Año nuevo, cárcel nueva, ¿respuesta nueva?.

 “El regreso del hijo pródigo” de Rembrandt (1606-1669)

Ante la inauguración de la nueva prisión de Nanclares de Oca en este año recién terminado, se publicaron distintas noticias y comentarios sobre todo en periódicos digitales. No podría responder en este espacio  a todas las opiniones  una por una, no tendría el suficiente tiempo para recuperar los datos, los estudios  rigurosos que desmontan muchas de esas opiniones, quizás ni merezca la pena andar ese camino porque a veces los datos y las investigaciones rigurosas no llegan a calar demasiado, exigen un tiempo de reflexión que muchas veces no tenemos http://www.otroderechopenal.com/docs/mito1.pdf .

De lo que estoy seguro es que hay mucho desconocimiento, muchos comentarios desafortunados, fruto de la desinformación, o de la sobre información y también de la información manipulada. Algunas de esas opiniones iban en línea de afirmar ante la nueva infraestructura de la cárcel que era como un hotel de lujo, con su piscina, su dentista, peluquería y demás servicios. Alguna opinión todavía más osada y superficial a mi modo de ver, afirmaba que  también  el/ella iba a delinquir para disfrutar de todo esos recursos que pagamos con los impuestos de todos, como podía ser que personas que habían hecho cosas horribles disfrutaran ahora de semejantes instalaciones… http://www.otroderechopenal.com/docs/mito4.pdf .

Ante todo esto no creo que sean suficientes los datos que apuntan a la existencia de una realidad bien distinta, solamente puedo recomendar que antes de hacer ciertas afirmaciones uno haga el esfuerzo de pensar por el mismo, que recorra el camino que lleva desde la pantalla de su ordenador hasta nuestras cárceles, hasta nuestra red de asociaciones, hacia esas personas que están dentro y fuera de la cárcel, y cuando lleguen a esos lugares, por favor, que miren, que escuchen, que toquen, que huelan, que por un momento guarden silencio, que no intenten  buscar una explicación apresurada sobre las cosas, solamente se trata de estar ahí, de no escapar de lo que nuestros sentidos nos muestren.Sé por experiencia que este ejercicio es difícil, cuantas veces no deseamos apartar la vista de una realidad que se nos muestra dura, desagradable, una realidad que caprichosamente parece poner en cuestión todo aquello en lo que creíamos hasta aquel momento…una realidad que nos desmonta de un plumazo nuestra visión de un mundo donde todo parecía estar en su lugar, donde todo funcionaba razonablemente bien, una visión construida con gran esfuerzo durante tanto tiempo.

Llevo más de una década encontrándome con personas que están en prisión o que ya están fuera intentando reconstruir su vida maltrecha. He descubierto que no son ángeles, tampoco demonios. He descubierto mucho sufrimiento en sus propias carnes y en las de los que los rodean. He descubierto personas conscientes del camino a la deriva de sus vidas, conscientes del daño que han hecho, conscientes del daño que les hicieron a ellas…cuando he escuchado a algunas personas se me encogía el corazón, a la vez que me preguntaba que habría hecho yo en su lugar, ¿hubiese sido yo capaz de elegir un camino distinto del que de algún modo eligió esta persona? Sinceramente creo que no….http://www.otroderechopenal.com/docs/mito7.pdf .

Seriamos hoy los mismos, si no hubiésemos tenido los padres que hemos tenido, la posibilidad de adquirir la formación que hemos adquirido, la red de amigos que hemos tenido, la pareja que hemos encontrado, los grupos sociales de los que participamos, los viajes que hicimos, el acceso a los recursos comunitarios de los que hemos disfrutado, esas personas con las que nos hemos encontrado en la vida, a veces muy fugazmente pero que han dejado una impronta en nosotros que nos ha ayudado a reorientarnos cada vez que nos encontrábamos un tanto perdidos….Yo creo que la historia personal y las circunstancias que nos rodean cada día no nos determinan aunque si nos condicionan y nos han condicionado más si cabe cuando éramos más pequeños, cuando nuestra capacidad de analizar y decidir no estaba tan desarrollada, cuando dependíamos de las personas adultas que nos rodeaban. Sabemos que buena parte de nuestra vida adulta tiene una gran conexión con los aprendizajes que hicimos en las etapas más tempranas de nuestra vida y con el contexto familiar y social en el que se dieron esos aprendizajes, para lo bueno y para lo tan bueno http://www.otroderechopenal.com/docs/mito6.pdf .

 He visto demasiada tristeza en ellos, en sus madres, en sus parejas, en sus hijos. El delito no se puede justificar nunca, tampoco se puede justificar el castigo indefinido, no se puede justificar el no intentar dar una segunda oportunidad, no se puede dejar de exigir a la persona presa un cambio, no se puede dejar de exigir una reparación del mal hecho, no se puede dejar de ofrecer acompañamiento profesionalizado, humano, no se pude negar una mano para cambiar, para superarse para volver a intentar construir una vida digna, aunque sea con los pocos fuerzas que a uno le quedan tras 10,15 o más años a la deriva http://www.otroderechopenal.com/docs/mito11.pdf .

Si no intentásemos poner los medios adecuados para que las personas que cometieron un delito, que rompieron con las normas que nos hemos dado como sociedad, que hicieron daño a otros y a ellas mismas…., sino pusiésemos los medios para que emprendan un camino marcado por una mayor consciencia , mejores habilidades personales, una mínima formación, un camino hacia el empleo, en definitiva hacia un estilo de vida diferente y alejado de todo aquello que hacía muy difícil encaminarse en una dirección distinta a la de la prisión, sino nos empeñamos en esta meta….¿qué clase de personas seriamos?, ¿qué clase de sociedad seriamos?, no tendríamos corazón, tendríamos una piedra incapaz de comprender, incapaz de buscar el cambio, incapaz de recoger al que esta arrodillado, queriendo muchas veces no vivir más, no se puede malvivir eternamente http://www.otroderechopenal.com/docs/mito13.pdf .

 Mi experiencia me dice, que cuando nos encontramos con la realidad concreta de las personas, no volvemos a ser los mismos, no podemos optar por la indiferencia, no podemos negar lo que hemos visto y escuchado, no se puede borrar de nuestra memoria y de nuestro corazón de un plumazo lo que hemos presenciado. La cárcel sigue siendo cárcel aunque huela a nuevo, aunque este recién pintada, aunque tenga piscina, seguirá impidiendo el contacto entre los que están dentro y los que están fuera y la brecha se hará más grande y con el tiempo puede que nadie de los que estamos fuera recordemos a los que se quedaron dentro….porque lo que no se ve, no se toca, no se conoce…se acaba olvidando.

Para que esto no ocurra es necesario que sigamos en la trinchera, a pie de obra, entrando en la cárcel, personas voluntarias y personas contratadas, para abrir puertas, tender puentes, posibilitar que las personas emprendan el camino del cambio personal que es a la vez el camino de regreso a la sociedad a la que pertenecen. Y fuera de la cárcel es necesario que otros muchos allanemos el camino para que esta respuesta nueva vaya cristalizando.

Roberto Vidal Failde. Educador social del recurso residencial para la inserción social  de la Asociación Bidesari.

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