Singapur por Javier Campos

 

Vivimos tan rápido y consumimos tanta información que parece que todo caduca antes de nacer. Hoy me ha dado por entrar en el blog que Javier Campos escribe, compartiendo con todos sus experiencias como voluntario en el piso de acogida de Bidesari. Con algunas de sus palabras he vuelto a emocionarme como cuando las leí la primera vez…en algunos casos, como en el de este post, ya hace muchos meses. Creo que merece la pena volver a aquello que nos emociona, que nos hace caminar por la vida de otra forma. A veces pienso que recordar y releer son dos verbos que están en desuso con tanta inmediatez provocada por el uso de las tecnologías de la información, no hemos aprendido a manejarnos en el 2.o y ya hay quienes están hablando del 3.0.

De todos modos creo que lo autentico, lo que nos aporta sentido no caduca nunca y podemos volver a ello cuantas veces lo necesitemos. Por eso he rescatado este primer post del blog de Javi. Espero que lo volváis a saborear.

Un Saludo, Roberto Vidal.

Esto es lo que nos contaba Javi en su primer post:

Hoy por la noche en casa, después de cenar, he puesto la tele, y al rato de encenderla y nada más aparecer en ‘ la uno ’ el programa de españoles por el mundo, me he acordado de los chicos del piso de acogida. 

Este estilo de programa, donde se ve gente como nosotros intentando adaptarse a otras culturas y países les gusta bastante y junto con el fútbol y las pelis de acción suele ser la opción seleccionada para pasar el último rato del día antes de ir a la cama.

He pensado que, viendo lo que había en otras cadenas, esta noche se quedarían con Singapur, y al rato ya he imaginado sus caras ante los espectaculares edificios de mil plantas, los restaurantes y discotecas de lujo y las caravanas de barcos a la entrada de uno de los puertos más grandes del mundo.

Estoy seguro que uno de ellos, Hassan, habrá tenido que apartar la cara de la tele cuando ha aparecido el sapo que uno de los protagonistas pensaba comerse y  me imagino que el de Portu, cuando haya visto a los singapureños pescando por entretenimiento gambas en una piscina más pequeña que la pequeña de la Alhóndiga habrá dicho: ‘ aupa ahí, eso es montárselo bien ’.  Y entonces me he sonreído como lo habría hecho de estar con ellos.

A eso de las once ha acabado el programa y al apagar la tele, otra vez mi cabeza ha vuelto al piso de acogida y he pensado que ellos también habrían apagado la tele y que, antes de irse a la cama a uno le tocaría recoger los ceniceros del salón mientras que otro tendría que poner la mesa para el desayuno de mañana, que es a eso de las ocho. He pensado que a esa misma hora, a las ocho, yo ya tendría que estar camino de mi trabajo y he decidido que había que ir a dormir. Me he tumbado en la cama, he cerrado los ojos y a los cinco minutos los he vuelto a abrir sabiendo que ya, hasta dentro de un rato, no volvería a cerrarlos.

Hace unos días me hicieron la propuesta de colaborar en el blog de vidasolidaria contando mis experiencias como voluntario en un piso de acogida de Bidesari y desde casi los mismos días que han pasado desde que decidí aceptar esa propuesta y durante varias veces al día he estado dándole vueltas al cómo poder iniciar esta colaboración. Bueno, pues ahora puedo decir que le he estado dando vueltas hasta hoy, hasta pasados unos cinco minutos después de haber cerrado los ojos.

Y es que al cerrar los ojos he pensado que muchos días, a  las nueve de la mañana, cuando yo ya estoy trabajando, imagino a mi sobrina bajando de la mano de mi madre hacia la parada del autobús o a mi hermana abriendo la puerta de su consulta. También con los ojos cerrados me he dado cuenta de que, si por lo que sea, me siento a ver un partido del Athletic y no estoy con mi cuñado o mis amigos, intento adivinar dónde estarán y cuánto estarán sufriendo y  un instante después, de nuevo me han venido a la cabeza los chicos y he pensado que muchos sábados, o cualquier noche, me acuerdo de ellos y me pregunto si su día habrá sido duro o si habrán conseguido hacer el plan que tenían pensado para la tarde a pesar del mal tiempo. Después de pensar esto he abierto los ojos.

He abierto los ojos, me he levantado y he ido hacia el ordenador porque me he dado cuenta de que imaginar y preocuparme por lo que estarían haciendo los chicos hace que ellos, lo quiera o no, formen parte de ese grupo de personas por el que me preocupo e intereso cada día, y al darme cuenta de esto es cuando me he dicho,  ‘bueno, pues parece que ya tenemos un tema para el blog’,  y  entonces es cuando he comenzado a escribir este diario.

http://blogs.vidasolidaria.com/voluntariado-bidesari/

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