“La crisis no ha aumentado el número de personas voluntarias”

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El Correo – 11/09/2012
L. ALONSO

La agencia para el voluntariado y las asociaciones Bolunta está de celebración por partida doble. Este año cumple una década desde que comenzara su andadura colaborando en la mejora del movimiento social en Bizkaia y no ha terminado de soplar las velas cuando le han galardonado con el premio especial colectivo de los Premios Estatales de Voluntariado Social 2012 del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.Natxo Arnaiz, su director, nos cuenta cómo han recibido este galardón, en qué proyectos se encuentran inmersos y cómo perciben desde Bolunta la acción voluntaria en estos tiempos de crisis.¿Qué significa en este momento este premio para Bolunta?
Reconoce la trayectoria y la apuesta constante que ha tenido nuestra agencia desde hace 10 años. Es la primera vez que a nivel estatal se da un premio a un centro de nuestras características y creo que es un motivo añadido de satisfacción que pone en valor que aunque somos un organismo que trabaja en especial para Bizkaia, nuestra labor ha trascendido y hemos tenido mucha relación con otros centros e instituciones a nivel estatal e internacional. La lectura que hacemos es que nuestra labor no se ha agotado en Bizkaia y es algo con lo que hemos compartido, aprendido y enseñado a otras personas que trabajan en nuestro ámbito.

¿En qué proyectos está ahora inmerso Bolunta?
Además de nuestra actividad permanente de apoyo, acabamos de presentar nuestro foro de formación para el curso 2012-2013, donde ponemos a disposición de las entidades y de las personas voluntarias de Bizkaia más de cien cursos. Por otro lado, el 24 de septiembre celebramos el décimo aniversario de Bolunta, en el que reuniremos a los representantes de todas las organizaciones con las que hemos tenido contacto en estos años. También estamos preparando el Día internacional del Voluntariado del 5 de diciembre, y colaborando activamente en el Congreso estatal de voluntariado que este año se celebra en Bilbao y en el que, además, se nos entregará el premio del Ministerio.

En estos momentos tan complicados, ¿ se vuelca la gente un poco más en ayudar al prójimo? ¿veis de alguna manera un mayor interés en colaborar?
Tenemos nuestras dudas. Sí que parece que en época de crisis aflora una mayor sensibilidad social y mayor voluntad de contribuir. Pero eso es la teoría, en la práctica la crisis no está siendo un escenario en el que haya más personas que se sumen al voluntariado o, al menos, no es un factor determinante. Porque, además, en momentos complicados también aparecen miedos que hacen que la gente no quiera complicarse la vida. En estos años de recesión no hemos notado un aumento de gente dispuesta a ser voluntaria, aunque la llegada de gente es constante y todas las semanas hay quien decide dar este paso para poner su granito de arena.

Lo que sí es cierto es que en este contexto económico-social las organizaciones de voluntariado están más desbordadas cuando se trata del ámbito de la exclusión, porque se duplican las personas con dificultades de integración social. Y son estas organizaciones las que están alzando la voz intentando atraer a personas de su entorno para echar una mano. Por eso creo que no hay una ecuación exacta que diga: más crisis, más gente dispuesta a ser voluntario.

¿Cómo ha cambiado en los últimos años el perfil del voluntario?
No hay un perfil prototipo, se mueve una amalgama muy amplia de personas, motivaciones, condiciones, etc. El principal cambio de perfil quizá sea que en estos últimos años está habiendo una mayor entrada de personas mayores de 55 años, que están más dispuestas, aportan mucho, tienen un recorrido vital innegable, vienen con tiempo y que después de dar el primer paso suelen dar implicaciones muy altas en las horas, la intensidad y la calidad de sus actuaciones.

¿Cuáles son las expectativas que tiene hoy en día el voluntariado?
La principal expectativa que fue, es y seguirá siendo es mejorar la sociedad, los barrios y las ciudades en las que vivimos. Gente que al margen de su vida personal, su trabajo, hobbies, problemas, al margen de lo político y lo institucional sienta esa llamada de involucrarse en lo que sucede a su alrededor. Se resume en la idea de cambiar el mundo, que parece una utopía muy grande y que nos desborda, pero es la mayor expectativa que tiene la gente. En todas las motivaciones que trae la gente prevalece ésta idea de cambiar: creo que puedo, quiero y tengo la necesidad de colaborar en mejorar esta sociedad.

Si ahora una persona quisiera comenzar su labor como voluntario, ¿qué tendría que hacer?
Una opción sería, por supuesto, dirigirse a Bolunta, donde nosotros le vamos a informar de qué asociaciones o qué programas de voluntariado existen en su barrio o municipio, y en función de las posibilidades o intereses de esa persona le diremos dónde podría tener sentido su colaboración. También hay mucha gente que llega a través de los centros cívicos o casa de cultura de su zona o a través de los técnicos socio-culturales y ONGs de sus barrios. Pero si hay algo que define la entrada al voluntariado es el boca a boca y Bolunta y agencias como ella están para colaborar en las acciones de fidelización y sensibilización de las personas. La responsabilidad que tenemos es que no haya una persona que con ganas de participar no encuentre la oportunidad o a la que nadie le haya involucrado.

 
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