HOUSING FIRST ¿Más eficaz que otros modelos?

Los programas llevados a cabo en base a la metodología Housing First en su mayoría presentan un alto grado de eficacia y eficiencia. En cuanto a estabilidad de hogar, adherencia al recurso, relación de confianza entre persona usuaria y profesional, aumento de la red de sociabilidad, aumento del contacto con miembros familiares, mejoras de salud y reducción del uso de emergencias sanitarias, internalización de conductas en referencia a la reducción del riesgo y el daño, creación de nuevos recorridos sociales, aumento de autoestima , reducción de los ingresos psiquiátrico y arrestos, entre otras.

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Por lo tanto, es un Modelo que se representa como muy positivo y que agrega gran valor a la red de recursos  de atención a la exclusión residencial y social, dando respuesta y mejorando la calidad de vida de personas que no se adaptaban a los estándares de la red de atención tradicional, o ésta a ellos.

Las diferentes experiencias basadas en el Modelo ( Pathways to Home en EEUU, Street to Home en Canadá  y Housing First Europe, entre otras) muestran que dichas personas que suelen ser cuestionadas como incapaces de hacer frente a una vida autónoma, por temas de consumo o enfermedades mentales, pueden hacer frente a una vida independiente. Los porcentajes de estabilidad de hogar suelen rondar el 80-90% en los resultados aportados por las diferentes experiencias, lo que supone una adhesión mayor que a los recursos actuales.

El disponer de una vivienda digna y un apoyo, adaptados  a las necesidades, el sentimiento de propiedad y pertenencia, la no temporalidad, suele presentarse como una plataforma privilegiada para comenzar proyectos y recorridos vitales, “esto es, impulsar la función social de la vivienda, basándose en un enfoque indivisible de derechos humanos, de manera integral y coordinada” (EAPN, 2013).

Se disminuye en los programas Housing First la sobre-exposición de control y aumenta la percepción de seguridad (Ortiz de Zarate, 2016b).

Pese a los tan esperanzadores resultados de las experiencias Housing First, diversos factores de riesgo pueden incidir en el buen desarrollo de un programa basado en esta metodología.

Por ejemplo, como en el caso de Finlandia, que presentaron entre las dificultades encontradas la difícil adaptación de los alojamientos a las necesidades individuales. Si bien es cierto, que debido a la diversidad funcional que presentan algunas personas usuarias se torna difícil la adaptación a un hogar al uso. Por ello, pueden llevarse a cabo distintas adaptaciones del Modelo Housing First, que si bien estén sustentadas en los mismos fundamentos y valores, sean recursos que añadan adaptaciones a la funcionalidad individual.

En este sentido puede ser muy adecuado, en complementariedad con programas en base a la metodologíaPHF, un programa basado en los fundamentos de la metodología Housing Health.

Esta adaptación del modelo podría estar destinado a atender a personas que se encuentren en un momento de necesidad de tipo social y sanitario y la “intervención social y sanitaria debe tener, conjuntamente, un efecto sinérgico en la obtención del resultado” (Ortiz de Zarate, 2016).

Esta modalidad asegura un espacio y tiempo para la convalecencia y el tratamiento crónico para personas que recibían altas hospitalarias (pero no médicas)  y se encontraban en exclusión residencial y sin apoyo económico, social o familiar (Ortiz de Zarate, 2014b).Cabe decir que tanto en esta modalidad como en las demás se parte de la premisa que si bien la abstinencia es deseable, se presenta como difícilmente realizable en muchos momentos del ciclo vital de la persona.  Por lo tanto Housing Health  no condiciona su intervención a una abstinencia y se utiliza la Reducción de Riesgos y Daños como un aspecto de su intervención, por ejemplo con la presencia de una Sala de Consumo Supervisado de la que pueden hacer uso las personas usuarias del recurso. El acompañamiento es flexible pudiendo ser de  baja, media o alta exigencia, respetando la decisión de la persona y sus derechos, su autodeterminación.

La asociación T4[1] es pionera en  aplicar la modalidad de atención Housing Health,  con las residencias Atsedena (2008), Aukera (2011) y Bidexka (2013) [2] que abren un nuevo dialogo entre el acompañamiento residencial integral a personas en convalecencia y  el consumo en activo. En todas estas residencias las personas viven en habitaciones  individuales y comparten zonas comunes. Consta de un equipo interdisciplinar y especialistas sanitarios como valor añadido en atención 24 horas que, además de los procesos de salud física también supervisan el consumo en la Sala de Consumo Supervisado de uso exclusivo para los/as residentes y con consigna personal para el material de consumo (Ortiz de Zarate, 2014b).

Estas tres residencias forman parte de un mismo proceso, en el que la persona puede ir avanzando en un mismo espacio físico por diferentes niveles de intensidad según su autodeterminación o progreso, sin necesidad de trasladarse físicamente a otro recurso, diseñando toda la intervención desde la alta tolerancia, alta intensidad de apoyo y mínima exigencia, además de forma permanente y estable. Acoger en primera instancia, cocrear en un segundo término (Ortiz de Zarate, 2016).

Entre los servicios que se prestan en estas residencias se encuentra el acompañamiento social, tutorías individualizadas, acompañamientos a recursos, apoyo  psicológicos y psiquiátricos, atención jurídica y de trabajo social y sus objetivos básicos giran en torno a fomentar la normalización e integración social a través de un espacio físico, social y emocional y mejorar el grado de funcionalidad y autonomía de la  persona (Asociaciont4.com, 2016).

Las residencias Atsedena, Aukera y Bidexka  en la ciudad de Bilbao, diseñadas en base a la metodología Housing Health, dieron respuesta a una proporción de  personas que se encontraban en periodo de recuperación médica en la calle, sin apoyo familiar ni social, sin recursos económicos ni sanitarios, realizando una convalecencia o sufriendo una enfermedad crónica en situación de sin hogar, una realidad a gritos aún invisible para las instituciones Sanitarias.

Así, esta modalidad atendería en mayor grado a la dependencia y la diversidad funcional en personas en situación de exclusión social y residencial (Ortiz de Zarate, 2016b)

Por lo que no tendrían sentido una comparación entre un recurso basado en Housing Health o uno basado en PHF, sino que uno agregaría valor al otro, igual que se ha comentado para el resto de recursos.

Entre las dificultades encontradas en las diferentes experiencias Housing First, se encuentra también el sentimiento de soledad. Por ello también es importante, que junto al PHF clásico existan recursos en base a CHF, que si bien respetan la mayoría de los fundamentos de la metodología, son recursos que mediante la ayuda entre pares y la creación de espacios comunes pueden solventar la problemática de la soledad para esas  personas que pueden sufrirla a la hora de pasar a un hogar individual e independiente. Aunque, si bien es cierto, en la experiencia de Glasgow (Irlanda) las personas vivían en un recurso tipo CHF y aun así referían sentimientos de soledad.

En algunas experiencias se han cometido errores y en algunas se han llevado a cabo adaptaciones de la metodología muy interesantes, de lo que resulta muy beneficioso aprender a la hora de diseñar un programa en base a esta metodología.

Por ejemplo en Budapest no se tuvo en cuenta la necesidad o demanda  de las personas que pasaron a formar parte del programa y además se presentaba como algo temporal, loque no generó una estabilidad de hogar. (Ortiz de Zarate, 2016b).

En Portugal no hubo compromiso para un programa a largo plazo, por lo que el presupuesto no pudo cubrir el recurso, e incluso necesito un sistema de financiación privado, lo que condiciona las características que presentaría el programa (Ortiz de Zarate, 2016b). A la hora de implementar un programa del tipo Housing Firstdebemos de tener muy en cuenta la financiación y su soporte a largo plazo, el carácter permanente es uno de los valores en los que se fundamentan la metodología.

Si bien, el programa llevado a cabo en dicha ciudad añadió que aparecieran los sistemas mixtos de financiación y la posibilidad de aportar fundamentos del Cohosing[3] a la metodología.

En Copenhague el ayuntamiento fue quien lleva cabo el proyecto y dotó de un equipo multidisciplinarde carácter móvil, lo que cubrían todas las necesidades sanitarias y sociales de las personas usuarias.

Aunque, si bien es cierto, plantearon un progresivo avance desde un recursos basado en  CHF a una vivienda independiente PHF, lo que significaría de nuevo un Sistema Meritorio (Ortiz de Zarate, 2016b).

En Finlandia generaron grandes espacios que podían acoger a un número muy elevado de personas, incluso 500 (Ortiz de Zarate, 2016b).Resulta más beneficioso el crear vivienda de una forma más dispersa por la ciudad, favoreciendoasí la eliminación del estigma.

En este país también se coordinaron en gran medida entre el Estado y las autoridades locales, firmando una Carta de Intenciones en las que se estipulaba un compromiso  de llevar a cabo el Modelo, además de pautas comunes y criterios de intervención.

En Escocia además el Ministerio de Vivienda se encuentra muy comprometido, firmando un Pacto de Implementación por cada área de Vivienda de las diferentes administraciones locales, en referencia a programas en base a Housing First.

Francia ha aportado al modelo una idea que puede resultar muy productiva, en el sentido de que solicita a los municipios el disponer de un número de viviendas disponibles para formar parte de un programa basado en el modelo Housing First, formando parte de la Estrategia Nacional (Ortiz de Zarate, 2016b).

Todas estas coordinaciones y compromisos entre las diferentes partes de un Estado resulta muy adecuado y beneficioso, pues no deja lugar a la capacidad individual de cada contexto que en algunas ocasiones no resulta beneficiosa en la atención a la problemática, sino que crea una lucha común y una mejora en la intervención gracias  a la retroalimentación entre áreas.

En Seatle atendieron mucho al perfil de las personas, pues solo alojaban a personas con problemas de alcohol, lo que produce un gran filtro (Ortiz de Zarate, 2016b).

En Glasgow todas las personas que iban a participar en el programa referían un deseo de dejar de consumir, pero aun así, la permanencia en el recurso no fue condicionado a la abstinencia (Ortiz de Zarate, 2016b) lo que fomentó la adherencia al recurso y la relación de confianza entre el usuario y los profesionales.

Las iniciativas que han abordado el tema preventivo del Sinhogarismo, por ejemplo a través de HFL han reducido en gran medida el número de desahucios, los incidentes por el pago de alquiler, y los problemas relativos al alojamiento y la convivencia (Pleace, Benjaminsen and Filipovič Hrast, 2014) lo que resulta muy interesante para las ciudades que tienen una gran problemática de riesgo de exclusión residencial.

Se debe apostar por una complementariedad de modelos en el sentido de que no solo deben complementarse adaptaciones de la metodología HF, sino también la coexistencia de diferente filosofías, porque eliminar todo lo  existente no tiene sentido, pero si debemos alejarnos de algunos aspectos como la ética del poder o la dinámica  de la institución como dotador y la persona usuaria como receptor.

En Finlandia existen albergues de emergencia y media estancia, comunidades terapéuticas y unidades de desintoxicación, creando una red de recursos que trabajan en coordinación con la iniciativa en el Modelo Housing First.

De esta forma, recogiendo las distintas evaluaciones basadas en la evidencia desarrolladas en distintos países, se puede llegar  a la conclusión de que el modelo Housing First aporta un valor añadido, ya que resulta eficaz al conseguir que las personas mantengan la vivienda en la mayoría de los casos y presentan una mejora de su calidad de vida. Sería en este sentido un modelo eficiente, ya que aporta resultados superiores en un colectivo que era atendido en recursos de costes similares. Además, sería un  modelo sostenible ya que fomenta el uso de servicios normalizados y ambulatorios en lugar de específicos y de emergencia (CRIH n.d.).

En el programa At Home /Chez Soi  desarrollaron espacios a los que las  personas que sufrían discriminación u opresión podían acudir,  lo que resulto muy beneficioso para las personas participantes en el Programa. En base a dicha realidad, además resulta conveniente sensibilizar a la población e implicarla, con el fin de que no se creen estas situaciones por las que estas personas deban acudir a este tipo de dispositivo.

Cristina Ortega

Psicóloga e investigadora social

 


[1]Entidad sin ánimo de lucro que se fundó en Bilbao en 1992 en defensa de los  derechos de las personas afectadas por VIH.

[2]Unidades residenciales para la convalecencia y cronicidad fundada bajo la perspectiva Housing First y pioneras en el modelo Housing Health,que forman parte de T4.

[3]Es un tipo de comunidad cohesionada por su forma de entender la relación entre vida privada y vida común. Está formada por viviendas privadas y una dotación importante de servicios comunes. Está planeada y gestionada por sus residentes, según el modelo que ellos mismos deciden, lo que les permite definir el proyecto según sus necesidades específicas reales.

 

 

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