El punto de mira

Día de la discapacidadMe gusta la campaña que ha preparado  FEKOOR para el Día de la Discapacidad:   Una mirada ‘inclusiva’, o,  lo que es lo mismo:  “Oye, tú,  ¿ya te fijas si el bar,  el cine,  la sala de exposiciones,  la frutería o la tienda a la que entras a comprar tu ropa es accesibe de verdad?”  Y no estamos hablando sólo de que tenga una rampa en la puerta,  ¿podría moverse en cualquiera de esos recintos una persona en silla de ruedas con facilidad?
Y aquí es donde podemos agudizar realmente la mirada. Yo intento hacerlo desde que un día,  al dirigirme a unos probadores de El Corte Inglés,  me encontré con una cola de clientes esperando. Y no, no había rebajas a la vista,  la cola se debía a la silla de ruedas que alguien había dejado en el pasillo obstaculizando el acceso a las cabinas.  La silla pertenecía a una mujer discapacitada. Había entrado a probarse una camisa,  y como era imposible que la silla girara en el pasillo para acceder a la cabina,  y su discapacidad le permitía cierta movilidad,   había optado por dejarla en el pasillo mientras entraba a probarse la ropa.

La verdad es que yo me sitúe pacientemente en la cola sin dar muchas vueltas al asunto,  hasta que una mujer irrumpió sin piedad contra la propietaria de la silla. ¡Cómo es posible que la haya dejado en mitad del pasillo, en lugar de dejarla fuera de los probadores, donde no molesta a nadie! Y, ni corta ni perezosa,  sacó la silla a trompicones por el pasillo.

Y ahí sí empecé a mirar de otra manera. En ese momento sí me rebelé contra el gesto de aquella mujer desagradable e insolidaria,  que era capaz de culpabilizar a la propia usuaria de la silla de ruedas en lugar de llamar al jefe o la jefa del departamento y hacer una reclamación por tener probadores no accesibles.

Esa forma de mirar es la que nos propone FEKOOR  con motivo del Día de la Discapacidad.  A veces son las propias personas discapacitadas las que nos ayudan a enfocar la realidad,  como cuando en alguna que otra gala de premios a la que he asistido,  el premiado o premiada en silla de ruedas,  nos recuerda que ‘se ha perdido las últimas palabras del presentador o del último galaradonado, porque ha tenido que salir de la sala para subir al escenario por ‘la puerta de atrás’.  En esos momentos estoy segura de que al menos parte del  público asistente también empieza a  mirar de otra manera la sala que nos acoge.  Y por eso me gusta el lema de esta campaña, porque a veces sólo se trata de abrir bien los ojos.

 

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