Diario de una neurona

Bueno, después de unos cuantos días de tratamiento que espero me haya puesto las pilas para una buena temporada, aquí estoy otra vez. Recupero un pequeño texto que escribí hace ya mucho pensando en la em.

DIARIO DE UNA NEURONA

Hace ya mucho tiempo que estoy intrigada. Yo creo que algo pasa. Voy viendo cosas que han cambiado. Todo empezó con aquel ataque que sufrimos todas hace tiempo.

Bueno, me voy a explicar porque no he contado nada sobre mi trabajo y es importante. Soy operaria en una gran factoría. Somos miles de millones de trabajadoras especializadas en distintas tareas y se nos llama células. Cada tarea específica puede ser simple o muy compleja, pero todas son de una importancia crucial para el funcionamiento general. Hay más factorías como la mía, algunas funcionan mejor y otras peor, pero es difícil saber lo que pasa en otros sitios, aunque siempre circulan rumores.

Mi trabajo concreto es el de transmitir información a través de una larga cadena de trabajadoras como yo. A nosotras, concretamente, se nos llama neuronas . Hay agentes que nos dan una señal y en ese momento nos ponemos en marcha para transmitir el impulso nervioso a la siguiente camarada de la cadena. Nuestro trabajo debe ser muy importante porque la parte por la cual “pasamos” la información está protegida por una “vaina” o capucha que hace que todo funcione a la perfección.

Bien, pues ya explicado todo esto, puedo seguir. Como os decía, todo empezó con aquella agresión. Nos pilló a todas por sorpresa. Les vimos acercarse, claro que sí, pero pensamos que venían a inspeccionar cómo iban las cosas por aquí. Cuál sería nuestra sorpresa cuando, de repente, nuestro propio ejército (que siempre nos había defendido) comenzó a atacarnos. Pensábamos que iba acabar con nosotras, tal fue la virulencia en algunos momentos. No lo hizo y acabamos sólo con magulladuras y moratones en nuestras capuchas. En aquella ocasión el desconcierto fue total y seguimos trabajando, aunque algo doloridas. Corrió el bulo de que había sido un desafortunado error del Departamento de Interior de la Factoría y de que no se repetiría. Efectivamente fue un bulo, porque desde entonces ha habido más ataques, yo no los he presenciado todos, pero lo sé. La tarea de una es muy simple, pero se entera de cosas, para algo es especialista en información. Esos sucesivos ataques han debido ser de distinta intensidad y algunas compañeras se quejan de que ya no trabajan tan bien como antes, de que les resulta prácticamente imposible conducir el impulso. Lo peor es que siguen produciéndose ataques. Cada cierto tiempo, no se sabe por qué, hay uno nuevo, es como si el ejército nos confundiera con el enemigo. Nosotras nos sentimos indefensas. Algunas dicen que esto es una enfermedad autoinmune pero yo no sé qué es eso.

Y aquí es donde yo empiezo a relacionar cosas. Llevo muchos años trabajando aquí y he aprendido a distinguir la actividad física, la fatiga, los estados de ánimo y muchas más cosas de mi jefa. Todo son cuestiones químicas, eléctricas, físicas…

(Yo suelo referirme a mi empresa en conjunto llamándola mi jefa, mi niña, mi chica… –no sé por qué doy por supuesto que es mujer, pero bueno, ese es otro tema… –)

Como iba diciendo, sé algunas cosas sobre mi chica y de lo que me he dado cuenta es de que a lo largo del tiempo ha habido algunos cambios. Creo recordar, por ejemplo, que después de comenzar los primeros ataques siguió una temporada de mucha actividad (como si ella hubiera acudido a muchos sitios) y de bastante preocupación, parecía que le estaba dando muchas vueltas a algo. Un tiempo después llegó un momento, no ya de preocupación, sino de profunda tristeza y muchas lágrimas. Tal vez no tenga nada que ver con todas esas historias de los ataques pero nosotras, simples operarias, tenemos cierta intuición, y la mía, es que se debe a ellos. Desde luego, si ya no trabajamos igual, mi chica lo tiene que estar notando, no sé si mucho o poco, pero a mí me parece que cada vez más.

Otra cosa que echo en falta en mi niña es el deporte. Antes hacía más y eso era muy bueno porque también nosotras nos encontrábamos mejor. A mí me parece que ahora se cansa muy fácilmente y que por eso anda menos y casi no hace ejercicio. Y sin embargo, sé que recibe masajes y que hace otros ejercicios más controlados y sencillos. También me parece que pasa mucho tiempo sentada o tumbada y que muchas veces se desplaza en coche.

Todo esto y muchas más cosas me tienen preocupada: si ella no se encuentra bien, tampoco nosotras y si a ella le ocurre algo, también nos ocurrirá a nosotras.

Lo que definitivamente no soporto es sentirla triste. Aunque también se divierte y es feliz, yo creo que ahora tiene más momentos de tristeza ¿tal vez porque no se encuentra bien? También sé que hace esfuerzos por mantener alto el ánimo: trabaja, se relaciona, a veces va de fiesta, se va de vacaciones, lee e intenta ser optimista.

Y yo digo que eso es lo que tiene que hacer. No sé si sabe que nosotras necesitamos de su alegría porque libera muchos agentes que nos facilitan el trabajo (pura química, ya lo dije). Si ella no está contenta nosotras no podemos trabajar bien y, claro, todo sale peor.

Así que ya veis que aquí todo el mundo tiene que arrimar el hombro para que esto salga bien.

Yo, por mi parte, después de tan larga carrera profesional, tengo algunos contactos. Uno de ellos es en otra gran factoría (trabajan incluso más operarias que en la mía) que es especialista en transmitir información, pero de otra manera y a mucha mayor escala. Mi contacto se llama WWW y le he enviado este relato para que lo difunda por todos los sitios: es una petición de ayuda urgente: ¡Buscamos a alguien que entienda nuestro funcionamiento y que trabaje mucho para que consigamos salvarnos! Si no encontramos ayuda no sé que puede suceder pero las agresiones son cada vez mayores y con peores consecuencias. ¡Alguien tiene que ayudarnos a que nuestro ejército deje de agredirnos y vuelva a protegernos como hacía antes¡

¡¡PIDO LA AYUDA A LA COMUNIDAD CIENTÍFICA INTERNACIONAL PARA PODER SOBREVIVIR Y HACER BIEN NUESTRO TRABAJO!!

Es una llamada urgente para que, desde todos los estamentos, se impulse la investigación y el conocimiento sobre estos sucesos tan extraños y pueda así la ciencia encontrar la manera de paliar estos brutales ataques a los que nos vemos sometidas.

Fdo.:

N-78934413-U-NU5

Facebook Twitter Stumbleupon Delicious More More More
elcorreo.com

EN CUALQUIER CASO TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS:
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa.