De pelear para cambiar el mundo pasas a pelear porque el mundo no te cambie a tí

No quiero entrar en el debate sobre lo que cada uno entendemos sobre solidaridad. Estoy seguro que saldrían tantas definiciones como personas entrevistadas. Esto no me ayudaría por el momento para nada más que reafirmar lo que ya me temía; A cada persona nos mueven motivos diferentes cuando decidimos dedicarnos profesional o voluntariamente a apoyar alguna causa de temática social.

Reitero que no quiero generar un debate dirigido a llenar de contenido a un “palabro” como solidaridad. No soy nadie para llenarlo de contenido por mí mismo y, además, no creo que sirviera de nada porque tan solo me represento a mí mismo y mis propias incoherencias. Además no me siento especialmente solidario por el simple hecho de dedicarme a la cooperación. En todo caso me puedo sentir un poco más coherente con mis principios y modo de ver la vida. Pero reitero solo un poco. Porque al final me dedico a la cooperación porque me encanta, porque aprendo mucho de las personas con las que trabajo en los países del sur y, sinceramente porque llegado este momento de mi vida, dedicarme al desarrollo y los Derechos Humanos es lo que sé hacer.

Cuando una persona comienza a trabajar en el mundillo del desarrollo ( que viene a ser el objetivo de la cooperación) normalmente lo hace motivado e ilusionado por unas enormes ganas de cambiar el mundo ó aportar un granito de arena para que mejore ó, por lo menos no siga empeorando a esa velocidad. Después de unos años la ilusión inicial se convierte en costumbre y de ser un activista del desarrollo te conviertes en un especialista. El activismo está relacionado con la ideología, la especialidad con el trabajo y lo profesional. No digo que se pierda totalmente la ilusión y esas enormes ganas de cambiar el mundo pero si pienso que se enfrían- incluso en algunos casos se congelan- De pelear para cambiar el mundo pasas a pelear porque el mundo no te cambie a ti, y si lo hace que no sea demasiado!

En el mundo de las ONGDs y de la cooperación me he encontrado lo mejor y peor del ser humano. Me he topado con sentimientos tan bonitos como el amor al prójimo, la solidaridad coherente, el deseo de intentar mejorar las cosas etc. Pero también en el mismo mundo de las ONGD, en la misma realidad pero una perspectiva paralela y más oculta me he topado con la envidia, los deseos de poder y la corrupción, la más profunda intolerancia, el racismo más rancio, la más absoluta falta de autocrítica y la prepotencia frente a lo diferente.

El mundo de las ONG’s no es diferente del mundo en general. Lo que resalta de esta parte del mundo es que nuestro trabajo esta dirigido hacia personas. Esto hace que las incoherencias y las miserias que encuentres sean más sangrantes que otras esferas de la vida. En Trabajos con y para personas y hay ciertas cosas que no nos podemos permitir.

Os he lanzado unos cuantos globos sonda que no pretenden ser más que una invitación a la reflexión. Iré retomando cada uno de los temas que han ido saliendo y muchos más. Reitero que tan solo me represento a mí mismo. Nada más ni nada menos. En muchas cosas no pretendo tener razón porque sí. Tan solo quiero con vosotros mis puntos de vista y vivencias. No sé si son buenos o malo, acertados o no, pero; son los míos.

Me planteo hacer un blog a largo plazo. Quiero ir tocando temas poco a poco. Me daré la oportunidad de escribir lo que pienso y de compartirlo con quien quiera seguirme.

Os dejo por hoy, hasta pronto.

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