El pasado 7 de mayo, Manu cerró Bilboko Ura, lograr este octavo objetivo ha sido más emocionante que el resto de proyectos, conseguir en un año tan crudo, cerca de 4 millones de pesetas, es sin duda un esfuerzo del Grupo B. Gracias porque mientras pensaban que era imposible juntos lo estábamos logrando.
Cuando hablamos de nuestro trabajo como voluntarios, surgen elogios y agradecimientos pero también críticas, necesarias sin duda, y como no, objeciones. Compartimos una reflexión respecto a la que en concreto está tomando mayor protagonismo; ¿por qué en India? Antes cuando todos gozábamos de “bienestar social” era bastante más fácil obviar esta discrepancia. Si ahora hacemos cálculos de los más de 6 millones de parados, de los miles de ciudadanos que se encuentran por debajo del umbral de pobreza, los desahucios, parece más difícil argumentar porqué colaborar en la India.
¿No es la cuarta mayor economía del mundo con millones de súper millonarios? ¿ no es un país emergente que invierte en el lanzamiento de satélites a Marte y que ocupa un buen puesto en desarrollo tecnológico?. Pues si, todo eso es cierto pero en el otro extremo casi un 42% de su población está bajo el umbral de la pobreza, eso es alrededor de 500 millones de personas (la población de EE.UU., Indonesia, Brasil, Pakistán, Bangladesh y Japón juntos.[1]). Es el epicentro de la desnutrición infantil en el mundo. En la India 55 millones de menores de cinco años (el equivalente a la población de España y Portugal juntos) sufren malnutrición y donde la mitad de las mujeres indias son pobres[2] y más de 175 millones son analfabetas. Los maltratos y las violaciones se cuentan por millones, se produce una violación cada 20 minutos, ante esta realidad tan desalentadora, nosotros decimos ¿y por qué no en India?.