¿Aparición, continuación o disminución de los consumos estando internado en prisión?

Muchas veces me he planteado esta pregunta: ¿El internamiento en prisión favorece la disminución, el aumento o mantiene los consumos de drogas previos al internamiento?

 Según indica la Delegacióndel Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, enla Estrategia Nacional para el 2009-2016, en la última década, la prisión ha sufrido un aumento en el consumo de drogas en el propio medio penitenciario cosa que puede entenderse, por ser este un lugar de transito frecuente de gran número de detenidos, profesionales y familiares de los detenidos. Pero, pese a todo, se ha dado un importante descenso de los consumos que se tenían en las prisiones españolas hace varias décadas.

 Es importante recordar el dato aportado por la Red Europea de Servicios relacionados con Drogas y Sida en prisión, que estima que el 46´5% de los reclusos ya son drogodependientes antes de ser internados en una institución total como esta. Pese a todo reconoce que entre un 3% y un 25% de los reclusos inician su consumo de sustancias dentro de la prisión.

 Los estudios destacan que hasta un 90% de los presos españoles declara haber consumido alguna droga ilícita en algún momento de su vida. Si bien es cierto, tal y como ya hemos venido indicando, los consumidores problemáticos de droga y los consumidores que lo hacen por vía intravenosa son menos frecuentes, pero siguen representando un alto porcentaje, llegando a entorno al 50% de la población toxicómana.

 Como dato relevante, es posible explicitar gracias a los datos publicados por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y el Departamento de Justicia de la Generalitat Catalana en el que hablan de un estudio que tuvo lugar durante el año 2006, que existen diferencias entre los consumos dentro de prisión de las personas inmigrantes y de los denominados “autóctonos” o nacionales. De entre las “drogas legales”, el tabaco, es la droga mas consumida en prisión, mientras que la cocaína es la droga ilícita mas consumida.

 Diversos autores, indican que existen diferencias en relación al país de procedencia. Es posible decir que se considera que los inmigrantes son los principales consumidores de tabaco y alcohol (se cree que esta última, debida a la facilidad de acceso que tienen en España, al menos en comparación con sus países de origen), mientras que los españoles suelen ser aquellos que consumen las drogas ilegales o no prescritas, esencialmente la heroína, cocaína, hachís, benzodiacepinas no prescritas e incluso drogas de diseño. Es importante mencionar que actualmente, se suele dar el perfil de personas poli consumidoras. En relación a la probabilidad de inyección de drogas dentro de una prisión es menor de la que podría acontecer en la calle, pero hay mayor probabilidad de compartir dicho material estando internados en un centro penitenciario.

 Mercedes Gallizo Llamas, anterior Secretaria de Instituciones Penitenciarias declaró en el año 2006; cuando ejercía de Directora General de Instituciones Penitenciarias, que la droga era responsable de la mayoría de delitos que llevaban a prisión, basándose en los datos obtenidos en la Encuesta Estatal sobre Salud y Drogas entre Internados en prisión (2006). Gallizo, declaró que “Si hiciéramos un análisis amplio sobre cuantos reclusos tienen alguna vinculación con las drogas, se escaparían muy pocos, aunque eso no significa que sean todos drogodependientes”

 Este estudio revela que aproximadamente un 9% de los internos sigue tomando sustancias ilegales dentro de la prisión de manera asidua. Pese a todo, dicho informe recalca la mejoría que se ha dado en relación a estos datos, ya que en años anteriores era superior la población penitenciaria que seguía teniendo consumos de drogas ilícitas una vez internados en prisión.

 Según declara la Administracióndel Estado, MIR (2010), hay 65.600 personas encarceladas en las prisiones Españolas, de los cuales entorno a un 10% toman drogas con frecuencia, aunque reconocen que ese consumo era mayor antes de ingresar en prisión, de hecho, la gran mayoría reconocen haber probado la heroína y la cocaína antes de entrar en prisión. Pese a todo, aunque no sea tan accesible el consumo de cocaína y heroína, el cannabis y los tranquilizantes dentro de prisión se convierten en drogas de relativamente fácil acceso, tal como indicala Encuestasobre salud y drogas y por ello prevalece su consumo en este entorno.

 Un estudio realizado por la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al drogodependiente (UNAD) en el año 2008, basado en la realización de entorno a mil encuestas llevadas a cabo en ocho centros penitenciarios españoles durante el año 2006, patrocinado por en Plan Nacional Sobre Drogas, declara que un 49´9% de los presos padece enfermedades relacionadas con el consumo de drogas, siendo la mas común la hepatitis C, seguida por el VIH, la tuberculosis y el Sida.

Marta Ruiz.   Educadora social en los recursos residenciales de Aldatzen y Hedatu de la Asociación Bidesari.

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