En República Dominicana hay una Casa Abierta

La mayoría de personas somos capaces de construir una imagen en la mente cuando nos dicen “casa abierta”. Hasta quienes no sabemos pintar, podríamos hacerlo. Sin embargo, una cosa es saberlo y otra es vivirlo. La semana anterior, en nombre del equipo de EDEX, tuve la oportunidad de estar en República Dominicana, celebrando los 40 años de existencia de Casa Abierta, la ONG amiga a la que estamos vinculados desde 1999 y que tiene ya varios años con la dirección de Juan Radhamés de la Rosa.

 Trabajando para celebrar

Tratando de seguirle el estilo a la historia, quisimos celebrar recorriendo algunas ciudades del país y trabajando con personas de Casa Abierta y con líderes sociales de sus comunidades. Fue una semana de tres intensos talleres de Habilidades para la Vida. En cada uno de ellos participaron cerca de 40 personas y trabajamos entre 4 y 6 horas.

Por mi parte, pude asomarme al trabajo que realizan en Santiago de los Caballeros, San Francisco de Macorí y Santo Domingo, conocer la capacidad y sensibilidad de líderes juveniles, docentes, promotores, facilitadores, es decir, palpar el entramado social que Casa Abierta ha venido tejiendo en estos años.

Por su parte, algunas de las personas asistentes compartieron sus impresiones de los talleres. Encontré un poco de todo en sus evaluaciones. Sorpresa: “ha sido todo lo contrario de lo que creía iba a ser el contenido del taller”. Satisfacción: “me sentí muy bien, relajada, no me dormí y me puse la meta de organizarme mejor para continuar mis estudios universitarios”. Gusto: “lo que más me gustó es que no fue una simple palabrería, sino una experiencia dinámica y muy creativa porque nos permitió vernos a nosotros mismos desde otra óptica”.  Deseos de hacer cambios: “me he hecho un propósito, mejorar como persona de manera que esto mejore nuestra relación de pareja”. Inclusión: “Me sentí muy cómoda y libre para ser parte de manera espontánea de cada ejercicio y aprender de mis compañeros, así como del facilitador”.  Novedades: “Aprendí de un modo diferente a lo que había visto, pasando de teorías a formas vivenciales, con diferentes prácticas”.  Y autodescubrimientos: “la metodología del taller me ayudó a encontrarme conmigo mismo”.

El conjunto de evaluaciones dejan ver que nos aproximamos al objetivo de esta serie de talleres, que no era otro que explorar las formas de aprender y enseñar habilidades, de otorgarles sentido en la vida cotidiana de cada persona.

Celebrando con la experiencia

Además, participamos del acto central de celebración de los 40 años de Casa Abierta. Nos sorprendió la síntesis de su trayectoria con impacto en la vida de las personas, en la manera de comprender el desarrollo y en las políticas públicas del país. Si bien es una organización que nace para afrontar los problemas asociados al abuso de drogas, cada vez más se convierte en una gestora de desarrollo humano que pasa por el tema de las adicciones pero va más allá, construyendo y buscando mejores condiciones de vida para la gente dominicana.

Además, nos aproximamos el reto actual del trabajo en el campo de las adicciones a partir de la intervención de Fabián Chiosso, presidente de FONGA, quien puso acento sobre los retos legales, estatales y sociales de un abordaje integral al tema. También EDEX compartió algunos matices de su experiencia en América Latina, dejando ver que el trabajo en alianza ha sido una de las claves para poner en marcha y sostener procesos con resultados significativos.

Los frutos de La Aventura de la Vida

Entre las personas asistentes a los talleres nos encontramos algunas docentes que habían trabajado con el programa de educación para la salud y la convivencia La Aventura de la Vida durante años. Una de ellas, Margarita Isabel Herrera (escuela San Antonio de Padua, en Santiago de los Caballeros), nos contó la manera en que hasta las familias se han visto implicadas: “Cuando estábamos tratando el tema del alcohol descubrí que había un niño de familia alcohólica, de 8 o 9 años; sus padres le habían dado alcohol,  cerveza, y sus parientes les decían que tomar no era nada, que era bueno. Él me dijo que su padre era alcohólico, lo invité a una sesión de La Aventura de la Vida sobre el alcohol. Vino, hablé con el padre y él comenzó a llorar y dejó de tomar; el niño subió su nota, cambió su actitud”. No siempre se logra una decisión tan rápida para dejar el alcohol. Sin embargo, casi siempre resulta deseable y saludable lograr que las familias se impliquen directamente en el aprendizaje frente a temas tan complejos como el del alcohol.

Adelina Paulino, educadora de Santiago, destacó el aporte del programa a los problemas de su contexto: “Se trabaja lo que es la prevención el uso de sustancias, pero de una manera que el niño ni cuenta se da que estamos trabajando esos temas. Acá en el campo se usa mucho lo de mascar tabaco; nosotros tuvimos que trabajar duramente y La Aventura de la Vida nos dio las herramientas, y hemos logrado que muchos niños hayan salido de ese problema”.

40 años no es nada

Luego de compartir esta semana de celebraciones, encuentros, aprendizajes e intercambios, decidimos multiplicar por dos lo que dice el viejo tango, en vez de 20, es mejor decir que con trabajos y experiencias como las de Casa Abierta, 40 años no es nada, es sólo el comienzo de un trabajo lleno de resultados presentes y promesas hacia el futuro.

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