Pauta 4: Rigor conceptual

Recomendación 4.1Es preciso explicitar un marco conceptual lógico que conecte la intervención preventiva con los resultados esperados y con la meta global de reducir el abuso de drogas.

  • Busque una conexión lógica entre las metas y las iniciativas de prevención.
  • Busque soporte y conocimientos actuales procedentes de teorías bien fundamentadas.

Los equipos técnicos necesitan actuar basándose en el saber existente respecto a lo que funciona y lo que no funciona en prevención. La evidencia empírica es la mejor base a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, no está siempre disponible. Incluso en aquellos casos en que la evidencia empírica esté disponible, la intervención tiene más probabilidades de éxito si existen también conexiones conceptuales lógicas entre ésta y las metas.

Un buen marco conceptual puede guiar la acción y sugerir nuevos abordajes y programas. Incluso si la evidencia empírica es limitada, el marco conceptual necesita ser consistente con el saber actual en ese campo.

Las teorías establecidas en otras áreas pueden ayudar a desarrollar un marco conceptual para una acción preventiva determinada. Por ejemplo, en el campo de la justicia criminal, la teoría de la disuasión sostiene que la severidad de una sanción no es tan importante como su rapidez y certeza.Así, una amenaza poco verosímil de largas penas de prisión por vender drogas ilegales puede no ser tan efectiva como un castigo más inmediato y no tan duro que los delincuentes potenciales consideren altamente probable. De forma similar, las ciencias políticas predicen que el cumplimiento de la ley, independientemente de la sanción, se ve reforzado con el apoyo ciudadano a dicha ley.

Se pueden utilizar combinaciones de teoría e investigación para construir un modelo lógico en apoyo de una estrategia. Por ejemplo, existen datos sólidos que indican que quienes no son buenos estudiantes tienen más tendencia a ser consumidores de alcohol y otras drogas que quienes sí lo son.

También puede ocurrir que una iniciativa de prevención dirigida a empresas de la zona pueda basarse en un marco conceptual que vincule la disminución de las bajas laborables a la reducción del abuso de drogas.

Recomendación 4.2El marco conceptual utilizado para explicar la acción preventiva se debe basar en los conocimientos existentes. Deberá ser mejorado o revisado cuando sea necesario, con el fin de reflejar los nuevos saberes en la materia.

  • Actualice constantemente la intervención a partir de los datos procedentes de la investigación.
  • Considere el concepto de causalidad frente al de correlación.
  • Considere las motivaciones para el consumo de alcohol, de tabaco y/o de otras drogas.
  • Valore aquellos factores intermedios que relacionen la prevención con el consumo actual.

Se dice que no hay nada tan práctico como una buena teoría. Por fortuna, la teoría con base empírica en el campo de la prevención se está desarrollando a buen ritmo. Las cuestiones prácticas sobre la probabilidad de que una estrategia sea efectiva se relacionan estrechamente con el conocimiento de la causalidad y de las correlaciones de los problemas asociados al abuso de drogas; se relacionan, asimismo, con el saber acerca de las motivaciones individuales para el uso y abuso de drogas; se relacionan, finalmente, con el papel de los factores intermedios como objetivos legítimos para los programas de prevención.

Causas y correlaciones. Las intervenciones para prevenir los problemas asociados al abuso de drogas tendrán una gran probabilidad de éxito si están basadas en el conocimiento de sus causas. Debido en parte a la compleja etiología de tales problemas, a la relativa novedad del campo de la prevención, a la carestía y a los marcos temporales de los estudios etiológicos, se conoce relativamente poco sobre estas causas. En cambio, se sabe mucho sobre las correlaciones de dichos problemas, esto es, los factores que se presentan conjuntamente con el abuso de drogas, como la conducta antisocial, las disfunciones familiares y las bajas expectativas educativas. Aunque algunas de estas correlaciones puedan ser también causas, es posible que sean consecuencia del consumo de alcohol y otras drogas.

. También puede ocurrir que las variables que correlacionan con los consumos de drogas sean producidas por otros factores que correlacionan con ambos.

Existe una tendencia a confundir causas y correlaciones. Por ejemplo, algunos de los factores de riesgo del abuso de drogas que se citan en la literatura preventiva han sido identificados sólo como correlaciones, no necesariamente como causas. Por lo tanto, modificar algunos de estos factores puede no reducir los problemas asociados con el abuso de drogas.

Por supuesto, algunos factores actualmente clasificados como correlacionados pueden, en realidad, ser factores causales o intermedios, es decir, ser parte de la cadena causal que favorece el abuso de drogas. En próximas investigaciones será necesario establecer el verdadero vínculo entre dichos factores y los problemas relacionados con los consumos de drogas. La pauta cuatro, anima a los equipos preventivos a estar al tanto de los últimos hallazgos.

Motivación. Muchas intervenciones preventivas tienden a contemplar las causas inmediatas del abuso de drogas como externas a la propia persona (ej. la presión de los “iguales”, de los medios de comunicación y de la publicidad). Sin embargo, hay individuos que buscan de forma activa drogas psicoactivas. Así, la motivación intrínseca debe también jugar un papel -quizás un papel clave- en los problemas de abuso y en otros problemas relacionados. Se ha sugerido que las personas que usan drogas sean consideradas como consumidoras, analizando su decisión a partir del balance de costes y beneficios derivados de su relación con el alcohol y las otras drogas. Esta perspectiva ofrece un buen esquema para conceptualizar la prevención (ej. la educación sobre drogas en la escuela o programas de promoción de alternativas). Tiene también implicaciones para la población general, y ha sido utilizado en algunos estudios econométricos de “sensibilidad al precio del alcohol”, de acuerdo con los cuales cuando el precio del alcohol aumenta, la motivación para consumirlo debe disminuir, por lo menos en ciertos grupos.

Factores intermedios. En algunos casos, la supuesta relación entre una determinada estrategia de prevención y los problemas del abuso de drogas es bastante directa. Por ejemplo, aumentando el precio del tabaco puede esperarse que el consumo disminuya a través de la mera dinámica del mercado,(cuanto más caro cueste el tabaco menos personas lo comprarán; especialmente los adolescentes, dado su generalmente menor poder adquisitivo). En muchos casos, sin embargo, las cadenas causales que conectan las estrategias de prevención y los resultados son mucho más complejas. Podrían depender de la reducción de los supuestos factores de riesgo, de la mejora de los factores de protección, de la reestructuración de los entornos sociales, del funcionamiento de las normas sociales, o de la alteración de las expectativas psicológicas.

Un intento de afrontar los factores intermedios son los programas para cambiar la escuela con el objetivo de mejorar la relación del alumnado con ésta, y así disminuir la probabilidad de un comportamiento antisocial, que incluya el abuso de alcohol y otras drogas. Con el fin de mejorar dicha relación, los programas escolares pueden desarrollar actividades de aprendizaje que animen a la colaboración y cooperación entre estudiantes y propiciar su participación en el desarrollo de las políticas escolares. Quienes planifican la prevención deberían indicar cómo se prevé que una estrategia determinada incida sobre esos factores intermedios, y cómo dichos factores se relacionan con los problemas que están intentando resolver. La evaluación debería demostrar que los factores intermedios han cambiado como resultado de la intervención preventiva, y que los resultados preventivos esperados han sido alcanzados.

*En próximas entradas, seguiremos poniendo a su disposición nuevos capítulos del documento “Guidelines and Benuchmarks for Prevention Programming”, desarrollado por el Departament of Health and Human Services. Sustance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA), el Center for Substance Abuse Prevention (CSAP) y el  National Center for the Advancement of Prevention (NCAP), traducido y publicado por Fundación EDEX como “10 Pautas. Diseño y aplicación de programas eficaces de prevención del abuso de drogas”.

Facebook Twitter Stumbleupon Delicious More More More
elcorreo.com

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.