosotras. Si bien, es de Dios reconocer que ellos se llevan la mejor parte y de momento van ganando el partido. Por ello el cambio, como siempre se va a iniciar y va devenir de quienes pierden de quienes pasan necesidad, las sujeto mujer.

 

Es bueno recordar que:

–            Las relaciones están vivas,  tienen vida propia, y como todo ser vivo tienen sus ciclos y requiere actualizaciones

–            Las relaciones son creación, y recreación a la vez que repetición y reproducción, desencuentros y reconciliación, daños y reparación

–            Las relaciones son, además,  espejos en los que mirarnos; los hay que nos devuelven imágenes verdaderas y nos ayudan a reconocernos, pero ¡ojo! que también los hay trucados porque el otro me confunde consigo y no me diferencia, y entonces nos devuelven confusión y falsedad, lo cual no contribuye precisamente a nuestro mejor reconocimiento.

–            La pareja como su nombre indica es par, es cosa de dos. Es cosa de que dos se sientan importantes, compensados, acompañados, queridos y apoyados

–            La relación es tarea, lleva tiempo, interés, dedicación y energía. Y es trabajo de dos para dos

–            Y   la relación es sobre todo una inversión,  lleva su contabilidad consciente o inconsciente, que es la que nos dice si nos salen o no las cuentas, si ganamos o perdemos.

–            Las mujeres, cuando empiezan a no salirle s las cuentas, se preguntan, ¿Qué más puedo poner? O ¿por qué no te conformas? ¿no estarás pidiendo demasiado? Los hombres conjugan más fácil otras preguntas el qué me falta  o el qué mas quiero de esta relación

–            Hay para cambiar y mejorar para ambas partes pero dicen que sólo se está dispuesto a cambiar cuando vemos lo que nos cuesta el no hacerlo, tal vez sea por eso que  a las mujeres se nos vea más motivadas para arrancar con los cambios. A los hombres tal vez tomar conciencia de la falta de equidad y del abuso sea revulsivo suficiente para poneros en marcha en dirección a la relación justa.

      Ojalá!

Itziar Cantera

Julio 2015

Iniciativa Tendiendo puentes “Zubirik zubi”

Porque juntas podemos más.

Es una iniciativa  del Servicio de Mujer del Módulo Psicosocial de Deusto-San de Ignacio que intenta dar respuesta a la necesidad observada en nuestras usuarias, y expresada por las mismas mujeres, de contar con algún escenario público y facilitador para establecer  relaciones. Porque de ellas nos llega una y otra vez demandas claras y urgentes  ¿dónde puedo conocer a otras mujeres? Ahora que me he separado, ahora que mis hij@s han crecido, ahora que..…., me encuentro que no conozco a nadie para salir un rato, ni sé adónde acudir para hacer alguna amiga, me paso mi tiempo libre encerrada en casa o saliendo yo sola para matar el rato.

El aislamiento, aísla, margina,  causa sufrimiento y además nos empobrece.

Por ello queremos  desde el Servicio de Mujer, con la ayuda de voluntariado,   hacer una pequeña aportación a la situación de un gran número de mujeres. Mujeres de nuestros barrios, con nombre y apellido, de diferentes edades y procedencias  que han perdido las relaciones sociales y con iguales por muchos y variados motivos, por los años dedicados a  la crianza de los hijos y a satisfacer las necesidades de la familia extensa, por quedarse sin tiempo en jornadas de  trabajo interminables en la calle y en el hogar,  por estar a menudo  inmersas en relaciones de pareja exigentes  tiranas y celosas, por vivir lejos de su lugar o de su familia de origen, etc.

Con esta iniciativa proponemos una actividad al aire libre y en tiempo libre, que pretende  ser ella misma  un escenario para el bienestar y el encuentro, un tiempo para nosotras, para recargar las pilas mientras charlamos y,  quien sabe, hasta para hacer amigas.

Junto con este objetivo general de promover nuevas relaciones frente al aislamiento, también queremos, a través de esta actividad, divulgar valores de igualdad y empoderamiento, fomentar la actividad física, frente a la poca cultura del deporte entre las mujeres y reforzar el sentimiento de pertenencia  a un colectivo

Todos los jueves, a partir del 1 de Octubre,  a las 18.00  nos juntamos en el puente Euskalduna para ir caminando hasta el puente del Arenal y regresar juntas.

 

 

Zubirikizubi

 

 

Tendiendopuentes

 

 

Talleres gratuitos de autodefensa para mujeres, apúntate!

 
autodefensa2015
 
autodefentsa2015eusk 
 
 

Tailerra:

8 orduko ikastaro trinkoa da, profesional espezializatu batek gidatua. Zehazki, bi tailer izango dira: lehenengoa urriaren 16 eta 17an, adin guztietako emakumeei zuzendua, eta bigarrena abenduaren 18an eta 19an, 16 urtetik aurrera emakumeei zuzendua.
Autodefentsa tailerrak hiru helburu ditu: eraso sexistak antzematen ikastea, haietatik defendatzeko teknikak eta estrategiak erakutsi eta entseatzea eta nork bere burua defendatzeko eskubidea legitimatzea. Gainera, taldean egitea proposatzen da, izan ere, arazoa hobeto ulertzea eta hari aurre egiteko ahalduntzea eta baliabideak sustatzen baititu. Tailerrak genero-ikuspuntu argia dauka, indarkeria matxista jendarte patriarkal honen desberdintasunean kokatzen duena, eta osorik heltzen zaio teknika eta ariketa psikokorporalak jorratuz.

El Taller:

Se trata de un curso intensivo de 8 horas conducido por una profesional especializada. En concreto se van a realizar dos talleres, el primero, el 16 y 17 de octubre, y el segundo el 18 y 19 de diciembre, ambos para mujeres de más de 16 años. El taller de autodefensa tiene una triple finalidad, aprender a detectar las agresiones sexistas, mostrar y ensayar técnicas y estrategias para defenderse de ellas, y, en tercer lugar, legitimar el derecho a defenderse. Además propone hacerlo en grupo, en cuanto éste facilita una mejor comprensión del problema y, además, potencia el empoderamiento y los recursos para afrontarlo. El taller parte de una clara perspectiva de género que contextualiza la violencia machista dentro de la desigualdad de esta sociedad patriarcal. Y presenta un abordaje integral que incluye técnicas y ejercicios psicocorporales,

Metodologia:

20 bat partaideko taldean, giro epelean eta dinamika erabat parte-hartzailea jarraituta, ariketa fisikoak zein taldekako eztabaida eta teknikak uztartuta, indarkeria matxistaren aurrean erantzun praktikoak ematera bideratuak.

Metodología:

En un grupo de alrededor de 20 integrantes, en un ambiente cálido y con una dinámica totalmente participativa, que incluye tanto ejercicios físicos como debates y técnicas grupales, orientadas a dar respuestas prácticas frente a la violencia machista

Edukiak:

• Zer esan nahi du emakumeen kontrako indarkeriak, nor da onuraduna, zergatik eta nola zuritzen da?Indarkeria horren ondorio indibidual eta kolektiboen balorazioa.
• Geure burua defendatzeko eskubidea eta beharra.
• Nola areagotu segurtasuna gorputzaren bidez?, identitate femeninoarekin loturiko ahultasun fisikoa zalantzan jartzea.
• Emakume eta gizonen agresibitatearen adierazpena eta kudeaketa aztertu eta deseraiki.
• Autodefentsarako teknika fisikoak.

Contenidos:

• ¿Qué significa la violencia contra las mujeres, a quién beneficia, por qué y cómo se justifica? Valorar las repercusiones individuales y colectivas de la misma.
• El derecho y la necesidad de defendernos
• ¿Cómo aumentar la seguridad a través del cuerpo?, poner en cuestión la vulnerabilidad física asociada a la identidad femenina.
• Analizar y deconstruir la expresión y la gestión de la agresividad de las mujeres y de los hombres
• Técnicas físicas de autodefensa

Tailerren Gidaria: Isabel Bernal 

La Conductora de los talleres: Isabel Bernal

Cómo llegar

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Resumen del Artículo VIOLENCIA A GOLPE DE CLICK. LAS NUEVAS FORMAS SE HACEN PROTAGONISTAS

Artículo publicado completo en el Boletín del Observatorio Vasco de la Violencia de Género en Bizkaia. http://www.bizkaia.eus/Gizartekintza/Genero_Indarkeria/blt37/ca_temas.html
AUTORA: Ianire Estébanez es Psicóloga, especialista en violencia de género y juventud, ciberactivista y bloguera de www.minoviomecontrola.com

Si ha habido una revolución en los últimos años que haya modificado las formas de comportarnos y relacionarnos socialmente, ésta se llama redes sociales. Las nuevas tecnologías, presentes en nuestro día a día, se hacen protagonistas de nuestras vidas a través de un smartphone y una conectividad inmediata, en cualquier espacio y momento. Y las relaciones sociales no son inmunes al cambio.

Y con  ello, la violencia de género en los últimos años ha encontrado en las redes un espacio en el que reproducirse con grandes magnitudes. Las aplicaciones de conversación instantánea (tipo whatsapp), dan información al minuto del estado de conexión de la pareja o expareja:última vez conectada a las, en línea, leído tu mensaje, -no contestado-. Así, los conflictos, las interpretaciones sobre qué estará haciendo la otra persona multiplican los problemas que los celos y chantajes de una relación construida de una forma insana, pueden llevar a magnificar al extremo. Las redes sociales (como Facebook, Twitter o Instagram) permiten mostrar los listados de contactos y la expresión a través de estados y fotos, y pueden convertirse en comportamientos que no se respetan, se trata de coartar o se castigan. “¿Qué amigos tienes en las redes sociales?”, “¿por qué subes esa foto?”, “¿por qué haces ese comentario?”, o “no quiero que sigas hablando con él”, estos mensajes, a veces, marcan el inicio de una relación de control en la que se limita el espacio propio de la pareja. Las redes de flirteo, que permiten encontrar “matchs” o personas con las que ligar, pueden aumentar así mismo la inseguridad del compromiso.

Sin embargo, los conflictos y problemas que se derivan de ello, no han nacido con las nuevas tecnologías.

  • Porque quien aprieta el click del dominio, son los celos.
  • La información de amistades, horas de conexión y relaciones sociales de la pareja son visibles a través de las redes, pero el click que limita su libertad lo ocasiona la posesividad.
  • Y el click que moviliza el insulto y la humillación, es el sexismo y la cosificación de las mujeres.

Pero las redes sociales están permitiendo visibilizar otras formas de violencia que sufren las mujeres en público. Se ha hecho referencia a estas formas de violencia virtual con los términos:

  • Cyberbullying (acoso entre iguales)
  • stalking(vigilancia de perfiles y contenidos)
  • sexting, (el envío de contenidos eróticos o sexuales como fotos o vídeos) y
  • la sextorsión o porno vengativo (chantaje y publicación no permitida de contenidos eróticos)

La humillación en las redes, realizada por compartir contenidos eróticos sin su permiso, o el chantaje sobre hacerlos públicos, son también formas de violencia virtual que están adquiriendo frecuencia entre la juventud, y que confirman la pervivencia de una doble moral y una sexualidad tradicional que culpabiliza a las mujeres.

Sin embargo, estas formas de violencia, que integran lo online y lo offline,  no tienen sólo una relevancia “virtual” sino consecuencias reales como tal.

Las redes sociales están permitiendo visibilizar otras formas de violencia que sufren las mujeres en público. Y si algo podemos hacer, en un espacio tan público como son las redes sociales e internet, es visibilizar y denunciar estos comportamientos.

“Me parece que estás sacando los pies del tiesto”

“ME PARECE QUE ESTÁS SACANDO LOS PIES DEL TIESTO”

Le comenta el marido a su mujer

¿Desde cuándo el lugar de una mujer, en nombre del amor y  de “eres mi mujer” es estar plantada en una maceta?

¿Desde cuándo el lugar de su compañero es ser su propietario y jardinero?

Si ella es su planta y él su jardinero, su supervivencia va a estar supeditada al deseo de él, según y como, de regarla, de ponerla al sol de podarla.

Si ella es su planta y él su jardinero, va estar colocada donde él quiera, “ahora te pongo en un rincón, ahora en el centro de mi mesa y luego vuelta a tu esquina”.

Si ella es  su planta, y él  su jardinero y se olvida de ella, va a estar, muriéndose por la luz que no llega y el agua no regada. Va a malvivir soportando la angustia de no saber nunca cuándo él la va a querer o la va a castigar, cuándo la va a tener en cuenta o cuándo la va a olvidar.

Si ella es su planta y él su jardinero y él se obsesiona con ella, si él se encela con ella, la va asfixiar con sus excesivos cuidados y con sus infinitas exigencias, “eres mi planta, me tienes que dar tus mejores flores, toda tu savia, sólo a mí y siempre”.

 

Yo soy mujer, y mis raíces son mis pies y mis piernas,

que caminan por donde quieren y se dirigen adonde les lleva el viento.

Soy mujer y habito la tierra entera.

Soy mujer y busco el amor pero no el que me encadena,

no el que me poda y acorta,

sino el que abona mi alma y la hace florecer.

Soy mujer y mi habitat es la tierra entera

no una parcela controlada por otro.

Soy mujer y creceré todo lo que pueda y abarcaré todo lo que puedan sujetar mis ramas

 y seré feliz compartiendo mis espacios con otros seres que como yo tiendan al infinito.

 

Itziar Cantera

Vídeos encuentro Norte-Sur sobre masculinidades

Los días 20 y 21 de noviembre de 2014, el Módulo participó en el I Encuentro Norte-Sur de masculinidades y desarrollo humano, del que podemos ver todas sus ponencias en formato vídeo.

Incorporar a los hombres en la lucha feminista, experiencia del trabajo con hombres en Euskadi, la tensión entre la lucha por la incidencia política y el desempoderamiento de los hombres, o la experiencia del trabajo con hombres en procesos de desarrollo son las ponencias que podrás ver en el siguiente enlace:

http://modulodeustosanignacio.org/videos-del-i-encuentro-norte-sur-de-masculinidades-y-desarrollo-humano/

La campaña del 8 de marzo de Emakunde alerta sobre los peligros de dar pasos atrás en igualdad

La campaña del 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, diseñada por Emakunde incide este año en remarcar los avances de la sociedad en igualdad en las últimas décadas y al mismo tiempo, en alertar sobre los peligros de dar pasos hacia atrás. La campaña recuerda que se celebran 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un hito en la promoción los derechos de las mujeres, fruto de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en 1995, y se cumplen asimismo 10 años de la Ley para la igualdad aprobada en 2005 por el Parlamento Vasco, que ha supuesto uno de los hitos más importantes en la historia de las políticas de igualdad en nuestra Comunidad. Convertir el derecho a la igualdad en una realidad es uno de los mensajes que traslada la campaña, que advierte de la necesidad de evitar dar pasos atrás.

CARTEL EMAKUNDE 2015-CAST

 

Desde el Módulo Psicosocial de Deusto- San Ignacio y el Servicio de Mujer, nos unimos a esta campaña con la ilusión y ganas de no dar pasos atrás en igualdad. Ánimo mujeres, y compañeras.

Los hombres ante el feminismo

Los hombres hemos llegado tarde a la lucha por la igualdad, hemos dejado en manos de las mujeres una reivindicación que es de todas/os y hemos venido constituyendo una rémora para el movimiento feminista. La deconstrucción de las estructuras patriarcales, solo puede contemplarse desde la toma de conciencia del conjunto de la sociedad, y desde el compromiso de los hombres en la renuncia a sus privilegios.

Las jornadas de 20 y 21 de Noviembre sobre la posición de los hombres ante el feminismo (*) han tratado de reconducir los movimientos de hombres por la igualdad hacia posiciones de convergencia con los feminismos, esclareciendo terminologías (los hombres también podemos ser feministas), y denunciando los comportamientos erróneos que los hombres hemos mostrado, en éste ámbito. Para empezar, los hombres no podemos pretender liderar el movimiento por la igualdad, sería contradictorio con las actitudes que pretendemos deconstruir, y constituiría un paternalismo inasumible para movimientos que dentro del feminismo, llevan años de lucha, incomprensión y de acusaciones de radicalismo desde sectores del machismo recalcitrante.

 El papel de los hombres, debe buscarse entre los propios hombres, en dos direcciones:

-Por una parte mediante el trabajo con nosotros mismos, una concienciación interna, reflexionando lo que de bueno tiene para el conjunto de la sociedad el movimiento por la igualdad, y mostrando actitudes no machistas en nuestra vida privada. Implicarnos en la corresponsabilidad, repartir el tiempo libre con nuestra pareja, repartir los cuidados hacia nuestros mayores, hijos o dependientes, intentar no imponer nuestros criterios, y mostrar actitudes de respeto, cariño, y cercanía hacia las personas con las que convivimos, sería un buen comienzo. En definitiva, desterrar en la medida de lo posible los micromachismos que empapan nuestra vida.

-Por otra parte, se echa en falta una denuncia pública hacia las actitudes machistas de nuestro entorno. Censurar a quien maltrata o alardea públicamente de su actitud autoritaria, recriminar los chistes y manifestaciones machistas, y fomentar conversaciones  constructivas en torno a la igualdad, los sentimientos o la familia, puede constituir una alternativa al futbol, política, trabajo y ocio que prolifera como temas estrella entre nosotros.

También resulta necesaria y adecuada nuestra presencia en las manifestaciones públicas por la igualdad, o contra la violencia machista, pero no en cabeza, ni tan siquiera en grupo, porque se ha comprobado que también en esto fomentamos el liderazgo de los hombres, sino de forma dispersa, acompañando en su caso a nuestras parejas, y dejando constancia de nuestra solidaridad, pero sin protagonismo.

Debemos fomentar y apoyar, políticas públicas que aseguren la presencia de las mujeres en los procesos de dirección de las empresas,  política, y sociedad en su conjunto, para lo cual los hombres, hemos de asumir una mayor implicación, en labores del hogar, cuidados, crianza y roles de los que con frecuencia nos autoexcluimos, porque sólo asumiendo nosotros mayor espacio en lo privado, las mujeres podrán acceder al público.

Creer que ya somos iguales, (como se aduce en algunos ámbitos) porque se hayan derogado las leyes que expresamente discriminaban, constituye un desatino, porque como expresaba Alexander Ceciliasson (*) en un reciente artículo de prensa, “tener derechos no significa nada, si esos derechos no se convierten en posibilidades”, por lo que los hombres, hemos de  “retroceder y callarnos”, pero no en forma pasiva, sino actuando y convergiendo en una agenda común con el movimiento feminista, para que la igualdad avance, y entendiendo que el empoderamiento de un colectivo discriminado, sólo es posible desde el compromiso por el cambio de los valores patriarcales.

Rafa Perez

Modulo Psicosocial de Deusto

Miembro del colectivo Piper Txuriak

 

(*).-“I Encuentro Norte-sur de Masculinidades y desarrollo Humano” que ha tenido lugar en el Iltre. Colegio de Abogados del Señorío de Bizkaia, en los días 21 y 21 de Noviembre de 2.014, organizado por el Módulo Psicosocial de Deusto y diversos colectivos. www.modulodeustosanignacio.org

No se puede maltratar a las mujeres

Este mes de enero se ha convertido en viral un vídeo donde a una serie de niños se les pregunta sobre una chica, y, cuando el interlocutor les dice que le de una bofetada, todos reaccionan con rechazo.

No, no se pega a una chica, responden los niños. Y se nos llena la cara de emoción de escucharles.

¿Pero por qué dicen no? Entre los motivos que esgrimen, es decir, los que la sociedad les enseña, encontramos razones como que no se puede pegar a las mujeres, no se pega a las chicas ni con un ramo de flores, o no, porque es bonita. Argumentos que de alguna forma muestran cómo seguimos reproduciendo socialmente y educacionalmente la idea de la fragilidad de las mujeres (incluso aunque veamos que alguno de los niños es más pequeño en tamaño que ella), de que han de merecer un trato especial por ser mujeres porque son delicadas, o por ser guapas, como si no merecieran ese trato en caso de no serlo.

En el mundo de los niños, no se golpea a las mujeres”, termina diciendo el vídeo. Y ojalá realmente algún día vivamos en ese mundo, en un mundo en el que no existan desigualdades de poder ni nadie pegue ni golpee para ejercer poder o daño, porque efectivamente, no se debe pegar porque causa un daño real. No se debe pegar a las niñas, pero no por que sean más débiles, o dulces, o haya que arroparlas con rosas, sino porque son personas, como el resto, con los mismos derechos. Ojalá algún día también sepamos transmitir a las siguientes generaciones que no se pega a nadie, ni a las niñas ni a los niños, porque la violencia ejerce daño, porque nadie la merece, porque nos hace relacionarnos en una forma de competición y porque, como alguno de los niños del vídeo ya piensa, estamos en contra de la violencia, sin más, sin justificaciones. 

 

Estamos indignadas, ser mujer nos cuesta dinero y mucho

Además de humillaciones, insultos, discriminación, marginación y un sinfín de sobrecargas y limitantes techos de cristal,  ser mujer nos cuesta dinero y mucho.

Que las mujeres por el mismo trabajo en la mayoría de los lugares de trabajo ganamos menos, es algo creo que sabido, y desgraciadamente normalizado y poco denunciado. Que esto merma nuestro patrimonio todavía no importa lo suficiente y se tolera en demasía. Pero si además nos enteramos de que por  productos idénticos a las mujeres nos cobran más que a los hombres, la indignación se vuelve dolorosamente infinita.  A la reivindicación, vieja pero aún no conquistada de “al mismo trabajo igual salario” tenemos que añadir una nueva, para evitar el saqueo de nuestros monederos rosas, “al mismo producto igual precio”, ahora toca desterrar las, denominadas tasas rosas que es la manera edulcorada que han encontrado de encubrir y disfrazar esta vieja pero recién descubierta discriminación.

 

Me estoy refiriendo a una nueva realidad discriminatoria que merma nuestro monedero cuando inocentemente vamos al supermercado, con una falsa sensación de seguridad, de precios oficiales y controlados. Pues bien, en el Correo Digital del 18 de noviembre aparece una artículo firmado por Itxaso Alvarez  titulado “el precio de ser mujer en la cesta de la compra”. En él nos ponen al tanto de que hay una serie de productos habituales que a las mujeres nos cobran más caros que a los hombres y aporta datos.

 

Informa la articulista de que  las mujeres estadounidenses pagan al año 1.300 dólares más que sus compatriotas varones por productos muy similares en la cesta de la compra. En Francia hay una plataforma Georgette Sand que se ha puesto a investigar y cotejar estos datos y han confirmado que sucede lo mismo, nos cuentan, por ejemplo, que la cadena de supermercados Monoprix, los triciclos para niñas cuestan cinco euros más que los de niños. Sucede lo mismo con las mochilas y en el ámbito de la higiene. Si un cepillo de dientes rosa cuesta 5,94 euros, el azul, se entiende que destinado al consumidor masculino, baja a 5,78. Cuchillas de afeitar, o para depilarse, siguen la misma línea……….. Todo producto que lleve una etiqueta que lo catalogue como ‘femenino’ es más caro. Y en Euskadi más de lo mismo, según vemos en los datos recogidos en el mismo artículo.

 

 

En vísperas del, 25 de noviembre, día internacional del maltrato sexista contra las mujeres, desde El Servicio de Mujer del Módulo, desvelamos y denunciamos otras formas de maltrato económico; queremos  acercaros estas realidades y estas reflexiones para que nuestras voces ese día vibren y se oigan con más claridad y contundencia. Nos toca seguir indignándonos y luchando para no ser discriminadas, ni timadas, ni robadas, otro año más.

 

Fdo. Itziar Cantera

Servicio de Mujer del Módulo de Deusto-San Ignacio

I Encuentro Norte-Sur Masculinidades y Desarollo Humano

Os informamos de la nueva actividad que estamos organizando y que se celebrará los días 20-21 de Noviembre en Bilbao

Aquí encontraréis el folleto y cartel, en castellano y euskera. Para inscribirte puedes pinchar sobre la zona azul de la parte de abajo del cartel o folleto.

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Emma Watson emociona con su discurso contra la desigualdad en la ONU

Emma Watson llama a hombres y a mujeres a implicarse ya en la lucha para erradicar la desigualdad de género, y lo hace a través de un discurso hermoso, diáfano y lleno de convicción, que queremos compartir.

Jornadas de encuentro Norte-Sur sobre nuevas masculinidades y feminismo

Varias asociaciones de Bilbao comprometidas con la lucha por la Igualdad (Piper Txuriak, Birbana, CHICO, etc), estan preparando junto con el Módulo Psicosocial de Deusto-San Ignacio, un encuentro que tendrá lugar en los locales del Colegio de Abogados de Bizkaia, los días 20 y 21 de Noviembre, en el que se espera participen mujeres y hombres relevantes de nuestro entorno y del campo internacional en la lucha por la igualdad.

El encuentro se enmarca dentro del Foro por la Igualdad de Emakunde.

De hecho, se ha confirmado la presencia de figuras tan relevantes en el ámbito de las Nuevas Masculinidades, como Miguel Lorente, Jose Angel Lozoya o Hilario Sanz, así como figuras destacadas del feminismo como Natalia Navarrro. Del ámbito internacional, se espera participen Luciano Fabri (coordinador del “Colectivo de Varones Antipatriarcales”, que acudirá desde Argentina), Jimmy Tellería (coordinador de CISTAC que acudirá desde Bolivia), Ricardo Ayllon (Coordindor de GENDES que acudirá desde Méjico) y Julio Cesar Gonzalez –pendiente de confirmación y coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades-, que acudirá desde Cuba.

También se cuenta con una nutrida participación de personas de nuestro entorno como Silvia De GregorioAna (Asamblea de Mujeres de Bizkaia)Ritxar BaceteIrantxu Varela y representantes de grupos de hombres del ámbito de la igualdad y grupos de mujeres feministas.

En las jornadas, el programa de las ponencias y talleres, pretende profundizar en el campo de la incorporación de los hombres en la lucha por la Igualdad, aportar experiencias y esperanzas en el trabajo con grupos de hombres, y aclarar el papel de los hombres en la construcción de redes para desarrollo de políticas a favor de la Igualdad. El trabajo que se desarrolle, servirá también como base de propuestas a desarrollar junto a grupos feministas en el trabajo conjunto por la Igualdad, en el ámbito de un próximo encuentro.

Los locales disponen de accesibilidad, la inscripción será libre y gratuita, por lo que podrán participar todas las mujeres y hombres que lo deseen, sin mas requisito que rellenar el boletín de inscripción que se abrirá 15 días antes de encuentro, y se facilitará un diploma de asistencia y participación en el foro.

elcorreo.com

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