Pauta 2: Claridad y realismo de los resultados esperados*

 

Recomendación 2.1. La acción preventiva se debe enfocar hacia unas metas concretas y realistas.

La claridad de los objetivos es una condición necesaria para el éxito en la aplicación de una acción compleja. Un enfoque claro permite que las decisiones y compromisos se realicen de una manera cuidadosa, sin poner en peligro la integridad de la iniciativa. Esto implica un diseño para la ejecución coherente con el espíritu y la forma de los objetivos de la iniciativa. La claridad de las metas y de los resultados esperados, harán viable la cuantificación de los efectos de la acción.

  • Centrarse en metas realistas.
  • Considerar el alcance potencial de la iniciativa.
  • Considerar el impacto potencial de la iniciativa.
  • Si está claro que las metas no pueden ser alcanzadas, replantear la intervención.

 

Cobertura e impacto. Considerando las metas globales de las intervenciones preventivas, deben ser tenidas en cuenta dos características clave de las estrategias: su alcance y su impacto potenciales.

Cobertura. Este término hace referencia al número de personas potencialmente afectadas por la estrategia.  La cobertura está determinada por el número de sujetos para los cuales la estrategia puede ser relevante, así como por el número de personas que puedan estar expuestas a ésta. Por ejemplo, el desarrollo de una nueva ley o política puede alcanzar a miles o incluso millones de personas. Asimismo, un programa escolar de entrenamiento en habilidades para la vida, si se aplica bien, constante y gradualmente en todos los cursos, puede tener efecto en muchos niños de la comunidad. Otras estrategias, que afectan sólo a un número relativamente pequeño de participantes directos, tienen un alcance más limitado.

Impacto. Se define aquí como el impacto potencial o la intensidad del cambio esperado como resultado de la exposición a la intervención. Por ejemplo, un cambio legislativo puede tener una amplia cobertura, pero tener un impacto mínimo en el comportamiento individual. Sin embargo, aunque el comportamiento individual cambie sólo ligeramente, el efecto total sobre la sociedad en su conjunto puede ser altamente significativo.

Por el contrario, un programa de corte comunitario que incluya a los padres, puede afectar relativamente a poca gente, pero el impacto sobre la comunidad puede ser muy fuerte. De este modo, una vez bien definidas las metas, estas dos características de las intervenciones (cobertura e impacto) deben ser consideradas con el fin de optimizar los recursos utilizados.

Evidentemente, el nivel de influencia y la dimensión del problema serán factores determinantes para decidir si hay que centrarse más en el impacto  o en la cobertura. Por ejemplo, elevar la edad mínima a la que pueden adquirirse bebidas alcohólicas puede tener un gran impacto en los accidentes mortales de tráfico entre los jóvenes. Para problemas limitados a un pequeño segmento de la población, las estrategias más intensivas pueden ser más apropiadas que las iniciativas dirigidas a un número elevado de sujetos.

Elecciones y metas. En ocasiones, las acciones preventivas se llevan a cabo sin haber establecido metas bien definidas. Por ejemplo, una organización puede decidir distribuir pegatinas para el coche  o camisetas en contra del abuso de alcohol, sin determinar si la iniciativa tiene probabilidades de obtener algún resultado concreto. Sin embargo, las intenciones reales de esta organización pueden conllevar el aumento de la conciencia de la opinión pública. En un proceso consistente con la recomendación 2.1, la organización decidiría si es realista esperar que las pegatinas para el coche y las camisetas puedan, por sí mismas, alcanzar esta meta.

La organización deberá considerar también con precisión sobre qué aspectos concretos desea influir sobre la población diana, y cuál puede ser el mejor modo de llegar a la audiencia pretendida. Se seleccionarían, entonces, aquellas estrategias con más posibilidades de comunicar el mensaje previsto a la audiencia deseada. Un proceso de planificación más sofisticado, concluiría probablemente que una acción sobre los diferentes medios de comunicación tiene más probabilidades de éxito, e incluiría artículos en prensa, buzoneo de folletos, anuncios en radio y televisión, pegatinas para el coche, camisetas, etc. Cuanto más claras sean las intenciones, más probabilidades tendrá la intervención de conseguir resultados apropiados.

Recomendación 2.2. Las metas de una acción preventiva específica se deben considerar en el contexto de objetivos más amplios, de ámbito comunitario, nacional, etc.

  • Definir las metas específicas de la acción preventiva.
  • Definir la contribución de la acción a los objetivos de prevención general.

Estas pautas deberían aplicarse después de un examen de los recursos existentes y de las iniciativas ya implementadas. Algunos problemas derivados del abuso de drogas pueden ser afrontados acertadamente a través de una única estrategia preventiva. Sin embargo, habitualmente son necesarias varias intervenciones para producir un cambio de comportamiento significativo. Las intervenciones preventivas pueden dirigirse a aspectos específicos del abuso de drogas, a la vez que contribuyen a soluciones más generales, cuando se combinan con otras acciones. Una campaña intensiva de sensibilización, por ejemplo, puede producir un efecto de larga duración en conductas de riesgo para la salud si está combinada con otras estrategias de prevención y con cambios adecuados en otras partes del sistema.

Las campañas de concienciación social se han mostrado efectivas cuando actúan conjuntamente con otras estrategias. Por ejemplo, una campaña de sensibilización sobre estilos de diversión alternativos al consumo de drogas que tenga como destinatarios a los jóvenes, sólo tendrá éxito si en la comunidad de que se trate se promueven otros recursos de ocio atractivos para los jóvenes.

 

**En próximas entradas, seguiremos poniendo a su disposición nuevos capítulos del documento “Guidelines and Benuchmarks for Prevention Programming”, desarrollado por el Departament of Health and Human Services. Sustance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA), el Center for Substance Abuse Prevention (CSAP) y el  National Center for the Advancement of Prevention (NCAP), traducido y publicado por Fundación EDEX como “10 Pautas. Diseño y aplicación de programas eficaces de prevención del abuso de drogas”.
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