No hay trabajo que presente más diversidad en este mundo que trabajar con personas. Somos todos tan diferentes… Y lo que hoy sirve para uno mañana es totalmente inútil para otro, e incluso perjudicial. Por eso cada día de trabajo, cada nueva persona que llega hasta nosotros/as, es una nueva aventura, una posibilidad que se nos abre de crecer, de aprender de las demás personas, de comprender lo pequeñitos que somos y lo grande que es el mundo y lo diversa la gente que nos rodea. Y así, cuando nos relacionamos con personas, ya sea en el trabajo, en la biblioteca, en el voluntariado o en la carnicería, el mundo se está tomando la libertad de ponernos delante una nueva puerta, una nueva oportunidad de mirar algo diferente para, con ello, irnos completando poco a poco, ir creciendo y madurando como personas. Y cada día que nos relacionamos, crecemos un poco más, nos hacemos un poco más sabios/as y más humildes, al ver que hay tantas maneras distintas de ver el mundo, que quizá la mayor virtud es ser capaz de ver la belleza en todas ellas.
Jon, educador social de una Vivienda Tutelada de Alta Intensidad para personas con una problemática en adicciones perteneciente a Caritas Bilbao.