Educarnos en familia sobre el alcohol y las demás drogas

Madres y padres somos autodidactas. Aprendemos a educar a diario, entre pañales, discusiones, mimos, deseos, dudas, alegrías, llantos, entre otras situaciones. A nadie le preparan lo suficiente para este oficio. La vida diaria nos toma por sorpresa y así nos brinda la oportunidad de aprender a cada instante. Cuando menos nos damos cuenta, hijas e hijos van tomando contacto y aprendiendo sobre alcohol, tabaco y otras drogas. ¿Cómo afrontar ese desafío? ¿Cómo ser parte de él?

Aprovechando que somos seres y familias educables, ansiosas de saber cómo hacer mejor las cosas, Fundación EDEX pone a disposición la guía 10 pasos para educar a sus hijas e hijos ante los riesgos del alcohol y las demás drogas. Se trata de un recurso didáctico particularmente indicado para la dinamización de las Escuelas de madres y padres, que busca fortalecer el vínculo que se tiene con la gente pre y adolescente (8 a 12 años) y ofrecer herramientas para afrontar en familia la omnipresencia del alcohol y las demás drogas en nuestra sociedad.

La primera edición de esta nueva versión de la cartilla 10 pasos se hizo en 2010, de la mano de Fe y Alegría Colombia, en el marco de la Cooperación proveniente del Gobierno Vasco. En aquella oportunidad, 45000 familias de estudiantes de 17 colegios ubicados en distintas ciudades recibieron su cartilla, reforzando desde casa el trabajo de prevención que se hacía en las escuelas.

Tres pilares

Nuestra propuesta se apoya en tres pilares claves para afrontar los desafíos en familia: el diálogo, como la estrategia central para educar, que hace posible expresar con claridad lo que pensamos y, al mismo tiempo, escuchar con atención lo que tienen que decirnos.

La autonomía, como objetivo esencial de la educación de nuestras hijas e hijos, para que puedan tomar decisiones que fortalezcan su bienestar. Autonomía que va de la mano de la confianza en que cada persona tiene la capacidad de resolver los desafíos de la vida diaria, siempre y cuando se le eduque para hacerlo.

El afecto familiar, como el lazo que acerca y aporta la seguridad necesaria para afrontar las dudas e incertidumbres. Este afecto pleno y desinteresado, no complaciente, es el que permitirá que hijas e hijos puedan recurrir a mamá o papá cuando lo requieran; es la certeza de la acogida, la confirmación permanente de saber que en la familia pueden obtener las fortalezas que la vida exige.

Diez pasos

Aunque se presentan numerados, no consideramos que alguno de los pasos sea más importante o prioritario que otro: 1) Aprender a escuchar; 2) Dialogar sobre todos los temas, incluidos el alcohol y las demás drogas; 3) Saber apreciarnos; 4) Dar ejemplo; 5) Adquirir valores firmes y adecuados; 6) Manejar la presión grupal; 7) Establecer normas familiares; 8) Fomentar un uso seguro y saludable del ocio; 9) Educar para la toma de decisiones; y 10) Actuar con responsabilidad ciudadana.

Cada uno de ellos se desarrolla a partir de ejemplos, reflexiones y acciones, para que se pueda aprender haciendo. Los pasos no se parecen a los que se dan a lo largo de una caminata, uno detrás de otro; más bien se aproximan a los que se usan para bailar, sin un orden secuencial, con armonía, mezclándose los unos con los otros. Le invitamos a conocer la guía y sus pasos, a apropiárselos y a ponerles la gracia que sólo usted puede darles.

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